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Gualeguaychu » Reporte2820
Fecha: 25/05/2025 11:43
León XIV, el nuevo Pontífice, invita a “ser una Iglesia que refleje Amor y Unidad, dos dimensiones de la misión que Jesús confió”. A pocos días de ser elegido Papa, el nuevo pontífice explicó ante los cardenales el por qué de su nombre. Inspirado en su predecesor León XIII, el Papa que con la Encíclica Rerum Novarum afrontaría la cuestión social en el contexto de la Revolución Industrial, el nombre de León XIV representa una continuidad del mensaje de la “Iglesia que ofrece a todos su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y el desarrollo de la Inteligencia artificial, que comporta nuevos desafíos a la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo. Problemáticas humanas similares, espacios diferentes, desafíos nuevos. En el siglo XIX, ya debilitadas las monarquías, el liberalismo se había impuesto como modelo de gobierno y como estilo de vida en muchos países. Siempre el modelo modela junto con una sociedad que en algún punto empatiza con los valores propuestos por la política. El liberalismo representa un avance ante el absolutismo monárquico y posibilita el avance y el progreso en el estilo de vida de un sector de la sociedad. Propone una libertad indiferente al destino del otro, exalta el mérito de lo logrado y la posesión de los bienes sin preocuparse por las necesidades de los demás. Frente al liberalismo surgirá el comunismo que haría responsable a la burguesía de las consecuencias de la pobreza, señalará a la libertad como contrapuesta a la solidaridad, a la familia burguesa como opresora de la mujer, a la propiedad privada como un obstáculo para la justicia, por tanto la lucha de clases como camino para una nueva manera de vivir. Tal vez una lucha de clases que ya había iniciado el mismo liberalismo al considerar que unos generaban la riqueza y otros se beneficiaban con el derrame de esas riquezas trabajando en condiciones inhumanas, pero esa idea de lucha de clases, se volvía una bandera propia del comunismo. En este contexto surge la Rerum Novarum, la primera Encíclica de carácter social, con la que se inicia la Doctrina Social de la Iglesia. A quién hablaba el Papa León XIII? Siempre el mensaje evangélico es a toda la humanidad, pero primero está dirigido a quienes forman la Iglesia, quien es la primera que debe dar testimonio de esta mirada. Los católicos de la época necesitaban claridad respecto de cómo vivir evangélicamente el tiempo nuevo que debían afrontar: un mundo no religioso, que en muchos casos había perseguido a la Iglesia, y que miraba al otro como parte de un engranaje económico, que olvida el valor de la dignidad humana como don y que condiciona el valor de la persona, en unos casos al mérito individualista y en otros al colectivismo. Había católicos que creían aún en las monarquías o en formas democráticas más conservadoras, se oponían al salario familiar porque lo consideraban una atentado contra la propiedad privada; los católicos liberales bregaban por una participación en la vida política, luego de un tiempo en que se les había prohibido, defendían la propiedad privada, y no veían grave las consecuencias de la revolución industrial. Los católicos sociales estaban preocupados por la ayuda a los más pobres. Inspirados en las primeras comunidades cristianas donde todo se compartía, promovían asociaciones de ayuda directa a los trabajadores y marginados. Tendían a ser paternalistas y rechazaban la vida política partidaria. En respuesta a esta problemática, la Encíclica Social de León XIII, fijará postura sobre el salario justo para que el trabajador y su familia tuvieran una vida digna, llamando la atención a los católicos liberales que cuestionaban el salario y hacían una valoración exagerada de la propiedad privada. Considerará que todos los grupos sociales debían tener acceso a la propiedad privada cuya tarea corresponde en parte al Estado. Por el contrario, y orientando a quienes se oponían a la misma, sostendrá que anular la propiedad privada es contraria a la función del Estado y que abolirla perturba la paz social, quita estímulos a los trabajadores. Esa propiedad privada es la concreción del Destino Universal que Dios ha dado a los bienes. El hombre está invitado a considerar las cosas externas no solo como propias, sino como comunes. Sin descartar a los sindicatos, apostará por modelos asociacionistas donde obreros y patrones puedan encontrar caminos comunes y eviten la confrontación. Aún la Doctrina Social de la Iglesia no ha definido el principio de la Opción Preferencial por el Pobre, un aporte latinoamericano, pero fiel a la tradición de la Iglesia, el Papa entiende que en ese contexto el pobre es el trabajador, su familia que están sufriendo duras consecuencias. Liberales, socialistas, izquierda, derecha, meritocracia, solidaridad, propiedad privada absoluta o con destino social, revolución tecnológica, función del Estado, disyuntiva avance y progreso versus cuidado del medio ambiente y respeto por la dignidad humana. Planteos similares ahora y antes, contextos diferentes, una doctrina social que ha madurado ya muchos de estos temas. A quien le habla el Papa León XIV? Muchos ya identificaron en sus palabras un aval a su manera de pensar la vida y de una crítica al modelo contrario. Como antes, está primero hablando a su Iglesia, que es la primera que tienen que dar testimonio y vivir los valores evangélicos, y al resto de la humanidad. León XIV, el nuevo Pontífice, invita a “ser una Iglesia que refleje Amor y Unidad, dos dimensiones de la misión que Jesús confió”. Frente a un mundo individualista, preocupado por el avance de la derecha liberal, decepcionado del progresismo paternalista, que identifica pobrismo con justicia social, con problemas presentes y futuros de trabajo, donde las diferencias se vuelven rivalidades, el nuevo Papa le dice a la Iglesia: “Estamos llamados a ofrecer el Amor de Dios a todos para que se realice esa unidad que no anula las diferencias, sino que valora la historia personal de cada uno..” Una unidad que no se convierta en colectivismo, una diferencia que no se vuelva insensibilidad. Frente a una vida y a un mundo conflictivo, alejado del diálogo, sin complejo frente al abandono de los más débiles, el Papa León XIV dice que “la paz comienza con cada uno de nosotros, con la forma en que miramos a los demás, escuchamos a los demás, hablamos de los demás. Ser una Iglesia que construya puentes siempre abierta a acoger”. Gran desafío para los católicos vivir, en el mundo y en el tiempo de hoy, los valores del Evangelio e iluminar la vida con la Doctrina Social de la Iglesia. En este año del Jubileo de la Esperanza vivir estos valores que propone el Papa y la Iglesia: construir la unidad en la diversidad, dialogar, acoger, cuidar a los más débiles, buscar el bien común, cuidar la casa común, respetar la dignidad humana, valorar la igual dignidad de cada ser humano, vivir una paz que desarma cualquier conflicto, son un aporte enorme a la humanidad. Significa un esfuerzo por acercar el cielo a la tierra para recuperar la esperanza que podemos construir una sociedad distinta. Guillermo Régoli
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