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Parana » AIM Digital
Fecha: 28/05/2025 17:51
Cuando el termómetro marca temperaturas que rondan entre 5° y 10°, resurgen las recetas de platos anti frío, calientes pero no calóricas. Suele suceder que el aumento de apetito en los días fríos, “el deseo de comidas reconfortantes en los meses invernales está más bien vinculado a factores psicológicos y conductuales, que al requerimiento energético real”, afirmó a AIM la Licenciada en Nutrición Valentina Franchi. En diálogo con esta Agencia, Franchi explicó que “no necesariamente el frío obliga a consumir mayor cantidad de calorías. El organismo utiliza más energía para lograr mantener la temperatura corporal en ambientes fríos-extremos o cuando hay una exposición sostenida al frío; pero la realidad es que esto casi no sucede en la vida cotidiana urbana. Solemos vivir acondicionados, por ende ese gasto energético “extra” no estaría aumentado y no sería necesario aumentar las calorías”. La profesional, que forma parte del área Nutrición en Icarus Centro de Salud & Longevidad, destacó que “suele suceder que el aumento de apetito en los días fríos, está más bien vinculado a factores psicológicos y conductuales: “El deseo de comidas reconfortantes en los meses invernales”, que al requerimiento energético real. ¿Comidas calóricas o calientes? Para la nutricionista, “las comidas calientes reconfortan, ayudan a mantener la temperatura corporal, pero, sin embargo, no es necesario aumentar las calorías. Es el momento de ir incluyendo los platos de cuchara, pero es un mito que para mantener el calor corporal durante los días de frío se deben ingerir mayor cantidad de calorías. Lo más recomendable es optar por preparaciones calientes, pero equilibradas nutricionalmente priorizando la calidad de nutrientes más que el exceso de calorías”. ¿ Cazuelas, woks, sopas y guisos son opciones oportunas? También agregó que las Cazuelas, woks, sopas y guisos, son opciones oportunas. “Son opciones muy oportunas siempre que estén bien planificadas. Este tipo de preparaciones permiten incluir gran variedad de nutrientes: proteínas magras, legumbres, vegetales, cereales integrales y grasas saludables. Este tipo de preparaciones son versátiles, ayudan a mantener una alimentación completa, saciante y adecuada al clima”. ¿Se queman calorías con el frío? Consultada respecto de la posibilidad de quemar más calorías con el frio, la licenciada admitió que “sí, pero de forma más limitada. El cuerpo aumenta levemente el gasto calórico para producir calor; proceso conocido como termogénesis. Este efecto es más marcado cuando hay temperaturas muy bajas y cuando no hay calefacción o abrigo suficiente. En caso contrario el gasto energético es más reducido y también se debe tener en cuenta que en el periodo invernal generalmente aumenta el sedentarismo y la alimentación emocional”. ¿Cómo se asegura el balance nutricional? Franchi comentó que el equilibrio nutricional se logra a través de la variedad y la proporción adecuada de nutrientes; incluyendo frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y grasas saludables. “Es fundamental respetar señales de hambre y saciedad, mantenerse bien hidratado y adaptar la alimentación al contexto y estilo de vida individual”. ¿Qué comidas se recomiendan para esta temporada? Párrafo aparte dedicó la nutricionista a recomendar comidas para esta temporada: “Recomiendo los alimentos de temporada ya que son aquellos que están en su mejor momento en cuanto a calidad nutricional y precio. Y son, por lo tanto, los más sabrosos, los más nutritivos y los más económicos. Las frutas y verduras de estación son alimentos que aportan de manera natural lo que otros traen de forma artificial. Aportan beneficios difíciles de conseguir en suplementos y productos”. Recomendaciones para tener en cuenta Alimentos picantes: ajo, jengibre, cebolla, rabanitos y la mostaza son alimentos beneficiosos para aliviar problemas respiratorios y para mantener el calor corporal. Aliáceos: cebolla, ajo y puerro; tienen propiedades mucolíticas y antisépticas. El aliento característico que brindan tiene un efecto antiespasmódico y antibiótico que previene afecciones de las vías respiratorias. Vitamina C y antioxidantes: frutas y verduras de estación como Las coles (brócoli, repollo y coliflor); los vegetales verdes como la acelga, cítricos, kiwi, son esenciales para fortalecer el sistema inmune y combatir el estrés oxidativo. Vitamina D: necesaria para la absorción del calcio en nuestro organismo por la disminución de la luz solar. Su producción cutánea baja en invierno. Se deben sumar huevos, pescados, lácteos, alimentos fortificados y/o suplementación controlada. Vitamina A: imprescindible para mantener el buen estado de la piel y mucosas como la de los bronquios; reduciendo el riesgo a infecciones respiratorias Zinc: Indispensable para la inmunidad. Presente en carnes, huevos, semillas de calabaza y legumbres. Microbiota equilibrada: incorporar fermentados como kéfir, chucrut o kombucha, y fibras prebióticas como ajo, cebolla, puerro, avena y banana. Menos azúcar, menos ultraprocesados: Reducir su consumo para evitar inflamación crónica y debilidad inmunológica. Incorporándose en preparaciones como sopas espesas con legumbres, granos, cereales o pseudocereales como el trigo burgol, mijo, quinoa; estofados o woks de vegetales con carnes magras. Infusiones y postres calientes, frutas en compota o al horno o en budines u otras preparaciones caseras.
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