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» Elterritorio
Fecha: 05/06/2025 07:04
A pocos días de conocerse que Cristian “Narizchata” Díaz se reconoció culpable de matar de una puñalada al estudiante de 18 años y firmó una pena por 10 años de prisión, la madre de la víctima discutió la sentencia y acusó que “se perdieron pruebas”, por lo que presentará un documento de disconformidad ante el Tribunal Penal 2. Para Nélida Álvez, fueron más personas las involucradas en la muerte de su hijo jueves 05 de junio de 2025 | 5:30hs. Aunque para la Justicia misionera se dio con el responsable del puntazo que acabó con la vida de Jonathan Ramírez, en la familia del joven -fallecido en noviembre de 2018- el reciente acuerdo de un juicio abreviado que firmó el principal acusado, Cristian “Narizchata” Díaz, cayó como un baldazo de agua fría y dejó más incógnitas que respuestas. A Díaz se lo incriminó desde un principio porque se lo habría identificado en las cámaras de seguridad junto a la víctima, a metros de la colectora Tulo Llamosas, momentos antes del ataque. Y aunque en otras filmaciones se ubica a al menos otras cuatro personas, Narizchata -con amplio prontuario de delitos contra la propiedad- fue el único imputado en la causa. Pero la ausencia de otros coautores del crimen es un punto que inquieta a día de hoy a Nélida Alvez, mamá de Jonathan. La mujer confesó que supo del juicio abreviado gracias a la prensa local y reprochó el acuerdo al que arribó la Fiscalía del Tribunal Penal 2, a cargo del caso, en el que se firmó con la defensa del acusado por 10 años de prisión efectiva. Período que, para la familiar, es y será insuficiente ante la pérdida de su hijo: "Yo necesito saber la verdad y por qué le hicieron lo que le hicieron", clamó con voz quebrada. Conmovida con la novedad, Nélida eligió hacer su descargo con El Territorio. No dudó de la participación de Narizchata en el crimen de Ramírez, pero advirtió que “no creo que haya encestado el cuchillo”. Aseguró que “fueron más los partícipes”, pero que, por miedo “él se hizo cargo”. “Díaz estaba con un grupo. Creo que se hizo cargo por varios motivos. Él en una carta contó que estaba bajo amenaza y que le dijeron que se hiciera cargo del asesinato de Jonathan”, recordó Nélida al remitirse a uno de los pocos encuentros que tuvo en persona con el acusado, en el penal 6 donde permanece desde que recibió prisión preventiva. Además de discutir la pena acordada, Alvez acusó que la instrucción, a cargo de la Fiscalía penal 3 de Verónica Herbociani, no incorporó suficientes pruebas ni indagó en otras hipótesis para confirmar o al menos descartar la participación de los 4 jóvenes que habrían sido vistos persiguiendo a Jonathan en la madrugada del ataque. Para la mujer, en la investigación “faltó todo, que la fiscal investigue y haga lo que tenía que hacer. La querella hizo más. Ella ni siquiera se presentó con nosotros, nunca tuve contacto con ella”, reprochó al instante. “Vio algo que no tenía que ver y lo cazaron” Cristian Narizchata se reconoció responsable por el delito de homicidio con motivo en ocasión de robo contra el estudiante de 18 años y permanecerá detenido en la Unidad Penal 6 para procesados en Garupá, hasta tanto se homologue el acuerdo por el Tribunal Penal 2. No obstante, la carátula también fue discutida por Nélida, quien argumentó que “si él era reconocido como chorro, ¿qué fue a robarle a Jonathan? Nada. Porque el celular, la ropa, las zapatillas y la billetera estaban”. Con firmeza y buscando saber qué pasó con su hijo, la mujer no dudó en tomar contacto con Narizchata para esclarecer lo ocurrido aquella madrugada del 10 de noviembre. Logró reunirse con él pocos meses después del episodio y, entonces, el joven se confesó inocente, alegando que “le estaban haciendo la cama”, citó Alvez. Pero que “cuando dijo eso un policía como que lo golpeó y lo hizo sentarse”, describió la mujer sobre el encuentro que, desde entonces, le sembró sospechas sobre la responsabilidad (al menos única) del acusado. Nélida acusó que su hijo “vio o filmó algo que no le gustó, no sé si una violación o qué, pero era algo que no tenía que ver, y ahí este grupo lo cazó”. Es que, durante la instrucción, se filtraron registros de cámaras de comercios y de viviendas que ubican junto a Narizchata al grupo que la familia acusa como demás sospechosos del caso. Sin embargo, esos registros se perdieron y no fueron incorporados al expediente. “Hay cuestiones que no se saben, que nos invitan a conjeturas, pero necesitamos pruebas”, reconoció Walter Pires, querellante de la familia. De encontrarse (o recuperarse) elementos que apunten a la coparticipación de otros en el asesinato de Jony Ramírez, se podría requerir la nulidad del acuerdo firmado la semana pasada. “Si se encuentran cosas nuevas cambia todo, porque se discute toda la mecánica y se puede anular”, explicó el letrado a El Territorio. Todo menos justicia Nélida Alvez manifestó estar molesta con la condena acordada entre el Ministerio Público Fiscal y el abogado de Cristian Díaz. “Nunca me imaginé que fueran 10 años. Yo pido 25 años, o al menos 15. Porque si bien él antes no tenía antecedentes, ahora sí los tiene: mató a una persona”, defendió la mujer. “Nadie me va a devolver a mi hijo pero puedo luchar por la condena”. En esa línea, reprochó la falta y el extravío de pruebas que se consideraban claves por parte de la querella, como los registros fílmicos de las cámaras que permitirían reconstruir los momentos previos al ataque. “Yo sé que la Brigada (de Investigaciones) buscó todas las filmaciones, porque los comerciantes y hasta una vecina declararon que la Policía les pidió los registros”, advirtió la mujer. Estocada fatal Según lo reconstruido por las autoridades judiciales durante la etapa de instrucción, el sábado 10 de noviembre de 2018, cerca de las 5 la mañana y después de concurrir a varios locales bailables de la ciudad, Jonathan se bajó de un colectivo en una de las paradas sobre la colectora de la ex ruta nacional 12. Desde allí, y según describen los investigadores en base a las cámaras de seguridad, caminó junto a Cristian Díaz un par de cuadras, hasta la intersección con la calle Salvador Miqueri, donde el acusado habría cometido el ataque. Aunque la estocada no quedó registrada, ya que todo ocurrió entre dos camiones estacionados, sí se observa cómo el agresor habría escapado caminando por Miqueri, sin Jonathan a su lado. Momentos después, la víctima es vista frente al hotel Urunday. Malherido, el estudiante logró pedir ayuda a un recepcionista del lugar y cayó desvanecido. Fue trasladado en ambulancia hasta el hospital Madariaga, donde falleció consecuencia de un shock hipovolémico -esto es, pérdida de sangre- a causa de una herida de arma blanca.
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