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» Comercio y Justicia
Fecha: 05/06/2025 10:43
La digitalización y las crisis económicas están transformando los hábitos de consumo a nivel global, impactando tanto en supermercados como en kioscos, y Argentina no es la excepción. La preferencia por compras en línea, marcas blancas y comercios de proximidad está llevando al cierre de tiendas físicas tradicionales, desde grandes cadenas hasta pequeños negocios de barrio. En España, la cadena Alcampo, del grupo francés Auchan, anunció el cierre de 25 sucursales y la reducción de superficie en 15 hipermercados, afectando a 710 empleados (3% de su plantilla). En Estados Unidos, Daily Table comunicó el cierre total de sus locales. En Argentina, los kioscos enfrentan una crisis severa: en el último año, unos 16.000 cerraron, golpeados por la recesión, la competencia de nuevos canales de venta y la pérdida de exclusividad en productos como cigarrillos y golosinas, ahora ofrecidos en supermercados, farmacias y verdulerías. Cambio en los hábitos de consumo La pandemia y la digitalización aceleraron el auge del comercio electrónico, reduciendo la necesidad de grandes superficies. Los consumidores priorizan ofertas, productos de marca blanca y compras en línea, lo que llevó a cadenas como Mercadona y Eroski en España a cerrar tiendas no rentables (132 en el caso de Eroski) y enfocarse en formatos más eficientes. En Argentina, los supermercados registraron en 2024 una caída de ventas del 8,8% en supermercados y 8,3% en autoservicios mayoristas, según el Instituto de Estadística y Censos de CABA, el peor resultado histórico. Los kioscos, especialmente los de modelo familiar, enfrentan una competencia desigual. Según Ernesto Acuña, vicepresidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina, cadenas como “Open 24” abren múltiples sucursales sin depender de la rentabilidad inmediata, algo imposible para los kioscos tradicionales, que dependen de un solo ingreso. “Las cadenas son más caras, pero tienen empleados y abren locales sin importar si uno no es rentable. Nosotros, si no vendemos, cerramos”, explicó Acuña. Impacto desigual por regiones En Argentina, la situación varía según la zona. En barrios de clase alta de CABA como Recoleta o Palermo, las ventas de kioscos se mantienen estables, pero en áreas de clase media como Villa Urquiza, cayeron 40% en dos años. En los barrios del sur de la ciudad, los comerciantes reportan que “no se vende nada”. Una encuesta de la red WIN y Voices! reveló además una reducción del 40% en el consumo de golosinas y un 45% en comida rápida, lo que agrava la crisis de los kioscos. Estrategias de las grandes cadenas En el ámbito global, cadenas como Carrefour y El Corte Inglés (que vendió 47 supermercados SuperCor por 60 millones de euros) están racionalizando sus redes, cerrando tiendas no rentables y apostando por formatos modernos y accesibles. Lidl, aunque en expansión, también cerró locales menos viables. En Argentina, la recesión y el avance de canales alternativos como “mini kioscos” en grandes comercios complican la supervivencia de los pequeños negocios. Un futuro incierto La combinación de digitalización, cambios en los hábitos de consumo y presiones económicas está reconfigurando el comercio minorista. Mientras las grandes cadenas se adaptan con tecnología y optimización, los kioscos y pequeños supermercados argentinos enfrentan un desafío existencial. La desaparición de 16.000 kioscos en un año refleja no solo una crisis económica, sino un cambio estructural que exige reinventarse para sobrevivir.
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