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» Diario Cordoba
Fecha: 07/06/2025 21:16
Obviamente, si escuchamos las palabras cabina y cine, con bastante seguridad, lo primero que se nos vendrá a la cabeza será la imagen de José Luis López Vázquez encerrado, con un ataque de ansiedad, entre las paredes acristaladas de un espacio de comunicación que se volverá insoportablemente aislado. El mediometraje que Antonio Mercero filmó en 1972, coescrito con Garci, supuso todo un acontecimiento audiovisual en su momento y perdura en el tiempo. Otro personaje enclaustrado en una cabina, ahora en Nueva York, es el que interpreta Colin Farrell en la producción estadounidense de 2002, dirigida por Joel Schumacher, Última llamada. En este thriller, el protagonista no puede colgar el teléfono; si lo hace, un francotirador le disparará. Alfred Hitchcock, el mago del suspense, nos ofrece otra imagen emblemática cuando Tippi Hedren permanece atrapada en otra cabina mientras es atacada por gaviotas asesinas en Los pájaros (1963), una imagen que compite con la ducha de Psicosis. Y del terror saltamos al cine de superhéroes con la icónica transformación de Superman. Woody Allen también se ha refugiado en estos espacios, aunque con otros fines, como en Stardust Memories (1980), una especie de homenaje a Fellini, ocho y medio. Y no me puedo olvidar de las cabinas rojas made in Scotland de Un tipo genial (Bill Forsyth, 1983) y Rompiendo las olas (Lars von Trier, 1996). Suscríbete para seguir leyendo
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