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» Diario Cordoba
Fecha: 08/06/2025 10:53
La fotografía es un medio polivalente, dúctil, al servicio de cualquier disciplina o fin. Cualquiera, especialmente desde que aparecieron los móviles y las cámaras digitales, puede conseguir una foto bonita o impactante. Pero conmover, enamorar o herir con una imagen solo está al alcance de unos pocos fotógrafos. Auténticos autores que elevan la fotografía al nivel de arte. Y este era el caso de Juan José Romero. Algunos dicen de él que fue el fotógrafo de la movida cordobesa, que su trabajó apareció en importantes publicaciones o que retrato el infierno humano. Sin embargo, creo que para Juanjo la fotografía fue un salvavidas. Un asidero al que agarrarse para captar la vida de verdad, esa que el simple paso de las horas daña al corazón y golpea el alma. Porque pocos autores como Romero se han atrevido a disparar con su cámara hacia el interior del espíritu humano. Y aún menos, los que se han atrevido a revelar al mundo esos disparos de su mirada, ya que esas instantáneas no solo muestran al fotógrafo, sino que narran la vida de verdad, esa que todos nos negamos a mirar a los ojos a lo largo de toda nuestra existencia. Juanjo Romero. / A. J. González Una mirada valiente Por eso las fotografías de Romero, aún colgadas de la sala La Inaudita de Córdoba, en el mejor de los casos incomodan y en el peor aterran. No todos quieren ver esa verdad. Su trabajo, siempre de culto y alternativo, se movió en los márgenes de la fotografía y de la vida. Pero para los que saben mirar sin miedo, su obra, rotunda y valiente, siempre perdurará.
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