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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 03/06/2025 20:44
La expedición contó con la participación del Australian National Maritime Museum, la Silentworld Foundation, el Department for Environment and Water de Australia Meridional y la Flinders University de Adelaida (Wikipedia) El reciente hallazgo del naufragio del Koning Willem de Tweede, un buque mercante holandés hundido en 1857 tras haber transportado a 400 migrantes durante la fiebre del oro australiana, ha arrojado nueva luz sobre una etapa crucial de la historia migratoria y marítima de Australia. Dicho descubrimiento, realizado por un equipo internacional de arqueólogos marinos cerca de la localidad de Robe, en la costa sur australiana, destaca tanto la magnitud de los movimientos migratorios del siglo XIX como las prácticas comerciales y los riesgos que enfrentaban quienes buscaban fortuna en las minas de Victoria. “La identificación del pecio pone en primer plano la importancia de preservar la memoria de los miles de naufragios que jalonan las costas australianas”, explicó uno de los arquéologos a CNN. Los detalles del hallazgo El 10 de marzo, tras tres años de búsqueda sistemática, un grupo de buzos apoyados por el Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos y la Netherlands’ Cultural Heritage Agency localizó los restos del Koning Willem de Tweede bajo las agitadas aguas de Long Beach, cerca de Robe. El silencio y el paso del tiempo en un sitio de naufragio se contrapone a las costas del sur de Australia (Imagen Ilustrativa Infobae) La expedición contó con la participación del Australian National Maritime Museum, la Silentworld Foundation, el Department for Environment and Water de Australia Meridional y la Flinders University de Adelaida. James Hunter, responsable interino de arqueología marítima del museo australiano, fue el primer buzo en avistar el naufragio. “El azar siempre juega un papel en lo que hacemos. La arena había dejado al descubierto una pequeña parte del pecio, lo suficiente para que pudiéramos verlo y tocarlo, y decir: ‘por fin lo tenemos’”, relató a CNN. La identificación se basó en la coincidencia entre la ubicación, las dimensiones de las piezas metálicas halladas —que corresponden a los 43 metros (140 pies) de eslora documentados del barco— y la aparición previa, en 2023, de fragmentos de cerámica china del siglo XIX en la playa próxima al sitio. La ruta seguida por el Koning Willem revela tácticas para sortear impuestos durante la fiebre del oro en Victoria (Rotterdam Maritime Museum) Patrick Morrison, arqueólogo marítimo de la University of Western Australia, explicó que la documentación detallada de los barcos de la época facilita la comparación entre los restos hallados y los registros históricos: “Los barcos eran importantes y costosos, por lo que solían estar bien documentados. Cuando se encuentra material, puede cotejarse con los relatos del hundimiento y la construcción del barco, como el tamaño, los materiales y los accesorios”. Historia del naufragio El Koning Willem de Tweede, un velero de 800 toneladas, se encontraba al inicio de su viaje de regreso a los Países Bajos en junio de 1857, cuando una fuerte tormenta lo volcó cerca de Robe. Según CNN, dos tercios de la tripulación perecieron en el accidente, y los cuerpos permanecen sepultados en las dunas de Long Beach. El capitán logró sobrevivir y posteriormente litigó por las pérdidas sufridas, pero la tragedia marcó a la comunidad local. Hunter relató que, durante el naufragio, un hombre indígena australiano intentó nadar con una cuerda hasta el barco para rescatar al capitán, pero la fuerza del oleaje lo impidió. Finalmente, el capitán ató una línea a un pequeño barril y la arrojó al agua; los habitantes de Robe, congregados en la playa, lograron tirar de la cuerda y arrastrar al capitán hasta la orilla. Fragmentos corroídos por el mar podrían pertenecer a la estructura del Koning Willem de Tweede (Imagen Ilustrativa Infobae) La dedicación de la comunidad a esclarecer los hechos y honrar a los desaparecidos perduró a lo largo de los años. Hunter señaló que, si se recuperan los cuerpos de los tripulantes, la localidad probablemente les dará sepultura adecuada. Contexto migratorio y fiebre del oro La fiebre del oro en Victoria, en la década de 1850, provocó una oleada de migración china hacia Australia. De acuerdo con el Dutch Australian Cultural Centre, el gobierno local impuso un impuesto de 10 libras esterlinas —equivalente a más de 1.300 dólares (1.000 libras) actuales— a cada migrante que ingresara por sus puertos. Para eludir este gravamen, agentes en China contrataban buques mercantes europeos para desembarcar a los migrantes en otros puntos de la costa australiana. Nuevas tecnologías siguen sacando a la luz historias ocultas bajo el mar, enriqueciendo el conocimiento patrimonial (Ruud Steelen y James Hunter) El Koning Willem de Tweede, originalmente destinado al comercio entre los Países Bajos y las Indias Orientales Neerlandesas (actual Indonesia), recogió a los 400 migrantes chinos en Hong Kong y los desembarcó en Robe, a unos 400 kilómetros (aproximadamente 365 millas) al oeste de los principales puertos de Victoria. Desde allí, emprendieron una larga travesía terrestre hacia los yacimientos auríferos. Sin embargo, Hunter explicó que la legalidad de este transporte sigue sin estar clara, ya que los informes policiales, los testimonios de la tripulación y los registros judiciales no permiten determinar si el propietario del barco autorizó el viaje. El National Museum of Australia explicó que muchos de estos migrantes, al llegar, enfrentaron discriminación y dificultades económicas, y a menudo no lograron saldar las deudas contraídas con los agentes que financiaron su viaje. Proceso de recuperación y preservación Restos de cerámica similares a los hallados en Long Beach ayudaron a confirmar la identidad del buque (Imagen Ilustrativa Infobae) El equipo de arqueólogos marinos empleó detectores de metales y magnetómetros para localizar grandes fragmentos de acero y hierro que resultaron ser partes del armazón y del cabrestante del barco, la máquina utilizada para izar el ancla. Hunter indicó a CNN que cerca del lugar también se hallaron largas tablas de madera, probablemente procedentes de la cubierta superior. La recuperación de artefactos del naufragio requiere técnicas especializadas para evitar su deterioro inmediato al contacto con el aire. “El oleaje es tal que a menudo hay que sujetarse a algo firme para no ser arrastrado, por lo que debemos asegurarnos de no agarrar accidentalmente algo frágil”, explicó a CNN, Heather Berry, conservadora arqueológica de la Silentworld Foundation. Para su conservación, los objetos extraídos se sumergen en cubetas con agua de mar y se someten a un proceso gradual de desalinización para reducir los efectos corrosivos de la sal. Dado que el barco se hundió a varios cientos de metros de la costa, la tripulación no pudo recuperar sus pertenencias personales, lo que abre la posibilidad de encontrar monedas, botellas, cerámica rota, armas y herramientas en futuras exploraciones. Además, destacó que la estructura del casco parece estar mayormente intacta bajo capas de arena, lo que podría aportar información valiosa sobre la construcción naval de la época.
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