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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 29/05/2025 00:38
La ciudad de Rosario acumula 7958 casos de dengue en lo que va de la temporada 2024/2025 y reportó 191 contagios en la última semana Después de varias semanas de seguimiento constante y un número acumulado que superó los siete mil casos, Rosario registró 191 nuevos contagios de dengue en la última semana. Con este dato, la ciudad alcanzó un total de 7.958 casos en lo que va de la temporada 2024/2025. Sin embargo, el panorama cambió: la curva descendente de infecciones permitió a las autoridades declarar el fin del brote y el inicio de una nueva etapa sanitaria, denominada fase de recuperación. La decisión fue confirmada este miércoles por voceros de la Municipalidad de Rosario y del Ministerio de Salud de la provincia de Santa Fe, quienes indicaron que, a partir de ahora, toda persona que presente síntomas compatibles con la enfermedad deberá realizarse un análisis de laboratorio para confirmar el diagnóstico. Se abandona así el criterio utilizado durante el brote, que permitía definir casos por la clínica o el nexo epidemiológico. “Esto significa que cada persona que presente clínica compatible con la enfermedad, para confirmar el diagnóstico, se deberá realizar un laboratorio”, explicó Fernando Vignoni, subsecretario de Salud y Territorio del municipio en declaraciones a La Capital. El funcionario añadió que la determinación se basa en una “baja sostenible en los números de casos” observada durante las últimas semanas, lo que habilitó el cambio de fase. La fase de recuperación implica una modificación en la estrategia de abordaje. Si bien los contagios persisten, ya no se detecta una circulación masiva como la registrada en el pico del brote. Aun así, Vignoni insistió en que resulta clave “sostener la prevención para evitar la reproducción del mosquito Aedes aegypti”, principal transmisor del virus. Las autoridades sanitarias definieron que Rosario ingresó en la fase de recuperación al descender sostenidamente los contagios En este contexto, la cartera sanitaria reforzó las recomendaciones habituales. La eliminación de criaderos es una de las prioridades. Desde el municipio se recordó que objetos como portamacetas, floreros, botellas, juguetes o cualquier recipiente que acumule agua deben ser vaciados, eliminados o almacenados de forma que no puedan convertirse en hábitat del mosquito. El Aedes aegypti, fácilmente reconocible por sus franjas blancas y negras en patas y abdomen, deposita sus huevos en agua estancada. Toda su vida transcurre en el entorno domiciliario: allí encuentra refugio, alimento y espacios para reproducirse. Por otro lado, Silvia Ciancio, ministra de Salud de Santa Fe, valoró los esfuerzos realizados durante los últimos meses en diferentes puntos de la provincia. “La tarea de Objetivo Dengue era la prevención, llegar antes que la situación complique a la población”, sostuvo. Y recordó que fue en noviembre del año pasado cuando se detectó el primer caso autóctono, en la localidad de Sunchales. A partir de entonces, se desplegaron operativos territoriales de control y detección precoz. “Hoy 28 de mayo podemos definir que en la provincia no tenemos brotes activos de dengue”, concluyó Ciancio, al trazar un balance del operativo y remarcar el fin del período crítico. Cómo prevenir el virus La ministra de Salud de Santa Fe destacó que no hay brotes activos de dengue en la provincia y valoró las acciones de prevención (Foto: Shutterstock) El virus, transmitido por la picadura de mosquitos infectados, suele provocar síntomas como fiebre, dolor muscular y articular, cefaleas, náuseas, vómitos, sangrado, erupciones cutáneas y cansancio extremo. Los signos de alarma más frecuentes incluyen fiebre persistente y hemorragias, entre otros. Por eso, la detección temprana sigue siendo una herramienta clave para evitar complicaciones. Las medidas preventivas también incluyen el uso de repelente, la instalación de telas metálicas o mosquiteros en puertas y ventanas, y el mantenimiento de patios desmalezados y desagües limpios. Además, se recomienda vaciar o limpiar con esponja los bebederos de animales cada tres días, mantener tapados los tanques de agua, y clorar o vaciar las piletas fuera de temporada. La combinación de estos hábitos, sumada a las bajas temperaturas típicas de esta época del año, contribuye a reducir la presencia del mosquito y, por lo tanto, el riesgo de transmisión. Las autoridades insisten en no bajar la guardia. Aunque la fase de brote haya quedado atrás, la vigilancia epidemiológica continúa y se mantendrán los controles en las zonas más comprometidas de la ciudad.
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