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» Santo Tome al dia
Fecha: 30/05/2025 12:31
Por Santotomealdía La paralización de los trabajos de reparación en la intersección de Avenida 7 de Marzo e Hipólito Irigoyen, a metros de las Cinco Esquinas, es una expresión local de un problema que se repite en muchas ciudades de la provincia y del país, donde incluso las situaciones son más graves. La falta de avances refleja la crítica situación de Vialidad Nacional, cuya crisis presupuestaria y falta de recursos impactan de lleno en la infraestructura vial en todo el territorio. Según detalló Victoria Ruiz Moreno, secretaria general de la Seccional Santa Fe del Sindicato de Trabajadores Viales y Afines, “desde el inicio de esta gestión sabíamos que venía un recorte para la obra pública, pero fue muy abrupto. Dejaron de llegar los presupuestos destinados a Vialidad Nacional”, explicó en diálogo con Nova al Día por FM Nova 97.5. Seguidamente señaló que la falta de mantenimiento continuo ha derivado en un deterioro visible de las rutas, con baches cada vez más grandes y obras paralizadas. En el caso puntual de Santo Tomé, los materiales y el combustible para las reparaciones en las Cinco Esquinas fueron aportados por la Municipalidad, mientras que Vialidad solo pudo disponer de maquinarias y trabajadores. “Nos estamos quedando sin lo que se necesita para hacer las reparaciones. Si se rompe una máquina, no tenemos presupuesto para arreglarla”, advirtió. Ruiz Moreno también expuso el difícil panorama laboral que atraviesan los trabajadores viales: “Nuestros salarios están congelados desde octubre del año pasado y ahora nos quieren imponer un cero por ciento de aumento”, afirmó. A eso se suma la incertidumbre por la posible aplicación de un decreto que podría implicar reducción de personal, un golpe más a una planta ya insuficiente para mantener los más de 2.700 kilómetros de rutas nacionales que atraviesan la provincia. Una de las jornadas de protesta de los trabajadores frente a la sede del distrito Santa Fe de Vialidad. ¿A dónde van los fondos del impuesto al combustible? El problema de fondo, más allá de la decisión política de frenar la obra pública, tiene que ver con el destino de los recursos que deberían financiar las reparaciones viales. Por ley, un 28,5% de la recaudación del impuesto a los combustibles debe dirigirse al Fideicomiso de Infraestructura del Transporte, del cual el 50% debe transferirse a Vialidad Nacional para obras en rutas y caminos. Sin embargo, durante 2024, el Gobierno recaudó 2,5 billones de pesos a través de este impuesto, pero transfirió a Vialidad Nacional menos de la mitad de los fondos que correspondían. De los 619 mil millones de pesos que debían llegar, solo se enviaron 149 mil millones, en un incumplimiento flagrante de la legislación vigente. “Cada vez que una persona carga combustible, paga un porcentaje que debería ir destinado a reparar las rutas”, explicó Ruiz Moreno. “Esa plata se sigue recaudando, pero no se transfiere. Se hicieron reclamos formales al Congreso y al Ministerio de Economía, pero hasta ahora no hay respuestas”. La falta de transferencia de fondos no solo implica un incumplimiento legal, sino que también pone en riesgo la seguridad vial, ante la creciente precarización de las rutas nacionales. Según datos del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), además de la subejecución de presupuestos para obras viales, muchas rutas con más del 70% de avance fueron abandonadas, afectando el desarrollo federal. En definitiva, la obra inconclusa en Santo Tomé es apenas una muestra del estado general de las rutas argentinas y de una crisis que combina falta de inversión, desfinanciamiento, desprotección laboral y riesgo creciente para los usuarios.
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