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Parana » ER 24
Fecha: 27/05/2025 14:55
BASTA DE STRATTATO: El peronismo de Victoria comienza a despertar Después de más de una década de conducción cerrada, elitista y marcada por el blindaje institucional a los intereses de una sola familia, el peronismo de Victoria comienza a reorganizarse con una consigna clara: BASTA DE LAURA STRATTA. El hartazgo no es nuevo, pero ahora empieza a tener forma política y organización territorial. Porque después de 12 años de «Strattato» –ese régimen que combinó gestión pública con poder hereditario, acuerdos en la sombra y una lógica de corte realista más propia de Versalles que de Entre Ríos– la paciencia del pueblo peronista se agotó. La Reina Madre, el joven Camilo y la Princesa Laura han gobernado con mano de hierro, con listas cerradas, favores cruzados y una trama de negocios familiares a costa del Estado que convirtió a la política en un negocio personal. Y como toda familia real, pareciera que solo la derrota electoral les recuerda que el poder no es eterno. Como en 1999, cuando una paliza en las urnas los dejó afuera del Partido Justicialista, sin influencia ni cargos, hasta que el pacto entre Luis Márquez y Sergio Urribarri los volvió a poner en carrera a principios del nuevo milenio. Pero lo que siguió no fue reconstrucción, sino saqueo. El nombre de Laura Stratta quedó asociado no a políticas sociales o transformaciones estructurales, sino a contratos truchos, acomodos descarados, silencios cómplices y un esquema de impunidad que se extendió a todas las cajas del Estado. IOSPER, ENERSA, el Senado y la Legislatura fueron solo estaciones del saqueo sistemático. Hoy, esa imagen opaca y desgastada se proyecta sobre la pobre gestión municipal de Isa Castagnino, intendente sin margen de maniobra ni liderazgo propio, que carga con el descrédito heredado y no encuentra brújula para gobernar. La ciudad lo percibe: Victoria está sucia, paralizada, sin ideas ni inversiones, mientras el «estratto» familiar sigue exprimiendo lo que queda del aparato estatal para sostener privilegios. En este contexto, sectores históricos del justicialismo, militantes desencantados, dirigentes barriales, sindicatos desplazados y voces silenciadas durante años comienzan a confluir. Ya no hay miedo ni pactos que los callen. El PJ de Victoria se propone recuperar su identidad, abrir las puertas, oxigenarse y volver a representar al pueblo, no a una dinastía. Porque el peronismo no nació para ser una agencia de empleo de apellidos. Nació para transformar la realidad del pueblo trabajador. Y esa tarea empieza por sacarse de encima a quienes lo secuestraron. BASTA DE STRATTATO. Es hora de que el peronismo vuelva a ser peronista.
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