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» Notife
Fecha: 28/05/2025 22:28
Milán, la ciudad donde alguna vez reinaron el glamour, los lujos y los goles, se convirtió este miércoles en escenario de un violento quiebre entre Wanda Nara y Mauro Icardi. La audiencia judicial por su divorcio, que se esperaba breve y protocolar, estalló en tensión y reproches cuando el futbolista exigió ante el juez la tenencia de sus hijas para llevárselas a vivir con su actual pareja, la actriz Eugenia “China” Suárez. La explosiva revelación fue hecha en vivo por el periodista Guido Záffora en el programa DDM (América), quien aseguró haber hablado con Giuseppe Di Carlo, abogado italiano de Wanda. “Le pidió al juez que las niñas vivan con él y su novia. Dice que quiere sacárselas a Wanda”, leyó Záffora, mientras en el estudio se multiplicaban las reacciones de asombro. La tensión en la sala fue evidente desde el inicio. Según detalló la corresponsal Romina Valery, la audiencia fue caratulada como divorcio por culpa, lo que abre la puerta a que el juez evalúe no solo la división de bienes, sino también el comportamiento de las partes en la relación. “Si Wanda es considerada culpable, eso afecta la tenencia y la cuota alimentaria”, explicó. Pero el punto de quiebre llegó cuando Icardi lanzó su ofensiva: con tono firme, solicitó la custodia total de las niñas. “Todo se descontroló. Hubo gritos, Wanda no lo esperaba. Pensó que ese pedido vendría en Argentina, no en Italia”, aseguró Záffora. A esto se sumaron más bombas. La periodista Tatiana Schapiro sostuvo que Icardi fundamentó su reclamo en supuestas infidelidades de Wanda. Mencionó pruebas vinculadas a su presunto romance con el futbolista Federico Fazio. Y no fue el único nombre que apareció: Keita Baldé, excompañero de Mauro en el Inter, también fue mencionado como parte del conflicto. Puede interesarte El abogado Mauricio D’Alessandro agregó que el pedido del delantero del Galatasaray podría tener peso legal, ya que “las chicas tienen su centro de vida en Argentina” y una restitución forzada a Europa complicaría aún más la situación. Por ahora, ni Wanda ni Mauro hicieron declaraciones públicas, pero el silencio de sus entornos contrasta con el ruido mediático que envuelve un divorcio que, lejos de cerrarse, parece escalar cada vez más. La batalla no es solo legal: está cargada de emociones, traiciones y decisiones que afectarán profundamente la vida de sus hijas.
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