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» Elterritorio
Fecha: 25/05/2025 04:20
El alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas avanzan en silencio, borrando los recuerdos, la identidad y los vínculos. Suponen un impacto físico y emocional en la tercera edad y un desafío para las familias. En un país con una población cada vez más envejecida atenderlas de manera integral urgente y esencial. domingo 25 de mayo de 2025 | 1:30hs. //Foto: Natalia Guerrero. Caminar entre la niebla, en algunos días más densa y en otros con la posibilidad de vislumbrar el horizonte de los recuerdos. Convivir con enfermedades neurodegenerativas es un terreno difícil, por demás doloroso, porque dejar ir a quien se era en un pasado es un duelo que atraviesa el paciente, pero también de su entorno. Es que estas patologías se caracterizan por un deterioro gradual de las funciones cognitivas, motoras y conductuales, lo cual tiene un profundo impacto en la autonomía y la calidad de vida de quienes las padecen. Si bien pueden afectar también a adultos jóvenes, son los adultos mayores los que se ven más perjudicados ya sea por el alzheimer -que es la más frecuente-, el parkinson, el trastorno neurocognitivo mayor (antes llamado demencia senil) y otros. Una población que cada vez es mayor y que muchas veces además de la enfermedad tiene que enfrentar el abandono y la desidia de un sistema que no está preparado para contenerlos. No obstante, también hay que saber que no todos los que lleguen a la adultez van a tener una demencia, ese es un mito que hay que desterrar. El último censo realizado en 2022 arrojó que la población de personas mayores de 65 años creció exponencialmente en las últimas décadas. A nivel nacional el índice de envejecimiento es de 53 personas de ese rango etario por cada 100 de entre 0 y 14 años. En Misiones, una de las provincias con población más joven del país, el índice de envejecimiento es de 31 por cada 100 de entre 0 y 14 años. Estos índices son el resultado del aumento de la esperanza de vida y, simultáneamente, de la disminución de la natalidad. “La pérdida de autonomía viene acompañada por una pérdida de identidad”, sostuvo Alejandro Antonio González Martín, psicólogo especializado en adultos mayores. Aprender de esa nueva vida que se abre camino es un desafío para los pacientes y para las familias. Aunque los avances de estas enfermedades no tengan remedio o una pausa, existen diversas herramientas que pueden ayudar a ralentizar su avance: ejercicios de memoria a través de juegos, fotografías y otros para rescatar esa historia olvidada. Por su parte, Marcela Paredes, licenciada en Psicopedagogía, especialidad en neurorrehabilitación y parte del servicio de rehabilitación del Hospital Madariaga, señaló: “El familiar también pasa por una situación compleja, tiene que entender qué es lo que está transitando su mamá, su papá, su esposo, su hermano, y al mismo tiempo entender que se enoje, que se sienta frustrado. El que cuida a la persona con estas dificultades sufre mucho estrés y necesita contención. Siempre recomendamos que tengan asistencia psicológica o acompañamiento”. En este contexto, desde la Asociación de Lucha contra el Mal de Alzheimer (Alma) indicaron que se estima que en el país hay cerca de 500.000 personas que sufren este trastorno, aunque las cifras no son oficiales y se desprenden de los organismos que abordan la problemática. En ese sentido, sostienen que es un tema del que el Estado debe ocuparse y por eso bregan por una ley nacional que aborde esta y otras patologías neurodegenerativas. “Se trata de un proyecto de ley presentado por el diputado Facundo Manes que viene a llenar un vacío legal muy grande que tenemos en nuestro país en esta materia para poder prevenir el avance de las demencias, asistir a las personas que las padecen y a sus familiares, promover la investigación científica y reducir las desigualdades sociales para que todas las personas que lo necesiten tengan el acompañamiento médicos asistencial necesario para transitarlas”, argumentó la psicóloga Gladys Bangueses, presidenta de Alma. Este informe pretende no solamente entender estas patologías y el proceso degenerativo que provoca en los adultos mayores, sino también visibilizar los roles de cuidado desde las familias, las residencias de ancianos, los seguimientos médicos y de los acompañantes terapéuticos. Porque cuidar y ser cuidado representa una de las formas más grandes del amor. Fue perdiendo de a poco la voz, la alegría y la conciencia que enojosa detiene el curso de los días. Desaprende las cosas y de todo se olvida (fragmento de la canción Alzheimer, Pedro Guerra). Compartí esta nota:
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