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  • “La escuela no puede sola”: entrevista con Sandra Nicastro

    Gualeguay » Debate Pregon

    Fecha: 08/06/2025 12:04

    El pasado martes 3 de junio, el Salón del Colegio San José de Gualeguay fue escenario de una enriquecedora jornada de reflexión sobre la docencia actual. La reconocida licenciada en Ciencias de la Educación Sandra Nicastro brindó el taller “Trabajar en la escuela de hoy”, organizado por el Instituto Superior Adveniat y destinado a estudiantes de formación docente, especialmente de tercer y cuarto año de los profesorados. Con una trayectoria destacada en investigación, formación docente y producción académica, Nicastro es una voz autorizada para pensar los desafíos de la escuela en tiempos de transformación profunda. En diálogo con El Debate – Pregón, y previo a la disertación, compartió su visión crítica y propositiva sobre la educación, el rol docente y las condiciones estructurales del sistema. —¿Cómo resumiría su trayectoria profesional? —Soy licenciada en Ciencias de la Educación, especializada en análisis institucional. Me desempeño como profesora en la carrera de Ciencias de la Educación en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, y también en el profesorado de Ciencias Jurídicas de la Facultad de Derecho. Además, dicto clases en posgrados, maestrías y doctorados en distintas universidades del país. He trabajado en la formación de docentes, en ministerios y en distintos espacios institucionales, según las políticas públicas de cada momento. Siempre desde una mirada que pone en el centro el análisis de la escuela, sobre todo en relación con los roles de gestión y acompañamiento. —¿Qué la motiva a compartir su experiencia en charlas y talleres con estudiantes y docentes? —Desde hace muchos años estudio las dinámicas escolares y los procesos que atraviesan al sistema educativo. Me interesa entender qué ocurre en las escuelas, cómo impacta la época en ellas, cómo afecta el contexto social al trabajo docente. Esa reflexión me llevó a convertirme también en asesora institucional. Lo que busco es generar espacios donde podamos pensar colectivamente qué implica hoy trabajar en una escuela. —¿Considera que el sistema educativo actual necesita ser más amplio, más dinámico? —Estamos en un momento crítico desde el punto de vista de la política pública. Venimos de períodos donde hubo programas y líneas de acción muy sólidas, pero hoy somos un país que ni siquiera tiene Ministerio de Educación. Eso tiene consecuencias. A esto se suma la situación salarial de los docentes, también muy grave. Entonces, cuando se pregunta por qué no mejora la escuela, la respuesta está en las políticas que la sostienen —o no la sostienen—. No se trata de evaluar al docente de forma aislada, porque nadie enseña solo: el docente forma parte de un sistema político, institucional y social. —¿Qué temas abordará en el taller brindado en Gualeguay? —La idea fue pensar juntos qué significa “trabajar en la escuela de hoy”. La escuela actual es muy distinta incluso para quienes son jóvenes. Venimos de una pandemia cuyas consecuencias siguen presentes: afectó la subjetividad de los niños, jóvenes y también de los docentes. Es imposible pensar la tarea sin considerar esos efectos. Trabajamos sobre interrogantes que surgen hoy en las aulas, preguntas para las que muchas veces no hay respuestas claras. La clave está en habilitar el pensamiento crítico, en revisar cómo se construye el rol docente y el sujeto de aprendizaje en este contexto. —¿Cuánto influye la cuestión social en la vida escolar? —La atraviesa totalmente. Cada uno de nosotros porta la época, lleva consigo lo social. No podemos pensar que la escuela está fuera del tiempo o del contexto. Lo que sucede en una familia, en una fábrica, en un hospital, también sucede en la escuela. Somos sujetos de esta sociedad y eso se refleja en las aulas. —¿Qué le diría a un docente que no puede manejar a su grupo, que se enfrenta a una clase difícil? —No hay una receta. Si la hubiera, sería fácil. Lo que hay que hacer es abrir conversaciones permanentes: entre docentes, entre equipos directivos, con las familias, con las organizaciones comunitarias. Nadie puede solo. Los padres tampoco pueden solos. Por eso debemos construir salidas colectivas. Hay cuestiones que la escuela no puede resolver por sí misma, aunque puede muchas otras. Pero no todo. No se le puede pedir todo a la escuela sin recursos, sin acompañamiento, sin políticas públicas. —¿La autoestima de los chicos influye en el clima escolar? —Claro. Un niño con baja autoestima va a manifestarlo, muchas veces, con comportamientos difíciles. Y no alcanza con que la maestra le diga “vos podés”. Tiene que haber un contexto que lo sostenga, una mirada adulta presente en otros espacios. La escuela sola no puede con todo, aunque sí puede ser un lugar muy valioso. —Entonces, ¿qué significa el compromiso de todos los actores? —Comprometerse no es solo una cuestión de buena voluntad. Tiene que haber políticas, recursos y acompañamiento. Con la buena voluntad no alcanza. Necesitamos un marco institucional que sostenga el compromiso. Solo así podremos construir una escuela mejor.

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