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» La Capital
Fecha: 06/06/2025 19:12
Esta semana comenzó el juicio a una mujer de 35 años acusada de entregar a María Cristina Carabajal para que un sicario la mate de un disparo en la cabeza. Esta semana comenzó a juzgarse en Rosario un asesinato cometido en 2021 del cual se desconoce, por el momento, quién fue el autor material y el instigador. La persona acusada es una conocida de la víctima que, según la investigación, la traicionó para dejarla expuesta ante un sicario que la mató de un disparo en la cabeza . Como trasfondo del crimen se asoma un marco de narcocriminalidad y venganza con nombres conocidos en la crónica policial. María Cristina "Kitty" Carabajal tenía 30 años cuando al anochecer del 6 de diciembre de 2021 fue asesinada de un disparo en la cabeza. Los testigos dijeron que la mujer salía del pasillo de la casa de pasaje 1709 al 7800, barrio Godoy, cuando un hombre la emboscó para matarla. >> Leer más: Piden 20 años de prisión para la acusada de entregar el crimen de una mujer en barrio Godoy Cuando salió a la calle, Kitty iba al encuentro con Rocío Castro, una conocida con la que había coordinado para ir a comer a la costa del río Paraná. Para el fiscal Lisandro Artacho, que investigó el crimen, ese encuentro pactado fue una traición, parte del plan para matarla por motivos que por el momento se desconocen. Esta semana comenzó el juicio con la acusada, hoy de 35 años, imputada como partícipe necesaria del homicidio y con un pedido de 20 años de prisión como condena. Historia de una traición El 6 de diciembre de 2021, cerca del mediodía, Kitty Carabajal recibió mensajes de WhatsApp de un contacto que no tenía agendado. Era Rocío Castro, a quien había conocido por allegados en común pero con quien hacía tiempo no hablaba. La mujer la invitó a tomar unos mates y acordaron encontrarse en la casa de la madre de Kitty, donde ella se había instalado meses atrás. Ese encuentro, según expuso el fiscal en la apertura del juicio, duró apenas veinte minutos. Durante la tarde las mujeres continuaron hablando y Rocío le dijo que pensaba salir a algún lado para despejarse. "Conta conmigo para eso", le respondió Kitty. Entonces organizaron una juntada en La Florida y a lo largo de la tarde hablaron sobre qué llevarían para comer y tomar. Así comenzó a tomar forma un plan que, sin que Kitty lo imaginara, iba a terminar en una emboscada para concretar su asesinato. >> Leer más: Imputaron a una mujer por "entregar" un crimen en barrio Godoy A las 19.55 Rocío le avisó que estaba en camino en su auto. Diez minutos después Kitty le dijo estaba por salir junto a su hermana, quien se había sumado al plan. Rocío continuó avisándole donde estaba y le pidió que la esperaran afuera. Minutos después Kitty salió del pasillo, caminó unos metros más adelante que su hermana y cuando estaba por llegar a la vereda fue interceptada por un hombre. Esta persona sacó un arma y le disparó a la mujer en la cabeza, provocándole la muerte en el acto, y corrió hasta un auto que lo esperaba para escapar. Los miedos de Kitty Durante la investigación trascendió un conflicto de la víctima que pudo estar relacionado a su asesinato. Tiene que ver con personas privadas de la libertad, investigadas o condenadas por narcotráfico y homicidios. En ese marco Kitty había recibido algunas visitas sospechosas en su casa, pero nunca las relacionó a la repentina reaparición de la mujer ahora juzgada como partícipe del crimen. El 25 de noviembre, cerca de las 23, dos hombres llegaron a la casa preguntando por María Cristina, "La Kitty". Las personas que atendieron preguntaron qué necesitaban y los hombres, al no tener una respuesta certera, se fueron sin decir nada más. >> Leer más: Una denuncia por abuso, posible contexto del crimen de una joven en el barrio Godoy Esa visita inquietó a Kitty, estaba segura que muy pocas personas sabían que desde hacía un tiempo estaba viviendo allí en la casa de su madre. Minutos después contactó a una tarotista que le recomendó hacer un ritual para pedirle protección a una deidad umbanda. El día que la mataron, horas antes y luego de la visita de Rocío, nuevamente una persona llegó a la casa preguntando por Kitty. La secuencia fue igual: el desconocido se marchó cuando quien atendió no fue ella sino un familiar que le preguntó a esa persona quién era y para qué la buscaban. En esta ocasión la tarotista aventuró que la visita iba de parte de gente muy pesada y muy oscura, una persona morocha que tenía problemas con la policía. La sombra del Morocho Mansilla Durante la investigación trascendió que la víctima del homicidio conocía a Claudio "Morocho" Mansilla, conocido por haberse fugado de la cárcel de Piñero y condenado a prisión perpetua por instigar homicidios desde prisión. Allegados a Kitty contaron que la mujer lo había conocido por medio de Brenda "Cote" Pared, otra reclusa vinculada a bandas criminales. La sombra del Morocho apareció en la investigación pero por el momento no hubo avances en ese sentido. >> Leer más: Por un crimen en barrio Godoy apresan a una mujer en Mar del Plata Según esos testimonios Kitty había trabajado junto a Rocío para el Morocho, ocupándose de juntar la recaudación de sus puntos de venta de drogas. Pero ya hacía tiempo que se había alejado de ese grupo con el cual, de acuerdo a lo que surgió en la causa, había tenido un vínculo más estrecho entre 2015 y 2016. Tiempo después Kitty se puso en pareja con Facundo Pérez, un hombre que en julio de 2023 fue detenido en el marco de una investigación federal que lo ubicó como mano derecha del narco Julio "Peruano" Rodríguez Granthon. En la causa por el homicidio de Kitty surge que no solo ella había tenido problemas con Morocho Mansilla, sino también Pérez por asuntos que no trascendieron. >> Leer más: Condenan a prisión perpetua a "Morocho" Mansilla por instigar crímenes desde la cárcel Para cuando Kitty fue asesinada, Mansilla continuaba prófugo tras haberse escapado de la cárcel de Piñero. Testigos aseguraron que se escondía en el barrio Santa Lucía, su territorio más conocido, cuando todavía faltaban seis meses para que fuera recapturado en una casa de la Zona Cero. Algunos rumores indicaron que durante ese período de libertad el Morocho se ocupó de "saldar deudas" con personas con las que había tenido conflictos, por lo cual estuvo detrás de varios asesinatos. Parte del crimen Al momento de presentar su acusación contra Rocío Castro, el fiscal Artacho indicó que la imputada abusó de la confianza de la víctima para realizar tareas de inteligencia. Eso comprendió haberle escrito para primero pactar un encuentro, confirmar así el lugar dónde estaba viviendo, y luego engañarla para que saliera y quedara expuesta ante el autor del homicidio. Según se pudo confirmar en la investigación, Castro mediante mensajes de WhatsApp le aseguraba a Kitty que estaba llegando a su casa pero en realidad estaba lejos de allí. El informe aportado por la empresa telefónica que utilizaba la imputada indicó que esa tarde estaba en la zona del barrio Nuevo Alberdi. >>Leer más: Asesinaron de dos balazos en la cabeza a una mujer en barrio Godoy También se consideró parte del plan que la mujer ahora juzgada se mudó a Mar del Plata. Ella dijo que se había ido de vacaciones y que al regresar se encontró con su casa usurpada, por lo cual regresó a la ciudad costera. Todos argumentos que para la Fiscalía fueron una manera de mantenerse alejada de la investigación. Sin embargo, a pocas horas del crimen Castro ya aparecía como sospechosa del entramado que culminó con el asesinato de Kitty Carabajal.
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