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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/05/2025 22:35
La sintonización emerge como una habilidad clave de liderazgo al priorizar la presencia y la escucha activa sobre la búsqueda inmediata de soluciones (Imagen Ilustrativa Infobae) A diferencia de las respuestas tradicionales del liderazgo (ofrecer consejos, apresurarse a encontrar soluciones o minimizar los sentimientos), la sintonización consiste en estar con otra persona en lugar de intentar arreglarla a ella o a la situación. La sintonización es el arte de la presencia completa, sin juicios. Es cuando un líder observa con profundidad, escucha activamente y le transmite a un empleado: “Lo veo. Lo comprendo. Aquí está a salvo”. Los líderes que sintonizan no intentan cambiar las emociones: las reconocen. Con la sintonización, los líderes utilizan su presencia (contacto visual, lenguaje corporal y calma interior) para transmitir apoyo. Las investigaciones demuestran que este tipo de apoyo social puede cambiar radicalmente la forma en que las personas perciben las situaciones estresantes. Si la sintonización es gratuita y universalmente accesible, ¿por qué no la practican más líderes? Existen varios factores que se interponen en el camino, como la falta de modelos a seguir, la escasez de tiempo y el agotamiento del líder. La buena noticia es que la sintonización es una habilidad de liderazgo que cualquier líder puede aprender y aplicar cuando sea apropiado. Comience con estos cinco pasos: El liderazgo efectivo se fortalece cuando los líderes reconocen y validan las emociones de su equipo sin intentar cambiarlas (Imagen Ilustrativa Infobae) 1. Establezca la intención La sintonización comienza con una decisión como: "Estoy aquí para escuchar, no para juzgar ni arreglar nada." Deje de lado su inclinación a criticar, aconsejar, planificar o rescatar. Prepárese para estar con el empleado, no para hacer algo por él. Dígase a sí mismo: “Voy a crear un espacio en el que se sienta seguro .” Diga: “Estoy aquí con usted. No está solo en esto. Quiero escuchar y entender . Cuénteme qué está pasando.” Libérese de la presión de tener respuestas. Su presencia es suficiente. 2. Cambie a un estado de calma Su estado emocional es contagioso. Si usted está tenso o apurado, los empleados lo percibirán. Respire de forma intencional. Inhale profundamente hasta el diafragma y exhale lentamente, o utilice la respiración en caja: inhale contando hasta cuatro, mantenga el aire otros cuatro, exhale en cuatro tiempos y espere cuatro más antes de volver a inhalar. Elimine las distracciones: guarde su teléfono y cierre su computadora. La presencia consciente de un líder, manifestada en el contacto visual y el lenguaje corporal, puede transformar la percepción del estrés en el entorno laboral (Imagen Ilustrativa Infobae) 3. Manténgase curioso La curiosidad es el antídoto contra el juicio. Ingrese a la conversación con apertura, no con suposiciones. Su tarea es comprender la experiencia de la otra persona, no imponer su perspectiva. Pregúntese: “¿Qué puedo aprender ? ¿Qué podría sorprenderme ?” Diga: “Me pregunto qué ha sido lo más difícil para usted.” Suspenda la resolución de problemas y escuche las emociones detrás de las palabras. 4. Escuche con su cuerpo La sintonización no consiste solo en oír palabras, sino en absorber el panorama completo. Escuche el tono, el lenguaje corporal y los sentimientos no expresados. Cuando los empleados se sienten verdaderamente escuchados, su sistema nervioso se relaja, lo que les permite procesar las emociones y avanzar. Asienta con la cabeza , mantenga un contacto visual suave y refleje sutilmente su emoción. Permita el silencio. El liderazgo basado en la presencia y la reflexión fomenta la autorregulación emocional y el crecimiento personal dentro de los equipos (Imagen Ilustrativa Infobae) 5. Invite a la reflexión A medida que las emociones se estabilizan, ayude al empleado a reflexionar sobre su experiencia y sobre los siguientes pasos. Esto refuerza su capacidad de autorregularse y resolver problemas. Diga: “Parece que su energía ha cambiado.” Pregunte: “¿Cómo se siente ahora? ¿Hay algo que le resulte más claro ahora ?” Ofrezca una frase de cierre: “Gracias por compartir esto conmigo”. El efecto dominó del liderazgo Como líder, su sola presencia es poderosa. No siempre necesita las palabras perfectas. No siempre necesita resolver todo. Solo necesita estar presente: con un corazón abierto, un cuerpo tranquilo, una mente curiosa y la disposición para notar lo que ocurre. *Lisa Zigarmi y Stella Grizont - Harvard Business Review Wake-Up Call Spanish
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