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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 02/06/2025 08:43
Leonardo Da Vinci, una de las mentes más brillantes de la historia de la humanidad Leonardo da Vinci (1452–1519) fue mucho más que un artista del Renacimiento. Su mente abarcó disciplinas como la anatomía, la ingeniería, la óptica, la arquitectura y la filosofía natural, convirtiéndolo en uno de los grandes innovadores de la historia humana. Aunque su legado es vasto en dibujos, manuscritos e inventos, su producción pictórica es sorprendentemente reducida: solo 17 pinturas son atribuidas con certeza al maestro. Cada una de ellas, sin embargo, condensa su obsesión por la perfección y su capacidad para transformar la observación de la naturaleza en arte. Hoy, cinco siglos después, estas obras siguen revelando la complejidad de un hombre que quiso unir ciencia y belleza en una sola visión del mundo. Cada obra de Leonardo da Vinci revela enigmas de atribución y una búsqueda incansable de la perfección visual - (EFE/EPA/YOAN VALAT) Las 17 pinturas de Leonardo da Vinci: una guía visual obra por obra 1. La Anunciación Florencia – Gallerie degli Uffizi La Virgen está sentada en un atril de mármol mientras el arcángel Gabriel, con alas abiertas y rodilla apoyada en el césped, le anuncia el mensaje divino. Los pliegues del vestido de María son suaves, y el jardín cerrado alude a su pureza. La escena está bañada por una luz dorada y serena. 2. La Adoración de los Magos Florencia – Gallerie degli Uffizi La escena está inacabada: figuras apenas esbozadas se agolpan alrededor de María y el Niño. Los Reyes Magos se acercan en medio de una multitud tumultuosa. Caballos, columnas derruidas y gestos exaltados llenan la composición, cargada de tensión espiritual y energía visual. La escasez de pinturas atribuidas con certeza a Leonardo da Vinci aumenta el valor y el misterio de su producción artística - La dama de armiño 3. El Músico Milán – Pinacoteca Ambrosiana Un joven de cabello oscuro y rizado nos mira de frente, con una partitura en la mano. Viste una túnica roja con cuello claro. El fondo es oscuro, y la expresión del rostro transmite concentración e introspección. 4. La Última Cena Milán – Santa Maria delle Grazie Cristo, en el centro, extiende las manos en una mesa larga con sus doce apóstoles, cada uno reaccionando al anuncio de la traición. Las figuras gesticulan intensamente, agrupadas en tríos. El fondo muestra una habitación sobria con tres ventanas abiertas al cielo. 5. Sala delle Asse Milán – Castello Sforzesco La sala está completamente decorada con ramas de morera que trepan por las paredes y se entrelazan en un patrón geométrico en la bóveda. Motivos heráldicos se integran con las hojas, creando una ilusión envolvente de bosque y símbolo. La Mona Lisa y La Última Cena destacan como íconos universales del arte y la innovación pictórica de Leonardo - (REUTERS/Joachim Herrmann) 6. La Virgen de las Rocas (1ª versión) París – Museo del Louvre Cuatro figuras se agrupan bajo una gruta oscura. María extiende su mano protectora sobre Juan Bautista, mientras el ángel señala al Niño Jesús. Las rocas, el agua y las plantas detalladas crean una atmósfera sombría y enigmática. 7. La Belle Ferronnière París – Museo del Louvre Una mujer de cabello recogido y tocado en la frente nos mira de reojo. Viste un vestido rojo oscuro con escote cuadrado y una cadena con medallón. El fondo oscuro acentúa la sobriedad y firmeza de su expresión. 8. Mona Lisa París – Museo del Louvre Una mujer sentada, con manos cruzadas y leve sonrisa, aparece frente a un paisaje montañoso y brumoso. Su rostro sereno y mirada directa, junto con el sfumato que suaviza los contornos, crean una atmósfera introspectiva y misteriosa. La integración de ciencia, naturaleza y belleza caracteriza la originalidad de las pinturas de Leonardo da Vinci 9. La Virgen, el Niño y Santa Ana con un cordero París – Museo del Louvre Tres generaciones: Santa Ana sonríe mientras observa a María, que intenta apartar al Niño Jesús del cordero. Los cuerpos se funden en una composición serpenteante, con juegos de miradas y una luz suave que envuelve la escena. 10. San Juan Bautista París – Museo del Louvre Un joven de piel clara, con rizos oscuros y sonrisa ambigua, apunta hacia arriba con el dedo índice. La figura emerge del fondo oscuro, envuelta en sombras, mientras sostiene una cruz delgada. La mirada es penetrante y misteriosa. 11. La Virgen de las Rocas (2ª versión) Londres – National Gallery La escena es similar a la del Louvre, pero con colores más claros y menos profundidad tenebrista. El ángel ya no señala, y el paisaje es más definido. Las figuras están más idealizadas, y el conjunto transmite serenidad. El recorrido internacional por los museos muestra la dispersión global del legado pictórico de Leonardo da Vinci - (EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON) 12. Madonna of the Yarnwinder Edimburgo – National Gallery of Scotland La Virgen está sentada al aire libre, con el Niño Jesús en su regazo. El niño estira sus manos hacia un huso en forma de cruz. El paisaje detrás es montañoso y sereno. La expresión de María mezcla ternura y presagio. 13. La Dama del Armiño Cracovia – Museo Czartoryski Cecilia Gallerani gira su cuerpo ligeramente mientras su rostro mira hacia la izquierda. Sostiene un armiño blanco con ambas manos. Viste un vestido oscuro y una cofia transparente. El contraste entre su expresión serena y el animal tenso es impactante. 14. Madonna y Niño (Alte Pinakothek) Múnich – Alte Pinakothek La Virgen sostiene al Niño en brazos, ambos iluminados por una luz suave. Las flores que adornan el fondo y la transparencia del velo añaden un aire de naturalismo. El Niño alza la mano en gesto de bendición. La escasez de pinturas atribuidas con certeza a Leonardo da Vinci aumenta el valor y el misterio de su producción artística. - El mural de la última cena, obra de Leonardo 15. Madonna Benois San Petersburgo – Museo del Hermitage En una escena íntima, la Virgen juega con el Niño Jesús, que intenta tomar una flor blanca. La interacción es fluida, y los cuerpos se enlazan con gracia. La luz resalta sus rostros, y el fondo muestra detalles botánicos. 16. San Jerónimo en el desierto Roma – Museos Vaticanos El santo, semidesnudo, arrodillado entre rocas, golpea su pecho con una piedra. Su cuerpo está huesudo, tenso. El león lo observa al fondo. La obra está fragmentada, pero el dramatismo de la figura central es rotundo. 17. Ginevra de’ Benci Washington D.C. – National Gallery of Art Retrato de busto de una joven de rostro pálido y expresión inexpresiva. Su cabello rizado cae en mechones sobre los hombros. El fondo muestra un arbusto de enebro, símbolo de su nombre. La luz baña su rostro con suavidad matemática.
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