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» on24
Fecha: 03/06/2025 04:19
El dirigente rural Santiago del Solar celebró la decisión del Gobierno de eliminar un régimen proteccionista vigente desde los años ’90. Apuntó contra “unas pocas familias” beneficiadas durante décadas, entre ellas los Galperín. La reciente decisión del Gobierno nacional de eliminar las restricciones a la exportación de cueros salados generó reacciones inmediatas en el sector agropecuario. Una de las voces más resonantes fue la del dirigente rural y exjefe de Gabinete del Ministerio de Agricultura, Santiago del Solar, quien no dudó en calificar la medida como un avance histórico. “Acaban de romper un hueso muy duro de roer. Décadas y décadas de proteccionismo en cueros. Unas pocas familias hacían millones con dinero del cuero de los productores. No era fácil. Muchos intereses. Chapeau al equipo económico”, escribió Del Solar en sus redes sociales, en referencia a la normativa que, desde la época del menemismo, restringía la venta al exterior de cueros sin procesar, favoreciendo a un pequeño grupo de curtiembres locales. Sin mencionarlos directamente, Del Solar apuntó a empresarios que se beneficiaron durante años de ese esquema, entre ellos integrantes de la familia Galperín, históricamente vinculada al negocio de las curtiembres. Para el dirigente, la liberalización de este mercado devuelve valor a los productores ganaderos, que hasta ahora recibían un pago simbólico o nulo por los cueros que generaban. La normativa derogada funcionaba como una barrera paraarancelaria que, bajo la lógica del “agregado de valor industrial”, impedía que los cueros salieran del país en su estado natural, obligando a venderlos a precios depreciados en el mercado interno. El resultado: un oligopolio con control casi absoluto del insumo y márgenes extraordinarios a costa del productor. La apertura de exportaciones, celebrada por amplios sectores del campo, se enmarca en la política de desregulación y eliminación de trabas impulsada por el equipo económico del presidente Javier Milei. El objetivo, según fuentes oficiales, es fomentar la competencia, mejorar los precios y dinamizar el sector agroindustrial. La medida también fue interpretada como un golpe directo al entramado de privilegios que aún persisten en ciertas áreas protegidas por décadas de normativas discrecionales. “No era fácil. Muchos intereses”, enfatizó Del Solar, en una frase que resume el peso político que tenía ese régimen y la dificultad de desarmarlo. El debate no está cerrado. Aunque sectores del campo celebran la medida, referentes industriales podrían expresar reparos en los próximos días, aludiendo a la defensa de puestos de trabajo en el rubro curtidor. Sin embargo, para Del Solar y buena parte del agro, el cambio representa una reparación largamente esperada: que el cuero vuelva a ser un ingreso real para quien produce el animal.
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