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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 08/06/2025 14:31
El director de Google DeepMind asegura que la inteligencia artificial general transformará las reglas del trabajo y la vida, subrayando el papel esencial de una regulación internacional firme La inteligencia artificial (IA) se encuentra en un punto de inflexión que promete transformar radicalmente la vida laboral y social en todo el mundo. Demis Hassabis, director ejecutivo de Google DeepMind, figura central en el desarrollo de IA y galardonado con el Nobel, sostiene que la humanidad está a las puertas de una revolución comparable, o incluso superior, a la Revolución Industrial. En una entrevista reciente con WIRED, Hassabis expuso su visión sobre el futuro del trabajo, los riesgos y oportunidades de la IA, y la necesidad urgente de una regulación internacional que acompañe el avance hacia la inteligencia artificial General (AGI). Definición y estado actual de la AGI según Hassabis La AGI, o inteligencia artificial general, representa el objetivo de crear sistemas capaces de igualar o superar la capacidad cognitiva humana en todos los ámbitos. Según Hassabis, la definición de AGI sigue siendo objeto de debate entre los expertos, pero en esencia se refiere a una inteligencia que puede generalizar su conocimiento y habilidades a cualquier dominio, tal como lo hace el cerebro humano. “La mente humana es la única prueba de que la inteligencia general es posible”, explicó a WIRED, subrayando que el desarrollo de la AGI implica replicar esa versatilidad. El director de Google DeepMind estima que existe una probabilidad del 50 % de alcanzar la AGI en los próximos cinco a diez años. Esta proyección, aunque conservadora frente a las predicciones más optimistas de algunos colegas que hablan de plazos de dos o tres años, refleja la cautela de Hassabis ante las capacidades aún limitadas de los sistemas actuales. “Hoy en día, los modelos de lenguaje y chatbots son impresionantes, pero presentan carencias en razonamiento, planificación y memoria. No pueden inventar teorías científicas nuevas ni mostrar creatividad genuina”, detalló el científico. Hassabis señaló que, aunque existen sistemas capaces de resolver problemas matemáticos de alto nivel, como el AlphaProof de DeepMind, estos mismos modelos pueden fallar en tareas simples, como contar letras en una palabra. Esta inconsistencia evidencia que la AGI aún no se ha materializado. Además, dicho avance podría producirse de manera incremental, en lugar de un cambio abrupto, ya que la integración de la inteligencia digital en el mundo físico requerirá tiempo para impactar sectores como la manufactura y la robótica. Oportunidades de la IA: avances en ciencia, medicina, energía y productividad El potencial de la IA para impulsar el progreso científico y social es uno de los ejes centrales del discurso de Hassabis. “Eso es la promesa de la IA... Avances increíbles para la humanidad”, afirmó en la entrevista recogida por WIRED. Entre los ejemplos más destacados figura AlphaFold, el sistema desarrollado por DeepMind que ha revolucionado la biología al predecir la estructura de proteínas, facilitando la investigación médica y el desarrollo de nuevos fármacos. El director de DeepMind, Demis Hassabis, destaca el impacto positivo de la IA en la ciencia y la sociedad. En diálogo con WIRED, subrayó su potencial transformador citando a AlphaFold, el sistema que ha revolucionado la biología al predecir estructuras proteicas clave para el desarrollo de nuevos tratamientos (YouTube: Wired) Hassabis sostiene que la IA permitirá descubrir curas para enfermedades, encontrar fuentes de energía más eficientes y resolver problemas complejos que han desafiado a la humanidad durante décadas. La capacidad de la IA para acelerar la investigación científica y tecnológica podría traducirse en una “era dorada” de productividad, donde las personas, al dominar estas herramientas, multipliquen su capacidad creativa y de resolución de problemas. En el ámbito energético, el directivo de Google DeepMind vislumbra la posibilidad de que la IA contribuya a desarrollar tecnologías como la fusión nuclear o superconductores a temperatura ambiente, lo que abriría la puerta a una energía limpia y prácticamente ilimitada. Este avance, a su vez, podría resolver desafíos como el acceso al agua potable mediante la desalación a bajo costo, un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo. Riesgos y desafíos: valores, seguridad, competencia internacional y regulación A pesar de su optimismo, Hassabis advierte sobre los riesgos inherentes al desarrollo de la IA. “Si los primeros sistemas de IA se construyen con los valores equivocados o de forma insegura, eso podría ser muy malo”, alertó en declaraciones recogidas por WIRED. Entre las amenazas más preocupantes, se encuentran el uso indebido de la tecnología por actores malintencionados, ya sean individuos o estados, y la posibilidad de que los sistemas de IA se vuelvan incontrolables a medida que ganen autonomía. La competencia internacional, especialmente entre Estados Unidos y China, añade una dimensión geopolítica al desafío. Hassabis reconoce que existe presión por liderar el desarrollo de la AGI, lo que podría dificultar la cooperación y la implementación de salvaguardas globales. “Creo que la idea de una regulación inteligente será importante. Pero debe ser internacional”, subrayó el CEO de Google DeepMind, quien considera que restringir la IA en una sola región no garantiza la seguridad global. El científico aboga por una regulación ágil y adaptativa, capaz de evolucionar al ritmo de los avances tecnológicos. Sin embargo, reconoce que lograr acuerdos internacionales resulta complejo en el contexto actual. “El problema más grande es conseguir algún tipo de cooperación o colaboración internacional”, afirmó, insistiendo en la necesidad de establecer principios básicos sobre el uso, despliegue y desarrollo de la IA. Impacto en el trabajo: cambios previstos y la importancia de adaptarse El futuro del trabajo es uno de los temas que más inquietan a la sociedad ante la irrupción de la IA. Según Hassabis, hasta ahora la inteligencia artificial ha tenido un efecto aditivo, potenciando la productividad en sectores como la investigación científica, pero sin provocar una disrupción masiva en el empleo. “Por ahora, parece que la IA es aditiva… Pero veremos grandes cambios en los próximos cinco a diez años”, anticipó en la entrevista con WIRED. El impacto de la IA en el empleo genera creciente preocupación. En entrevista con WIRED, Hassabis señaló que, hasta ahora, su efecto ha sido aditivo, mejorando la productividad sin causar disrupciones masivas, aunque anticipó transformaciones profundas en los próximos cinco a diez años (YouTube: Wired) El directivo prevé que surgirán nuevos empleos que requerirán habilidades para interactuar y sacar el máximo provecho de las herramientas de IA, de manera similar a lo que ocurrió con la llegada de internet y los dispositivos móviles. No obstante, reconoce que la AGI podría automatizar tareas que hoy parecen exclusivas de los humanos, aunque persistirán ocupaciones donde la empatía y el trato humano sean insustituibles, como la enfermería. Hassabis aconseja a las nuevas generaciones sumergirse en el aprendizaje de estas tecnologías. “Mi recomendación sería que los estudiantes se familiaricen con estos sistemas, estudien STEM y programación, y se vuelvan expertos en el uso y ajuste de modelos de IA”, recomendó, según WIRED. Dominar estas competencias permitirá a los profesionales del futuro multiplicar su productividad y adaptarse a un mercado laboral en constante transformación. Proyecciones a largo plazo: “abundancia radical” Mirando hacia las próximas dos o tres décadas, Hassabis imagina un escenario de "abundancia radical“, donde la AGI resuelva problemas fundamentales de la sociedad, como la salud, la energía y el acceso a recursos básicos. “Si todo sale bien, deberíamos estar en una era de abundancia radical... donde la IA resuelve problemas clave de la sociedad”, expresó en la entrevista. El científico visualiza un mundo en el que la humanidad alcance un máximo florecimiento, con vidas más largas y saludables, energía limpia y la posibilidad de explorar el espacio. Sin embargo, advierte que la abundancia técnica no garantiza una distribución justa de los beneficios. “Aún queda el problema de si se reparte esa abundancia de manera equitativa”, reflexionó Hassabis, quien considera que será necesario un cambio de mentalidad social para superar la lógica de suma cero que ha predominado hasta ahora. El acceso universal al agua potable, gracias a la energía barata y limpia, es uno de los ejemplos que menciona para ilustrar el potencial transformador de la AGI. No obstante, reconoce que la colaboración y la voluntad de compartir los frutos del progreso serán determinantes para evitar que la desigualdad persista o se agrave. Comparación con la Revolución Industrial El avance acelerado de la IA ha generado reacciones encontradas en la sociedad, que van desde el entusiasmo hasta el temor y el escepticismo. Hassabis reconoce que el miedo al cambio es comprensible, especialmente ante una transformación de tal magnitud. “Es comprensible... Esto será al menos tan grande como la Revolución Industrial, probablemente mucho más“, afirmó en declaraciones recogidas por WIRED. El CEO de Google DeepMind observa que, históricamente, las grandes revoluciones tecnológicas han suscitado resistencia y ansiedad, pero también han abierto oportunidades insospechadas. Cuando explica el impacto positivo de la IA en áreas como la medicina, la energía o el medioambiente, muchas personas reconsideran su postura y reconocen el valor de estos avances. “Sería inmoral no aprovecharlo si está a nuestro alcance”, sostuvo Hassabis al referirse a la posibilidad de curar enfermedades graves mediante la IA. De cara al futuro, Hassabis anima a los jóvenes a prepararse para un mundo donde la IA será una herramienta fundamental en todos los ámbitos. Recomienda adquirir conocimientos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, así como habilidades para interactuar y personalizar sistemas de IA. “Sumérgete en estos nuevos sistemas, entiende cómo funcionan y aprende a sacarles el máximo partido”, aconsejó en la entrevista con WIRED. En su reflexión final, Hassabis reiteró su optimismo cauteloso sobre el potencial de la IA para abordar los grandes desafíos globales, desde el cambio climático hasta la salud pública. No obstante, insistió en la importancia de involucrar a filósofos y científicos sociales en el debate, para garantizar que el desarrollo de la AGI se oriente hacia el bienestar colectivo y se eviten los riesgos asociados a su mal uso. “Al menos es uno de esos desafíos que puede ayudar con los demás si lo hacemos bien”, concluyó el director de Google DeepMind, en la entrevista, subrayando la necesidad de cooperación internacional y regulación inteligente para aprovechar al máximo esta revolución tecnológica.
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