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» Diario Cordoba
Fecha: 07/06/2025 05:31
Hay quienes siguen buscando en los intersticios de la experiencia un lugar para decirse y ordenar el mundo. Lo hacen a lo largo de la vida y la escritura jugándose en ello una apuesta de alto grado, sobre todo, cuando vida y escritura son casi un decir lo mismo. Si la poesía escrita por mujeres –que es también la escritura femenina de los últimos 3.500 años– ha contribuido de forma definitiva a la crisis del patriarcado, hoy impresiona la contundencia con la que Juana Castro se presenta en la escena poética cordobesa a finales de los años setenta del siglo pasado produciendo un quiebro inmediato, una ruptura, que transformaría para siempre el panorama de la poesía española de finales de siglo XX. Cuando Juana Castro empieza a publicar en 1978, en muy poco tiempo, el mundo se va transformando con enorme rapidez empujado por un deseo y un sentido de la libertad que a la luz del feminismo, han manifestado «más mujeres que hombres» a lo largo de la historia. Libertad y deseo más allá de las leyes, tal y como anuncia la ‘Antígona’ (1967) de María Zambrano y toda la poesía escrita por mujeres hasta hoy. Hoy celebramos que su poesía ha sido reunida felizmente en un volumen completo por la editorial Torremozas. Se trata de una experiencia de lectura asombrada que enseña cómo captar, contar y ordenar la experiencia de la libertad femenina implica un movimiento interior y radical. Movimiento que ella ha puesto en marcha una y otra vez: por deseo, por devenir, por saciar y llenar el hueco. Entonces, escribir para ser otras y la misma, para volver a ordenar y dar luz a la memoria involuntaria, colectiva, genealógica y familiar. Escribir para contar una experiencia coral y polifónica, personal, altamente política y universal. Toda su obra se mueve en la ruptura del discurso hegemónico y normativo de forma tan impecable como inaudita mostrando cómo lo femenino no es aquello que la cultura ha pretendido imponer sobre las mujeres, sino aquello que con su poesía ha horadado sin descanso desde la publicación de su primer poemario, ‘Cóncava mujer’, (1978) hasta ‘Antes que el tiempo fuera’ (2018). Su voz es tan desleal como lo es la propia poesía, que se sigue imponiendo como conocimiento del mundo Historia viva Desde ese lugar que ella ha nombrado en numerosas ocasiones como destierro, su mirada se ha anticipado a todo con una lucidez visionaria, más allá de las modas y las tendencias, haciendo que sobre el mundo y su supuesta única realidad sobresalga todo lo que había quedado borroso, en la zonas liminales de la existencia. Por eso, su excurso no puede dejarnos indiferentes, pues se trata siempre de un punto de partida que desterrado, desde el exilio, se convierte en método para atravesar lo otro. Toda su poesía orbita en una experiencia interior significante, que dialoga con el mundo creando y generando significados nuevos. Si es cierto que la escritura rescata y redime la propia historia, los amores, lo vivido y lo soñado, la poesía de Juana Castro revitaliza la historia que, en ella, se presenta como una historia viva, viviente. En su escritura, cada acto enunciativo se convierte en una escena desde la cual recusar y desbancar lo mandado haciendo emerger la apuesta de una experiencia femenina libre, que ella ha sabido poner al descubierto generando una continua forma de revuelta. Quien se acerque a leer distinguirá enseguida una clara línea de obediencia zambraniana, que es la obediencia hacia una misma, hacia lo que tiene que ser dicho por una de forma original. Originalidad que tiene que ver con los inicios de la cultura, con una geolocalización más allá del patriarcado, de su desprecio por la vida y su constante violencia. Ese lugar desde el que ella escribe hace que toda su obra se declare irrevocablemente infiel a esa cultura establecida, normalizada y asumida. Su obediencia adopta en su poesía la forma de una firme deslealtad cultural que le ha permitido tramar en la urdimbre del mundo una constelación de voces femeninas y experiencias que se despliegan haciendo de su obra uno de los legados más importantes de la poesía española de la segunda mitad del siglo XX. Experiencia poética Tanto si esa deslealtad y ese sentido de la obediencia fueron una elección consciente —«en la poesía escribimos lo que no sabemos que sabemos», ha dicho ella en más de un ocasión— estamos ante una experiencia poética que no se conforma ni con la incorporación a una tradición ni a un lenguaje dado. Tampoco con su supuesta performatividad. Su trabajo se inscribe en la importancia que lo simbólico toma a lo largo del pasado siglo, junto a la cualidad política implícita de la poesía como forma de subvertir el orden simbólico establecido. En este sentido, la voz de Juana Castro es tan desleal como lo es la propia poesía, que se sigue imponiendo, pese a todo, como modo y forma de conocimiento del mundo. ‘He cantado en la noche. Poesía reunida de Juana Castro’. Autora: Juana Castro. Editorial: Torremozas. Madrid, 2025. Una obra reconocida con diversos premios No es exagerado afirmar que la maestría de Juana Castro reside en saber dar sentido a lo que regresa. De ahí que toda su obra orbite sobre sí misma en ese viaje espiral en el que constantes, obsesiones, medios y temáticas se entrelazan de forma caleidoscópica. En el poema ‘Cuando cesa la lluvia’ (’El extranjero’), dedicado al año de su nacimiento (1945) anota lo que sigue: «(…) A ti se te ocurrió/ nacer en aquel año./ Lo llamaron del hambre./ Por la lluvia./ Cornadas que ya nunca/ cesó de darte el cielo por su gracia». Porque también el hambre, la lluvia (lo acuático), lo terreno y lo sagrado, son constantes que ella explora con las palabras y los significados, multiplicando las posibilidades de lectura de toda su poesía. Su obra ha sido reconocida y premiada con importantes galardones dentro del mundo de las letras. Su labor como articulista ha sido reconocida con el Premio Nacional Imagen de la Mujer (1984), el Premio Carmen de Burgos (1996) y el Premio Meridiana, Instituto Andaluz de la Mujer (1998). Su obra poética ha sido traducida al italiano y, parcialmente, al catalán, francés, checo, alemán, inglés y chino. Ha recibido, entre otros premios de poesía, el Premio Juan Ramón Jiménez (1989), el Premio Carmen Conde (1994), el Accésit del Premio Esquío (2000), el Premio Jaén (2005) y el Premio Nacional de la Crítica (2010). También ha sido galardonada con la Medalla de Andalucía en el año 2007 por el conjunto de su obra y ha recibido el Premio de las Letras Andaluzas Elio Antonio de Nebrija en el año 2021. Suscríbete para seguir leyendo
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