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» La Capital
Fecha: 03/06/2025 23:14
Los chicos leprosos "cometieron el pecado imperdonable" de sacarse una foto con el jugador de Central Nacho Malcorra. Ganó la intolerancia y la vergüenza. El peor ejemplo. La peor cara del fútbol. La intolerancia. Cuando debe primar la sana convivencia, aflora el rostro más triste del fútbol: ver al rival como un enemigo. Y lo peor de todo es que se trata de chicos, de pibitos de sólo nueve años, en plena etapa formativa, educativa y recreativa. Una pésima decisión de Newell's de sancionar a un grupo de niños porque "cometieron el pecado imperdonable", de sacarse una simple foto con un jugador de Central. Una medida inconcebible desde donde se la mire. Una vergüenza que debería ser corregida de manera urgente por las autoridades del club del Parque. Newell's tuvo la raíz en un colegio por la vocación formativa de Isaac Newell y Anna Margarita Jockinsen, que hoy mirarían asombrados esta determinación lamentable. El hecho es que se is chicos de Newell's que juegan en la Escuela Malvinas Argentinas se tomaron un foto con Ignacio Malcorra, jugador de Rosario Central. Increíblemente esa imagen motivó una "medida ejemplificadora" de parte de la entidad del Parque. El veredicto: tres meses de inactividad y la quita de la beca que tenían los nenes de 9 años. "Se les quitó la beca, pero todo fue consensuado con los padres que estuvieron de acuerdo con la medida", confirmó a La Capital el coordinador del predio, Carlos Panciroli, tras la consulta del periodista Luis Castro . "Esto que se decidió es un correctivo interno para que no se repitan estos errores de subir fotos. Cada uno puede hacer lo que quiera, pero no con la ropa de Newell's. Hay que respetar el escudo, la camiseta y por eso debíamos sentar un precedente", argumentó Panciroli. Realmente sobran las palabras, porque el escudo se respeta con educación y tolerancia, más que con fanatismo. >>Leer más: Newell's sancionó a seis chicos de las juveniles del club por sacarse una foto con Malcorra Cuando gana la intolerancia El fútbol es otra cosa. Es pasión, ganas de ganar, pero también convivencia, respeto, camaradería y tenderle la mano al rival más allá del resultado. Y más aún en la etapa formativa. Allí debe hacerse el verdadero trabajo de los formadores para que los chicos crezcan en paz, con alegría y sepan que el fútbol es el juego más hermoso, donde el deseo y la voluntad de ganar no impide tener una relación de armonía con el que usa otra camiseta. El extremo de la intolerancia es lo que ocurrió con Ivana Garcilazo, un crimen cobarde porque la joven usaba otra camiseta. Pero parece que ni eso sirve para entender que el "otro" es un rival circunstancial, no un "enemigo acérrimo". Al jugador profesional Franco Díaz lo echaron de Newell's por un video donde decía ser hincha de Central, pero se trataba de un mayor y le costó el trabajo. Ahora es distinto. >>Leer más: La Lepra en París: subastan una camiseta de Newell's utilizada por Messi Ejemplos de convivencia hay un montón, por suerte. La recepción a Ángel Di María de parte de los hinchas de Newell's en el Coloso cuando fue la despedida de Maxi Rodríguez. La charla de Lionel Messi y Neymar ni bien Argentina salió campeona de la Copa América en el Maracaná y los amigos charlaban a pesar de la alegría de uno y la tristeza del otro. O la tapa de la revista el Gráfico con la foto conjunta de Omar Palma y el Tata Martino en la previa de un clásico. Y una buena reciente. Newell's le dio trabajo al Negro Zamora tras un pedido público del exjugador. Y a nadie le molestó que un gran gesto haya ido a despedir al velatorio a su amigo Omar Palma al Gigante de Arroyito. Newell's lamentablemente se equivocó. Debería volver atrás la decisión, aunque el error ya es insalvable, salvo que se entienda que sacarse una foto con un jugador de otra camiseta es un delito. Una noticia muy triste para los amantes en serio del fútbol rosarino, para los que quieren ganar en la cancha, pero que se respetan cuando termina el partido. Y encima las víctimas son los chicos.
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