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  • Panorama complejo: Los datos sobre el hambre en Argentina son preocupantes

    Parana » Entreriosya

    Fecha: 27/05/2025 14:41

    Mañana, 28 de mayo, se reconoce el Día Mundial del Hambre. En este marco, la situación alimentaria en Argentina sigue siendo alarmante, especialmente para la infancia. Aunque el país produce alimentos suficientes para abastecer a más de 400 millones de personas, millones de niños y niñas enfrentan diariamente la falta de alimentación adecuada. “Esta paradoja revela una profunda desigualdad en el acceso a los alimentos”, afirmó Fernando Uranga, director general de Banco de Alimentos Buenos Aires. Además “destaca la necesidad urgente de políticas efectivas que garanticen el derecho a una nutrición adecuada para todos”. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en el segundo semestre de 2024, la pobreza afectó al 38,1% de la población. Mientras tanto, la indigencia alcanzó al 8,2%. Aunque estas cifras representan una disminución respecto al primer semestre del mismo año la situación sigue siendo crítica. Extrapolado a la sociedad, esto implica que la pobreza alcanzó a unas 17,9 millones de argentinos. Mientras tanto, unos 3,9 millones están en la indigencia. Esto significa que no le alcanzan los medios para alimentarse y vestirse. Hambre en la infancia Particularmente preocupante es la situación de la infancia. Un informe de UNICEF Argentina revela que más de 7 millones de niñas y niños viven en pobreza. Además, cada día, un millón de niños se va a dormir sin cenar, y 1,5 millones se saltean alguna comida durante el día debido a la falta de recursos en sus hogares. La encuesta también indica que unos 10 millones de niños consumen menos carne y lácteos en comparación con el año anterior. Esto refleja la dificultad de muchas familias para cubrir gastos básicos de alimentación. Efectos Según la nutricionista Thais Barca, especialista en nutrición aplicada y nutrición deportiva funcional, el hambre crónica (que es diferente al hambre fisiológica, la cual es la que se siente entre comidas) tiene efectos negativos en el organismo a corto y largo plazo. Sin el acceso real a la fuente de energía que proviene de los alimentos, el cuerpo busca extraer a corto plazo la energía almacenada en la grasa corporal o en los músculos. Esto provoca una inmediata “pérdida de peso repentina, reducción de masa muscular, deficiencias de macronutrientes, vitaminas y minerales. Lo cual se acompaña de pérdida de cabello, uñas débiles, dificultad para pensar, mareos y náuseas”, dijo Barca. En la fase extrema del hambre (a largo plazo), se produce un cambio profundo en el metabolismo. Éste empieza a trabajar muy lentamente, “comprometiendo el funcionamiento de todos los órganos”, e impidiendo también la “producción de sustancias importantes como hormonas y enzimas”, aclaró la especialista. Si el cuerpo humano no posee recursos para saciar el hambre, el individuo puede terminar muriendo. Otros síntomas del hambre crónica – Desaceleración o interrupción del crecimiento. – Cambios psicológicos y psíquicos, dejando al individuo apático y deprimido. – Piel de aspecto arrugado. – Anemia y otros trastornos de la sangre. – Raquitismo (cuando los huesos se vuelven débiles, quebradizos y torcidos) debido a la falta de vitamina D. – Fatiga. – Deterioro del buen funcionamiento de todos los órganos del cuerpo humano, – Inmunidad baja. Fuente: Ámbito

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