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Parana » Informe Digital
Fecha: 06/06/2025 17:00
En el corazón de Ameghino, provincia de Buenos Aires, se entrelazan una historia de resiliencia, pasión por el campo y un profundo amor familiar a través de los surcos de sorgo y girasol, un rodeo Angus y memorias imborrables. Rubén Paesani, ingeniero agrónomo y emprendedor, ha transformado su dolor más profundo en motor de vida. Hoy, a sus 64 años, lidera una empresa semillera de proyección internacional y una cabaña modelo en genética bovina. Sin embargo, su éxito es producto de una vida marcada por la pérdida y la reconstrucción. “Soy egresado del Agrotécnico de Venado Tuerto, en Santa Fe, y luego me recibí como agrónomo”, inicia su relato Paesani a LA NACION, rememorando su trayectoria con voz serena. Tras finalizar sus estudios, se asentó en Ameghino, donde formó su familia y comenzó su carrera profesional en la empresa Morgan, dedicándose a la genética vegetal, especialmente en sorgo y girasol. Así, dio sus primeros pasos en un mundo que lo ha apasionado siempre. “Me gustaba la genética vegetal”, confiesa. Con el paso del tiempo, al decidir los directivos de la compañía venderla, comprendió que era momento de independizarse y comenzar a trabajar de manera tercerizada con la multinacional, produciendo híbridos para la empresa. Así fundó el criadero y semillero Don Pedro, en homenaje a su padre, siempre con sorgo y girasol. No obstante, su historia tiene un punto de inflexión. En marzo de 2001, Paesani se divorció y obtuvo la tenencia de sus tres hijos. Si bien estaba feliz, dos días después, una tragedia lo golpearía de forma brutal. Un conductor alcoholizado chocó el vehículo en el que viajaban sus dos hijos mayores junto a una empleada doméstica. En el accidente, fallecieron Juan Pedro, de 9 años, y Anita, su colaboradora. “Fue y sigue siendo un dolor enorme. Nunca estamos preparados para algo tan devastador. No te recuperas nunca más”, confiesa, con una herida que aún le duele. Las semillas de su empresa llegan a Uruguay, Paraguay, Bolivia, Marruecos y producen en contraestación que envían a Texas, Estados Unidos El impacto emocional fue devastador, coincidiendo además con una crisis económica y climática: los campos estaban inundados y su criadero enfrentaba enormes dificultades. En ese momento, les comunicó a sus empleados que se marcharan, que buscaran otro camino. Quería indemnizarlos y cerrar todo, pero ellos decidieron permanecer. “Un empleado, Manuel Fernández, compró dos rifas, ganó dos autos 0 km y, antes de retirarlos, me pidió los cheques y me los entregó. Con ese dinero volví a empezar”, relata emocionado. Hoy, Fernández lleva 39 años trabajando a su lado. En 2007, tras recuperar la estabilidad, apostó por la expansión. Buscó nuevos horizontes y cruzó el Río de La Plata para probar sus híbridos en Uruguay. “Me llevé cinco híbridos. Hicimos todos los trámites de exportación, los presentamos en el Inase de Uruguay y entramos en la red de ensayos en ese país. Llamaba diariamente para conocer los resultados. Finalmente, nos ubicamos muy bien, entre los primeros diez híbridos en sorgo granífero y sorgo forrajero. Me contactaron para expresar su interés en importar mis productos”, cuenta con orgullo. Desde entonces, sus semillas se comercializan también en Paraguay, Bolivia, Marruecos y producen en contraestación que envían a Texas, Estados Unidos. Paesani en Palermo junto a su nieto y un ejemplar premiado Años después, durante la pandemia, su destino profesional dio un giro inesperado. Mario Sívori, el propietario que le alquilaba la parte agrícola del campo, le ofreció la totalidad de las hectáreas. “Me dijo: ‘Te gusta tanto la genética vegetal, ¿por qué no comienzas a hacer lo mismo con la ganadería? Te dejo la estancia completa y una fábrica funcionando, tú la podrás gestionar’. Me entusiasmé y me quedé. Le fui comprando sus animales Angus y con eso inicié”, recuerda. Así comenzó en el mundo de la ganadería, un ámbito nuevo que lo cautivó lentamente y le proporcionó una calma inesperada. Intentando mantener viva la memoria de su hijo, nombró a su cabaña 30 de octubre, en honor a la fecha de nacimiento del chico. “Cuando Mario me ofreció la parte de ganadería, lo consideré como una manera de alejarme un poco de la agricultura, como una forma de buscar salud mental que me brindara paz. Pero luego me fui entusiasmando, conociendo gente nueva, donde percibo una gran nobleza. Mi hijo mayor siempre hablaba de las vacas, le encantaban los animales”, comparte. Paesani en su cabaña 30 de Octubre, en Ameghino En poco tiempo, la cabaña se consolidó. Su idea inicial era hacer solo puro controlado (PC), comprando a cabañas Angus de élite como Delfinagro para armar su rodeo. Sin embargo, se fue entusiasmando con el puro de pedigree (PP), alquilando cada vez más campo, con la concepción de solo quedarse con la reposición. No pudo lograrlo y hoy cuenta con un rodeo de 1200 madres, con 950 vientres PC y el resto PP. “He recibido premios en las exposiciones Angus de Primavera y de Otoño en ediciones pasadas. Este año, exhibimos con la cabaña Alianza una vaquillona, Juliana, que obtuvo el Gran Campeón Hembra Negra y Suprema en la Expo Angus Otoño 2025”, comenta. Además, tuvo el lujo de nombrar a un toro campeón “Sorgo”, en homenaje al cultivo que lo impulsó profesionalmente. En Ameghino, Paesani lleva adelante la producción de semillas de girasol y sorgo La pasión por la genética lo llevó aún más lejos. Junto a su asesor Carlos Ojea Rullán, importó los primeros embriones de la raza Speckle Park, originaria de Canadá. “Nos entusiasmamos y formamos la asociación de la raza. El año pasado importamos 250 embriones y los distribuimos entre todos los socios”, detalla, siempre mirando hacia el futuro. “Desde siempre me gustó la genética vegetal”, afirma Paesani Hoy, Paesani reflexiona sobre la posibilidad de aflojar, al menos un poco. “Con 64 años me quedo con el rodeo Speckle Park y el Angus. Sé que la empresa de semillas no la podré manejar por mucho tiempo más, pero sí la ganadería”, medita. Reconoce que entre cultivos y genética, alambrados y animales, halló “una manera de seguir adelante” y honrar así a su hijo.
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