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» Nova Entre Rios
Fecha: 01/06/2025 20:43
Combinado con inhibidores de ciclinas, en primera línea de tratamiento, retrasa la progresión del tumor hasta 16 meses en un perfil concreto de pacientes. Los avances terapéuticos en cáncer de mama hormonal y en tumores gástricos ha protagonizado la primera sesión plenaria del congreso médico más importante del mundo: el de la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés), que se está celebrando estos días en Chicago. Ante una audiencia planetaria (entre los que lo atienden presencialmente y los que lo siguen en streaming desde distintas partes del mundo) se han presentado hoy los resultados de dos grandes estudios internacionales, con importante representación de investigadores españoles, cuyos resultados suponen un cambio de paradigma en la práctica clínica internacional en el abordaje de tumores que causan miles de muertes al año. El primero, denominado SERENA-6 y realizado con 10.000 pacientes, es pionero en el registro de un nuevo fármaco (camizestrant, de Astrazeneca) oral para el tratamiento del cáncer de mama con expresión de receptores hormonales que utiliza el concepto de “progresión molecular” en ausencia de progresión por técnicas de imagen para realizar un cambio en la terapia de las pacientes. “A las pacientes participantes se les realizó una analítica de sangre cada 2-3 meses con la intención de detectar en pequeños fragmentos de ADN tumoral circulante (una tecnología conocida como biopsia líquida) la adquisición de mutaciones en el gen ESR1, unas mutaciones que predicen un peor pronóstico en caso de continuar tratamiento con el tratamiento hormonal habitual”, explica Javier Pascual, del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Virgen de la Victoria, de Málaga. Las pacientes a las que se le detectó esta mutación se dividieron en dos grupos: las que continuaron el tratamiento estándar de primera línea para esta enfermedad (una combinación de inhibidores de ciclinas y terapia hormonal) y las que recibieron la nueva estrategia terapéutica: una combinación de inhibidores de ciclinas con el nuevo fármaco oral (camizestrant). Los resultados fueron una reducción del riesgo de avance del cáncer o muerte de un 56%, un retraso en la progresión de tumor de 16 meses (frente a 9 en el grupo que recibió la terapia estándar) y una mejora de la calidad de vida durante casi dos años (23 meses) frente a los 6 meses en el grupo control. Todo ello con una toxicidad mucho menor. “Estos hallazgos abren la puerta a que esta estrategia pueda trasladarse a otras situaciones clínicas y a otros tipos tumorales con la esperanza de que podamos comenzar a anticiparnos al crecimiento de los tumores con técnicas no invasivas que nos permitan adaptar la terapia antes de que las pacientes empeoren clínicamente”, explica Pascual. Inmunoterapia en fases tempranas en tumores gástricos. El otro estudio presentado en la sesión plenaria de hoy marcará un antes y despúes en el aboradaje de un tipo de tumores que representan la cuarta causa de muerte por cáncer en el mundo: los gástricos, y para los que, hasta ahora, la inmunoterapia no había dado buenos resultados en estadíos intermedios.
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