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  • María Isabel Sola recibió a La Calle. “No me corro del lugar de lo que es Juntos, pero elijo salir del bloque actual”

    Concepcion del Uruguay » La Calle

    Fecha: 08/06/2025 13:24

    La concejala que actualmente integra el bloque ETER explica por qué decidió alejarse de Juntos por Entre Ríos, cómo evalúa el presente de Concepción del Uruguay y cuáles son los desafíos más urgentes para mejorar la ciudad. En un escenario político local marcado por la reconfiguración de bloques y alianzas, la concejala María Isabel Sola decidió dar un paso al costado del bloque Juntos por Entre Ríos y conformar su propio espacio: Entre Todos Entre Ríos Uruguay (ETER). En diálogo con La Calle, Sola profundiza en los motivos de su decisión, analiza la realidad de Concepción del Uruguay y destaca el valor del compromiso legislativo. También aborda temas como el rol de los vecinos, el estado de las obras públicas, su vínculo con referentes de La Libertad Avanza y las propuestas que impulsa para transformar la ciudad. -¿Cuáles son las razones principales que la llevaron a desvincularse del bloque de Juntos por Entre Ríos en el Honorable Concejo Deliberante? -Al comenzar mi gestión, el 4 de abril de 2024 —casi cuatro meses después de la fecha en la que todos asumieron sus cargos—, me encontré con el bloque de Juntos por Entre Ríos ya fraccionado. En primer lugar, por parte de la concejal Karina Percara, quien durante todo el año pasado llevó como nombre de bloque “Juntos por Concepción”. A su vez, luego de asumir, pocos días después, Pablo Presas decidió dejar “Juntos” y dio como nombre al bloque “Uruguay Se Puede”, obedeciendo a lo que él creía conveniente. Este es el nombre del partido vecinal del que ambos provenimos. Por lo tanto, quedé solo yo con el nombre de “Juntos por Entre Ríos” durante todo el año, y así trabajé hasta que, en determinado momento, se nos pidió que nos unamos. Se nos solicitó a los tres —en el mismo tono, en el mismo lugar, a la misma hora, el mismo día— que conformáramos un bloque unificado. Esto fue en octubre del año pasado, en la ciudad de Paraná. Lo trabajamos, lo pensamos, lo analizamos y, finalmente, terminamos presentando la nota de unificación del bloque el 26 de diciembre de 2024. Quiero dejar claro y ser enfática en lo siguiente: nunca me fui, durante el año 2024, del bloque “Juntos por Entre Ríos”. Al contrario, mi resistencia a llevar adelante un comportamiento similar al de mis colegas fue notoria, como también lo fue a la hora de defender los intereses de la alianza “Juntos por Entre Ríos”. Luego de aquel llamado que recibimos los tres —Percara, Presas y quien les habla—, debo ser justa y decir que fui la más reticente a unir un bloque que ya no existía cuando asumí, y del que debíamos participar tres actores con características muy disímiles, personalidades muy diferentes y también muy marcadas. Este año, cuando comenzamos a trabajar los tres juntos como bloque, se confirmó —desde mi punto de vista, y esto lo digo con el mayor respeto y con todo el criterio que la situación amerita— que simplemente somos incompatibles. Trabajamos de manera muy diferente; nos enfocamos, laboralmente hablando, desde puntos cardinales distintos. Para nadie es un secreto que no tengo una ideología política marcada. Eso también generó algunos inconvenientes para trabajar en el bloque de “Juntos”, al no sentir libertad y tranquilidad, lo que creo que nos lleva a no poder dar lo mejor de nosotros. Y si bien hoy mi bloque se llama Entre Todos Entre Ríos Uruguay (ETER), cabe destacar que lo que en un comienzo fue una agrupación, hoy es un partido provincial en formación. También quiero destacar que ETER firmó, el 14 de junio de 2023, para estar dentro de la alianza de “Juntos por Entre Ríos”, así como también lo hizo “Uruguay Se Puede”, el partido vecinal al cual estoy afiliada. ¿Qué quiere decir esto? Que no me corro del lugar de lo que es “Juntos”, pero sí elijo correrme del bloque actual de “Juntos por Entre Ríos”. -¿Cómo afectará esta decisión a su trabajo dentro del Concejo Deliberante y a su relación con la Alianza a nivel provincial y nacional? -Esta decisión, dentro del Concejo Deliberante, no modifica absolutamente nada, más que algunas cuestiones formales propias de la institucionalidad que representamos. En cuanto a la relación a nivel provincial —y hablo por mí— no hemos tenido el ida y vuelta que queríamos, ni la unidad en el trabajo que necesitábamos. Más allá de eso, sabemos entender y comprender los tiempos en los que estamos viviendo. Respecto de La Libertad Avanza, la verdad es que viajo seguido a Buenos Aires y soy recibida por senadores y diputados de esta fuerza política emergente. Ellos me han facilitado las cosas a la hora de desempeñar mi tarea como edil: no he encontrado trabas de ningún tipo, ni tampoco falta de respuesta. Por el vínculo que hemos construido en este año, estoy tranquila y segura de que no se van a ver comprometidos los esfuerzos y el trabajo en común frente a esta decisión. -¿Cómo evalúa el estado actual de Concepción del Uruguay y cuáles son los principales desafíos que enfrenta la ciudad? -Concepción del Uruguay se caracteriza por ser una ciudad hermosa, teñida con el color de los diferentes perfiles que se le pueden dar. Podemos perfilarla hacia el turismo recreativo, histórico, educativo; de hecho, es un polo educativo. Se puede avanzar aún muchísimo y está casi todo por hacer. Actualmente, la ciudad está sufriendo, pero no sufre desde ayer: sufre desde hace mucho tiempo. También es oportuno, como vecinos, hacernos cargo de lo que sí sí, y de lo que no no. ¿Qué quiero decir con esto? Los residuos sólidos urbanos, la basura, afectan y contaminan. No solo contaminan el medio ambiente, sino que también contaminan nuestra vista, cuando vemos esos contenedores desbordados. Aquí es donde entramos nosotros, los vecinos. Si el contenedor está lleno, ¿por qué seguimos dejando ahí la basura y no la llevamos a nuestras casas para sacarla al otro día? Son hábitos que impactan y que podrían cambiar el aspecto de la ciudad. La municipalidad tiene la responsabilidad de recolectar la basura, tratarla y darle una disposición final —tema del que podemos hablar otro día, porque hay mucha tela para cortar—, pero si pasa el recolector y se encuentra con que le han tirado un placard prácticamente armado, o que el vecino poda sus árboles dentro de su casa y deja los residuos verdes livianamente en la calle, en lugar de llamar un contenedor o encontrar el medio para llevarlos a los lugares permitidos… a eso voy con el rol del vecino y los sí sí y los no no. Veo una ciudad que sufre, pero que necesita de todos. Y acá viene, otra vez, la gran pregunta: ¿por qué no podemos unirnos para hacer lo que está bien? ¿Qué importa quién está en el gobierno local? Lo que importa no son las ideologías políticas, no son los partidos políticos. Lo que importa es que cuidemos lo que amamos: nuestra ciudad, donde viven nuestros hijos. Esto es lo que realmente nos tiene que movilizar como ciudadanos. Menciono la basura como ejemplo, pero también puedo mencionar que si la boleta de Obras Sanitarias aumenta, es porque cada día es más caro potabilizar el agua, y porque la mayoría de los vecinos la derrocha. No hay control, no hay conciencia. Y al no haber conciencia, y mucho menos control, la ciudad sufre. Por eso la vemos triste, cuando en realidad tenemos una ciudad espectacular, hermosa. Claramente, esta comunidad enfrenta desafíos importantísimos. Mencioné algunos de tipo doméstico y cotidiano, pero también enfrenta otros desafíos: las necesidades de los menos afortunados y cómo paliamos esa situación, la falta de trabajo, etc. Porque las necesidades son infinitas, pero los recursos no. Entonces, es ahí donde todos tenemos que apelar a la empatía. Por ejemplo, al uso medido y justo de cada servicio. Y también, apelar a la solidaridad colectiva y comunitaria. Porque hoy estamos en un lugar, mañana podemos estar en otro. Y si hacemos memoria, seguramente muchos estuvimos, a lo largo de nuestra vida, en diferentes lugares. La memoria es buena, porque nos ayuda a no repetir los mismos errores. Y como sociedad necesitamos ejercitarla: ser más responsables, más empáticos y más solidarios. -¿Cree que el trabajo del Honorable Concejo Deliberante puede realmente solucionar los problemas de los habitantes de la ciudad? ¿Por qué? -El Concejo Deliberante puede aportar muchísimo a la solución de los problemas de los habitantes de la ciudad. Nosotros tenemos tres funciones: representar, legislar y controlar. Pero además, si llevamos adelante esta tarea con amor al prójimo y vocación de servicio, vamos a poder encontrar mucho más fácilmente las soluciones. En cuanto a las normativas: muchas están, existen; otras quizás se tienen que mejorar; algunas, claramente, se tienen que actualizar; y otras, es necesario que surjan. Con los proyectos de comunicación solicitamos al Ejecutivo determinadas acciones de distinta índole que no se han hecho. Esta es nuestra manera formal de pedir que se hagan. A través de los proyectos de ordenanza intentamos ordenar algo que está desordenado y que es importante que tenga un marco: que sepamos qué se puede, qué no se puede, cómo se puede, cómo no se puede, en qué lo beneficia al vecino y en qué no lo beneficia. Pero también es necesario entender que cada ordenanza que se sanciona involucra a toda la comunidad. Por lo tanto, cada uno tiene que internalizar esas órdenes y hacerse parte. Las ordenanzas no son solo del bloque cuya autoría está presente, ni son potestad exclusiva del HCD, tampoco del Ejecutivo. Tenemos que evitar que queden simplemente en una promulgación. La elaboramos, la sancionamos, la promulgamos… sí, perfecto. Pero lo que intento comunicar es que la ciudadanía debe comprender que las ordenanzas están, y lo que necesitamos son mayores controles. Cada ordenanza es para apropiársela, porque tiene que ver con vivir más ordenados. Vivir mejor está en nosotros. Gran parte del cambio somos nosotros, y no me refiero solo a nosotros, los concejales, sino a nosotros, los ciudadanos. Le hablo como ciudadana: podemos hacer que Concepción del Uruguay sea menos triste y empecemos a verla con colores mucho más brillantes y radiantes. Es nuestra ciudad, y merece estar radiante. Porque nosotros, los que vivimos en ella, nos merecemos que esté radiante. -¿Qué opinión tiene sobre las obras que se están llevando a cabo en la ciudad, como la puesta en valor de la zona joven en la zona norte o los trabajos que se están realizando en el Boulevard Hipólito Yrigoyen? -La puesta en valor de la zona joven en el sector norte, comúnmente conocida como Las Manos, es quizás algo que la juventud demanda, y representa un principio de solución a esas demandas. No nos olvidemos de que la ciudad, desde fines de enero hasta finales de diciembre, alberga muchísima más cantidad de jóvenes por las universidades. A su vez, los jóvenes que residen permanentemente en nuestra comunidad también necesitan un lugar donde reunirse, donde encontrarse, donde hacer sus eventos, sus salidas. A veces han tomado —por llamarlo de alguna manera— una plaza, y bueno, de ahí los han corrido. Van a otra plaza y ocurre lo mismo. Los jóvenes son impetuosos, enérgicos, pero eso no impide que sean responsables y respetuosos. También les dejo a los vecinos el siguiente interrogante: si nos gusta tener una ciudad que es un polo educativo, donde los chicos vienen, pagan alquileres, gastan en supermercados, fruterías, verdulerías, farmacias —es decir, mueven un circuito económico bastante importante—, debemos tener en cuenta que esos chicos necesitan espacios donde disfrutar de una tarde de distracción, de esparcimiento. Porque están estudiando y también necesitan relajar la mente, como también necesitan salir a correr por la isla, por ejemplo. Necesitan un montón de otras cosas. Entonces, a veces me da la sensación de que la comunidad quiere que los estudiantes vengan y muevan el circuito económico, pero no quiere cederles espacio para que vivan como viven los jóvenes. Todos fuimos jóvenes alguna vez. Todos fuimos a tomar mate a una plaza. Todos hicimos una serenata a nuestros profesores en septiembre, en la Semana del Estudiante. Vuelvo, nuevamente, a la empatía, la solidaridad, la capacidad de ponernos en el lugar del otro, de mirarnos en espejo y de ver cómo me estoy vinculando con el otro. Eso no lo tenemos que perder de vista. Respecto a los trabajos que se realizan en el Boulevard Yrigoyen, debo decir que es importante terminar la obra. Ahora bien, si me lo permiten —y en esto sí voy a ser crítica—, es una obra que comenzó la gestión anterior, y se trataba de una puesta en valor. Pero se desvirtuó lo que es una puesta en valor: terminó siendo un “rompo, tiro, pongo nuevo”, donde quedaron muchas falencias al descubierto. ¿Cuáles son los proyectos que ha presentado y que pretende impulsar en el futuro cercano? Desde que asumí, el año pasado, he presentado pedidos de informes, proyectos de comunicación y proyectos de resolución. Gracias a Dios, todos han llegado a buen puerto. Actualmente, a través de un proyecto de comunicación presentado, pudimos poner nuevamente sobre la mesa la conversación acerca de qué hacer con el excedente de plástico que vuela por nuestra ciudad en forma de bolsas camiseta. Si bien hay una ordenanza del 2021, hoy nos estaría faltando mucho para poder aplicarla, por lo que estamos trabajando desde la Comisión de Bromatología, Zoonosis y Ambiente. Presido la Comisión de Comercio y, desde la misma, se han impulsado ordenanzas como la de Ruidos Molestos y la de Nocturnidad. Pretendo impulsar una nueva ordenanza que sea realmente aplicable a la Fiesta Nacional de la Playa de Río. Y hay más, pero no nos adelantemos. -¿Cuáles considera que son las prioridades para mejorar la calidad de vida de los habitantes de Concepción del Uruguay? -Las prioridades para mejorar la calidad de vida de los habitantes de Concepción del Uruguay están en encontrarle la vuelta a los residuos sólidos urbanos, tener un tránsito ordenado, generar trabajo atrayendo inversiones privadas, y mejorar la atención primaria de la salud, articulando con el Hospital Justo José de Urquiza los casos que surgen desde los CAPS (Centros de Atención Primaria de la Salud). Aportar más en políticas que capaciten a los menos afortunados, hacerlo desde la perspectiva de lo que somos: seres humanos. Necesitamos un programa de educación y concientización eficiente, efectivo y eficaz, para formar a quienes circulan en vehículos de distinto porte dentro del ejido. También necesitamos un programa para que nuestros chicos aprendan sobre medio ambiente y el cuidado del mismo. Nos preocupamos por qué mundo dejar a nuestros hijos, pero nos olvidamos de preparar a nuestros hijos para que cuiden el mundo que les estamos dejando. Para finalizar, una última reflexión que tiene que ver con volver al origen, a las raíces, a la familia como institución primaria, a la educación como base de aprendizaje, al respeto, a los valores, a los principios, a la cultura del esfuerzo y del trabajo, porque el trabajo dignifica. Con esto vamos a obtener seres humanos formados; no solo capacitados, sino también formados, y nos vamos a garantizar un gran futuro. Seamos dignos y aportemos para dignificar a todos y a cada uno de los habitantes de esta hermosa Concepción del Uruguay.

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