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  • Se hundió una lancha y no funcionaron los sistemas de emergencia

    Usuhahia » Diario Prensa

    Fecha: 01/06/2025 22:50

    Inversión estatal en Puerto Almanza, a pique. La embarcación quedó apoyada en el fondo del mar, amarrada al muelle y – extrañamente – la bomba de achique y la balsa salvavidas no se activaron durante el siniestro. Los pescadores denunciaron desidia y negligencia de las autoridades de Pesca: “Dejaron que se llenara de agua como una palangana por falta de mantenimiento. Lo mínimo que tienen que hacer es renunciar…”. Una embarcación oficial a cargo de la Secretaría de Pesca y Acuicultura de la provincia, bajo la responsabilidad del secretario Carlos Cantú y el subsecretario Diego Marzzioni, terminó hundida en las frías aguas de Puerto Almanza durante la noche del sábado último y las primeras horas del domingo 1° de junio. La lancha, con casco rígido y motor fuera de borda de 115 HP, había sido adquirida por el Estado hace alrededor de un año para tareas de control y monitoreo marino. Según relataron pescadores locales a Diario Prensa Libre, el hundimiento se produjo de manera progresiva debido a la acumulación de agua de lluvia. “Primero se bajó un poco la parte de la popa, cargó más agua y terminó por hundirse como una palangana. Esto se podría haber evitado porque no tuvimos tormentas ni vientos fuertes. Se trató de falta de atención, nada más. Y nada menos”, señalaron. Durante la jornada del domingo, personal de la Secretaría de Pesca, Prefectura Naval y habitantes de la zona trabajaron intensamente para recuperar la lancha. Aprovechando la bajamar, lograron sacarla del agua, donde había quedado apoyada sobre el fondo rocoso del canal. La embarcación era utilizada habitualmente para tomar muestras de mejillones en distintas áreas de Almanza, en el marco de los controles sanitarios sobre marea roja y otros tipos de algas que afectan la fauna marina. También se usaba para visitar los cultivos de mejillones de empresas privadas como Newsan. Pese a que tenía poco tiempo de uso —se estima que fue utilizada en unas 20 ocasiones—, su mantenimiento era prácticamente nulo, según afirmaron los trabajadores del sector. “La tenían ahí en el muelle y no le daban pelota”, declaró un pescador, visiblemente molesto. “Este tipo Cantú, de la Secretaría de Pesca, debería renunciar porque es obvio que el cargo le queda muy grande. Es una lancha nueva, cero kilómetro, que se les hundió por no darle bola. Ni Cantú ni Marzzioni se preocuparon por venir a verla o por asignar a alguien que la revisara regularmente. Terminó con más de un metro de agua sobre el techo. ¡Vergüenza debería darles!”, agregó. Otros trabajadores, que pidieron no ser identificados “porque en estos asuntos interviene Prefectura, que también tiene su responsabilidad, y después podemos tener problemas cuando salgamos a trabajar”, apuntaron al abandono del mantenimiento básico: “Si un auto necesita service, una lancha también. Hay que mirarla, subirse, revisar si hay agua. Si hay, se saca. La bomba de achique, que está en el balde — la parte más baja de la lancha donde cae el agua—, debería haberse activado sola y evacuado el agua por el caño exterior. Eso extrañamente no ocurrió”. La falla en la bomba de achique no fue el único mecanismo de seguridad que falló. También se encendieron las alertas por la inactividad de la balsa salvavidas, un elemento esencial en caso de hundimiento. Ese elemental dispositivo, que puede significar la diferencia entre la vida y la muerte a la hora de un siniestro durante la navegación, al sumergirse, libera automáticamente una cápsula inflable que se abre y emerge cerca de la embarcación siniestrada. Sin embargo, la balsa de esta lancha nunca se activó. “Ponele que el barco se da vuelta o choca, la balsa se abre sola. Acá no pasó nada. Capaz estaba atada, rota o desactivada, no se sabe. Pero en una situación en la que hubiera habido tripulantes a bordo, nadie se salvaba”, advirtió otro poblador. Además del impacto económico que supone el reflotamiento y la reparación de una embarcación prácticamente nueva, lo ocurrido plantea interrogantes de fondo sobre la verificación de los dispositivos de seguridad en el patrimonio náutico estatal y la responsabilidad en el cuidado de los fondos del erario público. La hipótesis de una posible intencionalidad, en lo que respecta a la falta de funcionamiento de la bomba de achique, no puede ser descartada, pero son las pericias técnicas las que deberán determinar qué falló y por qué. También queda por esclarecer la situación del seguro de la lancha, que, al igual que los vehículos terrestres, podría no brindar cobertura si se prueba negligencia o desidia por parte de los responsables. Ahora las autoridades de la Secretaría de Pesca, tienen la palabra.

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