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» TN corrientes
Fecha: 24/05/2025 23:06
Sociedad Alta demanda de consultas. Psicólogos y psiquiatras con agendas colapsadas y turnos demorados Sábado, 24 de mayo de 2025 A poco de llegar a la mitad de 2025, se evidencia un fenómeno que se inició con la pandemia y que se intensificó a partir de las exigencias de la vida actual “Estoy con la agenda llena”, dice Juana Poulisis, psiquiatra especialista en trastornos alimentarios, una realidad que como profesional vive desde un tiempo. La alta demanda trae a su consultorio pacientes con trastornos de ansiedad, trastornos del sueño, cuadros anímicos como depresión, trastornos alimentarios y problemas de adicciones, entre otros. Algo similar sucede con la disponibilidad de turnos de Sabina Alcarraz Robledo, licenciada en psicología y psicoterapeuta cognitivo-conductual, quien admite que desde hace mucho tiempo está con una pequeña lista de espera. “En realidad, después de la pandemia, esto explotó a nivel global y fue cada vez más en aumento. Creo que aún vivimos un coletazo de la pandemia, porque todavía hay gente que llega y consulta y cuenta situaciones que le ocurren desde ese momento”, señala. Alcarraz Robledo coincide en que las patologías principales por las que la gente consulta son los trastornos de ansiedad, como ataques de pánico, fobias, ideas obsesivas o Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), y depresión. “A esto se suma la vorágine en la que vivimos todos, esta productividad 24/7, la llamada hustle culture o la cultura del ajetreo o de la autoexplotación laboral”, advierte. Y enfatiza: “Es como que está bien visto que todos estemos todo el tiempo agotados y ocupados, produciendo a nivel laboral. Si uno dice que estuvo a mil porque tuvo yoga, psicoterapia y gym no es lo mismo, hasta te pueden decir que sos un vago”, explica. Y admite que estamos inmersos en una presión cultural que hace que nuestro sistema nervioso central esté en estado de alerta constante, lo que genera angustia y ansiedad. La cultura de la exigencia Para María Inés Maidana, psicóloga (MN.36141 MP.93733), la demanda de atención en consultorio con respecto a fines del año pasado, cuando suele ser más intensa, no disminuyó. “Es tanta que la oferta termina colapsando porque es imposible abastecer todas las necesidades de salud y, dentro de ellas, las relacionadas con salud mental”, indica. Y concuerda en que, a partir del 2020, tanto a nivel nacional como mundial, hubo una resignificación de la salud mental y de su importancia. “Hoy la gente tiene mucha más conciencia de la necesidad de no llegar a la consulta una vez que el incendio está desatado, sino cuando empiezan a aparecer esas primeras pautas de alarma que indican que uno debería ir a su especialista, en este caso psiquiatra o psicólogo, para comenzar un tratamiento”, señala. Entre las causas que repercuten en la salud mental de las personas subraya que las demandas de un mundo cada vez más exigente lleva a una mayor ansiedad y estrés. A la vez, subraya que otros factores pueden incidir en la salud mental de la población como la situación económica, política y social. Es decir, la gente que convive con realidades difíciles presenta signos de estrés y preocupación. Quizás con problemáticas que afectan sus necesidades básicas y emocionales. Por otra parte, dos de los temas presentes en su consultorio se relacionan con las situaciones de duelo y lo que se conoce como FOMO (Fear Of Missing Out). En el primer caso, no se trata solamente de una pérdida por fallecimiento, sino que se refiere a la pérdida que representa, por ejemplo, la ruptura de una pareja, el duelo por perder un trabajo o por perder aquello que generaba un deseo o una ambición. En tanto que el FOMO se refiere al temor de quedarse afuera. “Vivimos en un mundo que nos presenta un ideal de que podemos hacerlo todo porque en un click tenemos 100 pestañas abiertas o porque hay una inteligencia artificial que responde todas las preguntas. Esto nos da la sensación de que podemos estar en todos lados, pero la realidad nos demuestra lo contrario. Esto genera muchísima ansiedad en las personas y es uno de los malestares que más percibo y que más escucho en el consultorio”, sostiene. Sistemas sobrecargados Sobre la demora en la atención psicológica o psiquiátrica tanto en el sistema público como en el sistema privado, Mirta Goldstein, psicóloga (MN3612) y presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), considera que en hospitales y prepagas el colapso en los servicios se debe a diversos motivos, entre ellos la baja paga, el gran número de pacientes y la menor cantidad de profesionales. “En épocas de crisis económica aumenta la demanda, pero a la vez se dificulta la consulta privada y los sistemas públicos colapsan. También en épocas de crisis sociales crece la incertidumbre que es otro nombre de la angustia. El problema radica en que cuando no hay posibilidad de consultar a un terapeuta aumentan la automedicación y las soluciones mágicas”, advierte. Goldstein coincide también en que, desde la pandemia, se incrementaron las consultas por ansiedad, depresión y pánico. “Esto no se debe solo a la pandemia que favoreció el temor a la muerte y la fobia al contacto físico y social con los otros, sino a la desesperanza y la falta de creencia en el futuro, en los vínculos o en la continuidad laboral”, dice. Por su parte, Rolando Salinas (MN72241), jefe de Salud Mental del Hospital Alemán y profesor de Psicología de la Salud de la Universidad Católica Argentina (UCA), sostiene que la experiencia en el hospital es que las consultas en esta área evidenciaron un aumento significativo, independiente de factores estacionales. “Sabemos que este aumento de la demanda es constante, al tiempo que parece no encontrar techo y se verifica en todos los sectores del sistema de salud". Y asegura que las múltiples explicaciones pasan por hipótesis que van desde las consecuencias de la pandemia hasta factores socioculturales. En tanto que detalla que el aumento de consultantes del servicio de salud mental del hospital es de un 50% después de 2020. “Por otra parte, la percepción de estrés en nuestra población sufrió un aumento dramático en 2001 que nunca terminó de volver a los niveles anteriores. Los factores investigados incluían no solo lo directamente económico, sino temas sociales asociados, tales como la seguridad, incertidumbre laboral, exceso de horas de trabajo o desocupación, vivienda, disgregación familiar, educación y futuro de los hijos, entre otros”, señala Salinas. Asimismo, Poulisis advierte distintos fenómenos que derivan de tanta solicitud de atención que hace que los profesionales, desde los de mayor experiencia hasta los recién recibidos, tengan una altísima demanda. “A diferencia de lo que sucedía hace unos 15 o 20 años cuando el profesional tenía que tener muchos años de trabajo en un hospital o en alguna obra social para luego poner su consultorio particular y atender pacientes, la sobredemanda actual hace que quizás alguien que terminó la carrera hace poco tiempo también tenga su agenda llena”, explica Poulisis. Y aclara que otro fenómeno de esta época es el de médicos especialistas que trabajan con un equipo al que derivan pacientes. Pospandemia y virtualidad Por último, Yanina Carranza, psicóloga (MN40641), destaca un factor importante pospandemia, el de la virtualidad. Las consultas virtuales hicieron que muchas más personas se animaran y tuvieran la decisión de empezar terapia. Y subraya que antes la gente tenía que contar con un tiempo extra de viaje y ahora ese tiempo no existe porque pueden tener su sesión desde su casa o en cualquier lugar en donde se encuentre. “Esto también repercutió en los profesionales que pueden tener mayor disponibilidad de agenda porque tampoco tienen que moverse de un consultorio a otro”, dice Carranza. Y añade que, si bien muchos pacientes quisieron volver a la presencialidad y para los psicólogos es mucho mejor, la virtualidad llegó para quedarse. “La virtualidad facilitó a muchas personas el comenzar, continuar y sostener un proceso terapéutico, esto también produce un aumento de la demanda”, finaliza. En tanto, desde el año pasado y lo que va del actual, la demanda en salud mental dentro del sistema público de la Ciudad de Buenos Aires es alta y sostenida. Desde el Ministerio de Salud porteño aseguran que hubo un incremento de los turnos asignados. En estos primeros meses del año, contrastados con los primeros del 2024, estos representan un 32% más. Las fuentes consultadas reiteran la importancia de que los ciudadanos estén empadronados en el sistema público de salud antes de requerir turnos. Las vías para gestionarlos son la línea 147, el WhatsApp de la ciudad, ingresando a la página web del Ministerio de Salud o de manera presencial en los centros de atención. En la provincia de Buenos Aires, existe una línea telefónica que brinda atención y acompañamiento a las personas que requieran asistencia o derivación en salud mental: 0800-222-5462. Las consultas se canalizan a través de los Centros Provinciales de Atención (CPA). Sábado, 24 de mayo de 2025
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