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» Diario Cordoba
Fecha: 25/05/2025 06:51
Desde diferentes ámbitos de la Administración pública, sobre todo desde el Ayuntamiento, desde asociaciones del tejido social y desde las empresas del sector privado; la Feria de Córdoba viene también siendo interpretada desde un punto de vista medioambiental. Como en años anteriores se ha informado desde CÓRDOBA, en las últimas ediciones la Administracion local está trabajando por convertir al recinto ferial de El Arenal en un espacio más sostenible y ‘verde’; y todos los agentes implicados en el transporte, logística, y residuos que se generan durante los días de Feria -con especial miramiento en los plásticos del sector de la restauración y las ‘discocasetas’- también están trabajando por reducir su impacto. En este contexto, hay otros elementos en torno a la Feria en los que también cabe hablar en clave de sostenibilidad, como son las especies de aves que habitan en torno a los espacios cercanos del río Guadalquivir, donde activistas de Ecologistas en Acción y de otros colectivos medioambientales cordobeses mantienen también una importante labor de divulgación y concienciación. No en vano, y aunque a nivel de Córdoba no hay estudios científicos concretos realizados acerca del impacto de la Feria en la fauna limítrofe -como sí lo hay en otras partes del mundo-, hay «evidencias observables de que la biodiversidad urbana, en su conjunto, soporta picos de presión humana poco sostenible y respetuosa hacia ella durante la Feria», además de en muchas épocas del año, como se afirma desde estos colectivos ecologistas. En concreto, desde esta asociación cordobesa se apunta la contaminación lumínica y por ruido, y por generación de exceso de residuos que se producen durante los días de Feria, «dañinos para el normal desarrollo de las funciones vitales de muchas especies, que ya se constatan un día cualquiera en espacios naturales urbanos tales como la Ribera o los propios Sotos de la Albolafia». Botellón en el Balcón del Guadalquivir, en una imagen de archivo. / AJ González «Ni que decir tiene que, añadido a esto, las actividades extra relativas a fiestas o eventos populares que atraen a una cantidad excepcional de personas a los mismos espacios, tienen un comportamiento también extra sobre estas mismas funciones vitales». Especialmente localizable, por poner un ejemplo concreto, es el calamón en la zona de limos que queda enfrente de El Arenal, según apuntan los ecologistas, «porque se observa que las aves cohabitan con actividades humanas diarias pero buscando siempre aislarse, aunque sea unos centenares de metros para su descanso o cría». Ahora bien, esta labor de concienciación no significa que los ecologistas estén en contra de la Feria ni en contra de su actual ubicación, sino que demandan el estudio de posibles medidas que mitiguen la incidencia medioambiental entre los otros ‘vecinos’ del El Arenal. Por indicar dos momentos de la Feria en concreto, este colectivo apunta a los fuegos artificiales y el botellódromo que cada año se celebra en el Balcón del Guadalquivir-como «mal menor», como se ha recordado en pasados días desde el Ayuntamiento-, justo al lado de donde duermen o hacen sus nidos algunas especies. La zona del botellón, «concita la presencia de miles de personas que aúnan impacto acústico, lumínico y de residuos plásticos en una zona, la del canal que circula paralelo a ella y fluye hacia el molino de Martos, donde anidan entre otras especies el martín pescador y el avetorillo, justo encima de sus crías», apuntan. A éstas habría que añadir otras especies como palomas, tórtolas, perdices o pájaros carpinteros que también se encuentran en el entorno durante los días de Feria. Y hay que mirar también por ellas. Suscríbete para seguir leyendo
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