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Parana » AIM Digital
Fecha: 27/05/2025 04:11
La gobernanza de los océanos, la financiación sobre conservación marina o la necesidad de un cambio urgente para avanzar hacia una economía azul regenerativa, son temas que adquieren nuevo impulso mientras los delegados se alistan ya para participar en la tercera cumbre mundial sobre el tema. La ciudad francesa de Niza acogerá del 9 al 13 de junio la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (Unoc3), cuando los defensores de la sostenibilidad de los mares aseguran que el mundo se encuentra en una encrucijada crítica y que sus deliberaciones determinarán el futuro de la protección marina durante décadas. «Los océanos sustentan toda la vida en la Tierra», afirmó Rita el Zaghloul, directora principal de programas de la Coalición de Alta Ambición (HAC) para la Naturaleza y las Personas, una alianza intergubernamental de 120 países, destinada a conservar y gestionar eficazmente al menos 30 por ciento de la tierra y los océanos del planeta para 2030, el llamado 30×30. A su juicio, «proteger nuestros océanos es fundamental para nuestra seguridad alimentaria, nuestro patrimonio cultural y nuestras economías y medios de vida», ya que representan más de 70 por ciento de la superficie del planeta. La Unoc3, coorganizada por Costa Rica y Francia, se produce cuando hay un consenso de actores gubernamentales y de la sociedad civil en que los océanos están hoy amenazados por variados y numerosas presiones, entre ellos la crisis climática, la contaminación y la sobreexplotación de sus recursos. Precedida por varios encuentros desde el 2 de junio, la Conferencia también tiene como objetivo adoptar medidas para respaldar el cumplimiento del 14 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), enfocado en lograr conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para 2030. El Zaghloul citó nuevos datos de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (Ocde) que muestran que la economía oceánica, si se tratara como un solo país, habría ocupado el quinto lugar entre las economías más grandes del mundo en 2019. Proporciona alimentos a 3200 millones de personas y contribuye con 2,6 billones (millones de millones) de dólares al producto interno bruto (PIB) mundial cada año. A pesar de ello, solo 8,4 por ciento de los océanos está actualmente bajo protección formal. Los defensores de la vida marina y submartina afirman que esa cifra debe aumentar hasta al menos 30 por ciento para 2030, un objetivo consagrado en el Marco Mundial sobre la Diversidad Biológica, acordado en 2022, y reafirmado por el Tratado de Alta Mar de 2023, también conocido como Tratado Bbnj (Biodiversidad más allá de las Jurisdicciones Nacionales). «No olvidemos que las discusiones sobre este tratado comenzaron hace ocho años», dijo El Zaghloul. «Para que entre en vigor, necesitamos al menos 60 ratificaciones. Hasta ahora, solo tenemos 21. La Unoc representa un hito clave para cambiar eso», dijo la especialista. De las promesas a la acción Tanto activistas como responsables políticos piden un cambio claro que permita pasar de las promesas y los compromisos a la implementación y la acción. «Solo nos quedan cinco años para 2030», advirtió El Zaghloul, «debemos ir más allá de la retórica». En todo el mundo están surgiendo ejemplos de medidas eficaces para favorecer la protección de los océanos. El Zaghloul destacó varios. Entre ellos, el Corredor Marino del Pacífico Tropical Oriental, una iniciativa de colaboración entre Ecuador, Costa Rica, Colombia y Panamá, que ha conectado cinco áreas marinas protegidas para reforzar la gestión de los ecosistemas. Las Islas Marshall han designado una zona marina más grande que Suiza como zona de pesca prohibida. Y en 2024, Australia amplió una reserva marina para cubrir más de 52 por ciento de sus aguas nacionales. «Estos ejemplos demuestran que es posible avanzar, independientemente del nivel de ingresos», afirmó El Zaghloul. «Pero, por supuesto, se necesita mucho más» que algunos ejemplos, acotó. Financiar el futuro de los océanos Como en todos los tratados y acuerdos internacionales, en el tema de los océanos, sigue existiendo un obstáculo crucial: la financiación. «Tenemos que asegurarnos de que la financiación llegue directamente a las comunidades costeras que trabajan para proteger nuestros océanos», afirmó El Zaghloul. Puntualizó que «desde la perspectiva de la HAC, hemos puesto en marcha un mecanismo de despliegue rápido que ofrece pequeñas subvenciones de entre 25 000 y 50 000 dólares como financiación inicial. Pero, por supuesto, eso es solo el principio». Kristin Rechberger, directora ejecutiva de Dynamic Planet y coorganizadora del Foro de Financiación de la Economía Azul de Mónaco (Beff, en inglés), se hizo eco de la necesidad de replantearse el papel de la financiación privada en la conservación de los océanos. «Durante demasiado tiempo, la extracción y la contaminación han sido el modelo de negocio, con poca inversión en protección o regeneración», afirmó Rechberger. «Tenemos que crear una nueva economía oceánica regenerativa que sitúe la conservación en el centro», añadió. Rechberger señaló que un nuevo estudio muestra que, para alcanzar el objetivo 30×30, es necesario crear 190 000 pequeñas áreas marinas protegidas en los próximos cinco años, solo en aguas territoriales. «Eso requiere una programación inteligente, productos de inversión e iniciativas escalables que restauren la vida marina y generen beneficios», afirmó. «No se trata solo de una cuestión medioambiental, es una oportunidad económica», agregó. La iniciativa de Rechberger, Revive Our Ocean, reúne a socios de probada eficacia que trabajan para demostrar que la protección marina puede conducir a la prosperidad costera. También señaló la próxima conferencia sobre océanos, resiliencia costera y riesgos, uno de los encuentros que acogerá Niza en paralelo a la Unoc, en la que participarán alcaldes municipales y gobernadores regionales. «Algunos líderes locales ya están protegiendo las costas y cosechando los beneficios gracias al aumento de la resiliencia climática y el turismo», afirmó. «Esperamos que muchos más sigan su ejemplo», cuando intercambien sus experiencias, adujo. El papel de Francia y el camino a seguir Francia, anfitriona de la Unoc, ha prometido un fuerte apoyo. El gobierno del país, respaldado por la HAC y otras organizaciones, está presionando para que se anuncien nuevas áreas marinas protegidas durante la conferencia. «Estamos trabajando para pasar de 8,4 por ciento a algo más cercano a 30 por ciento», afirmó El Zaghloul. «Pero no se trata solo de ampliar la cobertura, sino de garantizar que estas áreas se gestionen de forma eficaz, inclusiva y resiliente», remarcó. El Zaghloul concluyó con un llamamiento a la unidad: «Debemos asegurarnos de que los ministros y los expertos técnicos estén alineados para impulsar una mayor ambición. Necesitamos cuadruplicar la protección de los océanos, y hacerlo de forma inclusiva y eficaz». Filimon Manoni, comisionado para el Océano Pacífico, ha subrayado el compromiso inquebrantable de la región con la gobernanza de los océanos y la resiliencia climática. A pesar de albergar pequeñas naciones insulares, el Pacífico ha sido durante mucho tiempo un líder mundial en la protección marina, desde el avance del Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 hasta la encabezada de los esfuerzos de conservación marina liderados por las comunidades de esos pequeños Estados insulares. «Nos tomamos muy en serio esta oportunidad», afirmó Manoni, haciendo hincapié en que la conferencia ofrece una plataforma única para que las naciones del Pacífico expresen sus preocupaciones sobre el océano y el clima, que a menudo quedan marginadas en las conversaciones mundiales sobre el clima. En el centro de la agenda del Pacífico se encuentra el llamamiento urgente a la ratificación del Acuerdo sobre la Biodiversidad Marítima fuera de la Jurisdicción Nacional (Bbnj), un paso crucial para poner fin a la anarquía en alta mar. Manoni advirtió que la inacción actual podría poner en peligro años de conservación marina en aguas nacionales. También pidió un tratado mundial vinculante sobre los plásticos y una reevaluación de los sistemas comerciales mundiales que siguen alimentando la contaminación de los océanos. «Nosotros, los pequeños Estados insulares en desarrollo, seguimos soportando la carga de los residuos plásticos», afirmó al subrayar la necesidad de cambios sistémicos en el comercio internacional para frenar la degradación marina. La Unoc de Niza promete ser un momento crucial. Su éxito dependerá no solo de declaraciones audaces, sino de las medidas tangibles que se adopten posteriormente. Para los océanos del mundo y los miles de millones de personas que dependen de ellos, lo que está en juego es su futuro compartido. Fuente: Agencia IPS
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