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» Diario Cordoba
Fecha: 28/05/2025 04:04
Córdoba cuenta con la Feria más antigua de nuestra querida tierra andaluza, lo que nos impulsa a reivindicar su larga e ininterrumpida historia de más de setecientos años. El conocido privilegio otorgado al concejo de la ciudad de Córdoba por el rey de Castilla Sancho IV, de poder celebrar de forma temporal y ambulante dos veces al año una feria de ganado, supuso una auténtica «lotería» para los cordobeses de aquel tiempo, por cuanto supuso un decisivo dinamizador económico y comercial que promovió el intercambio y comercialización no solo de ganado, sino de todo tipo de productos que llegaban a Córdoba desde muchos sitios y salían de aquí para otros lugares, creando secularmente mutua riqueza. Tanto los Reyes Católicos en 1492 como Felipe II en 1556 confirmaron sucesivamente este real privilegio otorgando a la feria cordobesa de una esencial y definitiva continuidad a través de los siglos. Las dos ferias de la ciudad han tenido evidentemente diferentes emplazamientos según la propia evolución y transformación del urbanismo cordobés, enlazando con la feria que desde el siglo XVII se celebraba con motivo de la festividad de Nuestra Señora de la Salud, junto a su ermita, lo que entre otras cosas llevó a que se situase a partir de 1803 frente a la Puerta de Gallegos y poco después en 1820 en los jardines que en su tiempo habían ocupado las huertas del convento de la Victoria, suprimiéndose en el pasado siglo XX la feria que venía organizándose en septiembre de cada año, permaneciendo la de mayo y todo ello hasta que en 1992 se decreta el traslado a los llanos del Arenal, en la que desde 1994 radica actualmente. Superando, por tanto, cuantas vicisitudes fueron acaeciendo a través de los siglos, la Feria de Córdoba, ahora con su actual dimensión y esplendor, ha mantenido y mantiene su constante y permanente existencia como fundamental exponente de nuestras tradiciones cordobesas, hoy ya desprovista prácticamente de su primitiva y principal función económica comercial para ser considerada sobre todo como un evento social, cultural y recreativo de Córdoba. Se trata, por tanto, de una histórica y pionera feria creada por concesión real, y que, por tanto, bien podría ver reconocida esa condición que ostenta, siendo titulada oficialmente como FERIA REAL, como instrumento para reivindicar tan histórico origen y multicentenaria y dilatada existencia.
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