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» TN corrientes
Fecha: 08/06/2025 08:26
Sociedad Día del periodista: Mónica Cahen D'Anvers, a los 90 años, y los recuerdos de Irán, Uganda y otras misiones periodísticas Sábado, 7 de junio de 2025 Retirada y en la paz de La Campiña la dupla del recordado César Mascetti sigue siendo referente de varias generaciones. Cómo le puso el cuerpo a hazañas y tragedias que quedaron en la historia. "Me estoy muriendo en San Pedro, rodeado de durazneros en flor y de naranjos que esperan su turno para dejar caer sus pétalos". Así empieza la carta que en 2022 trompeó la mandíbula de los argentinos. "Estoy en medio del campo, caminando con mis perros, que perciben desde hace días lo que va a pasar. Estoy mirando el río, escuchando las campanas que escuchan mis abuelos... Estoy por ver volar a las palomas, que cubrirán el cielo como todas las tardecitas. Dentro de poco me llevarán con ellas". Ese casi poema de despedida de César Mascetti que fue leído en el cementerio de San Pedro el día de su entierro, entre sueltas de palomas y canciones de Sandra Mihanovich, es uno de los tesoros de Mónica Cahen D'Anvers?, el "testamento" de una cosecha de a dos y de un adiós pacífico. Desde hace casi 1.000 días es viuda e intenta hacerse a la idea de algo a lo que su público no puede: Mónica sin César. Ese 4 de octubre en que Mascetti murió tras un cáncer biliar, la hija del conde francés Gilbert Cahen D'Anvers redobló la apuesta del silencio. Casi siete meses atrás Mónica María Elina Susana reapareció sorpresivamente en un acto público: recibió un diploma de la Academia Nacional de Periodismo, como si hubiera transcurrido un parpadeo desde que Carlos Montero fue a buscarla por decisión de Goar Mestre al grito de "quiere que seas la primera mujer periodista que haga un noticiero". Era 1966 y Nené Cascallar asesinaría a su personaje de Cuatro hombres para Eva, la aplastaría con un taxi por obra del guión y así la habilitara a sentarse en Telenoche. Este día del periodista, entre egos estirados al extremo, influencers que se precian de tales y seres agotadoramente autorreferenciales, Mónica, de jóvenes 90 años y 60 de periodismo, vuelve a elegir el bajo perfil pese a los cien intentos de nota. Agradece, pero rechaza la propuesta de entrevista. "No está haciendo notas", responde su hija Sandra, mientras lo mismo repiten desde su entorno. Cuentan que, aunque retirada de los medios, sigue pensando como periodista. No puede cambiar esa forma de observar el mundo, esa piel atravesada por la tragedia cubierta en Uganda, Irán y otras latitudes. La primera vez que vio un cadáver tirado en medio de la calle, y otros cien, como si se tratara de residuos corrientes, fue en 1979, cuando voló desde Buenos Aires a Ciudad del Cabo, luego a Nigeria y de allí a Uganda, en África Oriental. Aterrizó con la misión de retratar el estallido en medio del gobierno del sangriento militar Idi Amin y recorrió las cárceles de Kampala con escalofrío. Todavía recuerda la forma en que un grupo de ugandeses la miraba mientras le apuntaba con ametralladoras. Fueron 48 horas en las que conoció la sensación de la propia muerte cuando supo de colegas ejecutados durante la misma misión. Mónica temblaba, pero entendía que había nacido para algo más que ser la aristocrática y formada hija del conde francés Gilbert Cahen D'Anvers y de María Elina Láinez Peralta de Alvear. La mujer criada con niñera inglesa y chofer "se corrió del centro, prefiere que la recuerden, no quiere convocatorias", cuentan desde La Campiña. "Es posible encontrarla en una visita, entre las plantaciones de naranjos, en la dulcería, en el galpón de empaque, en el palomar creado por César, en la huerta, en el restaurante, pero no hay momento particular. Es azar coincidir con ella". Nelson Castro, su entrañable colega, confirma esa regla inquebrantable: que la dama de La Campiña es imposible de convencer, la figurita difícil cada vez que en la TV y la radio busca homenajearla. Por su lado, Catalina Dlugi también extraña a esa mujer versátil y viajera que dejó huella en la pantalla argentina. Todavía recuerda Dlugi cuando como directora de Radiolandia convocó en Aeroparque a una de las mujeres más influyentes de la televisión para una producción fotográfica en la revista. "Mónica se subió a la nariz del avión", evoca. Ese pequeño acto de audacia resume toda esa biografía periodística en base a altura y aventura. "Mónica estuvo hasta en la transmisión de la llegada del hombre a la Luna (Neil Armstrong y Edward Buzz Aldrin, 20 de julio de 1969). Pero más que a todos los lugares a los que viajó, ella es una institución del periodismo argentino por quién es, una mujer brillante y ejemplo de compañera de laburo, de una humildad del mismo tamaño", se emociona el periodista Luis Otero, su amigo y compañero de noticiero desde 1989 hasta 2003. "En la calesita de los egos a la que tantos se arrojan sobre la sortija, tenemos que vernos en ese espejo de Mónica. Ella nos da una lección del verdadero profesional que impone su presencia por capacidad y humildad y no por esperar que el otro se caiga". El día que fue detenida Bisnieta de Manuel Lainez, el político y periodista, Mónica cree que algo de ese gen heredó en su amor por la comunicación. A los 15 él fue corrector del diario La Tribuna y en 1881 fundó y dirigió hasta su muerte el periódico El Diario (en el que escribía sarcásticamente bajo el seudónimo Juan de las Viñas). Ex alumna del Northlands School de Olivos, estudiante de Literatura en la Universidad de Cambridge, casada a los 21 años con Iván Mihanovich, saboreó el rol de actriz en la telenovela El amor tiene cara de mujer. Estudió teatro con Carlos Gandolfo, tuvo su breve recorrido escénico, pero prefirió abrirse camino con los pies en el barro, registrando la vida en villas de emergencia, en conflictos bélicos, en catástrofes. Trilingüe, criada en "una nube que nada tenía que ver con la Argentina promedio", con la prohibición de "escuchar radio" en una casa "pituca", fue gracias a su primera nota en exteriores que vio "otro mundo" dentro de su país, niños descalzos, asentamientos, madres pidiendo limosna. Calcuta, Panamá, Washington... de la mayoría de sus millas dignas de azafata internacional no hay registro fílmico ya, pero el público sigue reconociendo las hazañas de Mónica presenta... Preguntas inquisidoras mano a mano con ex secretario de Estado de los Estados Unidos Henry Kissinger o con el hombre que hizo renunciar al presidente Richard Nixon, Ben Bradlee. El periodismo la buscó (y no al revés) y desde entonces se abrazó a él. Suele contar que en una de las primeras notas lloró tanto que sintió que llenaba el Río de la Plata. Le asignaron una entrevista en un hogar de niños y no supo qué hacer mientras cincuenta bajitos la llamaban "mamá" y le rogaban "llevame". Desde entonces supo romper a tiempo la cajita de cristal para entender que afuera no todos vivían tan plácidamente. En 1979, al comienzo de "la crisis de los rehenes en Irán", cuando un grupo de estudiantes iraníes retuvo a diplomáticos y ciudadanos de los Estados Unidos de América, Mónica estuvo para documentar el hecho y puso el cuerpo: fue detenida por 48 horas durante la cobertura de la toma de la Embajada de Estados Unidos. La elección de vida actual de Mónica, en las antípodas de esas aventuras, con su paraíso de árboles y verde infinito, es una forma de cerrar el círculo de su propio árbol. Su otro bisabuelo Louis Cahen Dánvers, creador en Francia de la Compañía francesa aromática, era amante de los jardines, los parques, el cultivo, las raíces y el proceso de fotosíntesis. Llegó a Asunción en el siglo XIX y quedó flechado por las plantas, la inmensidad, la selva. "¿Qué hacemos con lo ahorrado, mi amor?". El día de 1979 que César le hizo esa pregunta a su mujer, ni la opción "bonos o rentas" los convenció. "Produzcamos", dijeron al unísono y se lanzaron al campo hambrientos como si tuvieran 18. Al principio compraron 12 hectáreas y todo se multiplicó, incluyendo los árboles frutales que pasaron de 4 mil a 100 mil. En ese marco, César aprovechó para desarrollar más su pasión, la colombofilia (la cría y adiestramiento de palomas). El 19 de diciembre de 2003, Mónica y César se despidieron de Telenoche, del trabajo diario en TV (continuaron en Radio Del Plata hasta 2015) y del público que los siguió por casi medio siglo. Para ella fue soltar un "hijo" al que había parido el 3 de enero de 1966, cuando Andrés Percivale y Tomás Eloy Martínez acompañaban lo que sería un hito televisivo. Hoy Mónica, la misma de la pintoresca publicidad de Gordini o la que actuó con el mismísimo Alfredo Alcón y con Mirtha Legrand en la película Con gusto a rabia, no hace más que disfrutar de la cosecha y respirar belleza. La rodean sus hijos Sandra e Iván "Vane" Mihanovich, sus nietos Sol y Sebastián (hijos de "Vane") y las bisnietas Elina, Amelia y Maica. "Ser buena persona es la base de todo. Si fuésemos más conscientes de eso...", le dijo seis años atrás a Ana Gerschenson en un homenaje de Radio Nacional. Tal vez el público pueda olvidarse de aquella Mónica en acción en medio de un hecho noticioso, pero siempre recordará a esa dupla irrompible, "MónicayCésar", así sin espacios, como el dúo "buena gente" que pregonó esa máxima hasta el final. Sábado, 7 de junio de 2025
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