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» Diario Cordoba
Fecha: 30/05/2025 13:46
Gran parte del sureste y el levante español, junto con la Comunidad de Madrid, se está viendo afectada por una inusual invasión de polillas de gran tamaño que llega a causar desesperación en muchos vecinos, agobiados por la cantidad de insectos que se cuelan en sus casas. Murcia, Albacete, Valencia, Castellón o Cuenca, aparte de Madrid y también Barcelona, se están viendo afectadas por este fenómeno, desconcertando a sus habitantes. El gran tamaño y la abundancia de estas polillas no constituyen en sentido estricto una plaga, según aclaran los expertos, pueden ser debidos a que la primavera ha sido excepcionalmente húmeda, con abundantes lluvias, y ha ido seguida de una reciente entrada de masas de aire cálido procedentes del norte de África. Eso ha favorecido la irrupción masiva de estos insectos, que este año son “grandes como pájaros”, según el comentario, sin duda exagerado, que circula por las redes sociales. Polillas de gran tamaño invaden las casas de gran parte de España / Agencias Se trata de un fenómeno cíclico y habitual todos los años, aunque esta vez se aprecia con mucha mayor intensidad por estas dos causas. Las polillas invaden las casas y se cuelan en la cocina, se ven aferradas a las cortinas del salón o incluso entre la ropa de los armarios. El Ayuntamiento de Murcia ha recibido en los últimos días numerosos avisos vecinales por la anormal abundancia de polillas. Al ser animales de hábitos nocturnos, es precisamente durante la hora en que la gente descansa cuando inician su actividad, y no es raro verlos revolotear en el dormitorio, perturbando el sueño y ocasionando molestias a lo largo de la noche. Las polillas proceden del norte de África, donde crían, y luego migran hacia el norte de Europa debido al aumento de temperaturas, recalando en la Península Ibérica. No son peligrosas Los expertos recuerdan ante todo que no son animales peligrosos ni suponen riesgo alguno para la salud, pues ni pican ni transmiten enfermedades, como tampoco se alimentan de tejidos. La única excepción de esto último es la polilla de la ropa. Los científicos señalan que lo que atrae a las polillas a una casa no es tanto la luz, como se venía suponiendo hasta ahora, sino los olores. Los compuestos volátiles que desprenden tejidos, alimentos, productos de limpieza y otros enseres domésticos tienen la capacidad de atraer a estos insectos, que identifican estos aromas como indicativos de posibles fuentes de alimentación. Algunas plantas aromáticas sirven para ahuyentarlas sin necesidad de recurrir a los insecticidas. Especies como la lavanda, la menta o el laurel resultan desagradables para casi todas las especies de polillas. En todo caso, la presencia de estos animales alados no suele prolongarse durante muchos días.
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