24/05/2025 23:52
24/05/2025 23:52
24/05/2025 23:50
24/05/2025 23:45
24/05/2025 23:42
24/05/2025 23:41
24/05/2025 23:41
24/05/2025 23:40
24/05/2025 23:37
24/05/2025 23:35
» Diario Cordoba
Fecha: 24/05/2025 19:35
Ficha del festejo Ganado: Cinco toros cinqueños de Juan Pedro Domecq, de dispares hechuras y, en general, de poco cuajo y trapío, aunque compensado por la aparatosidad de sus cabezas. Todos dieron un escaso juego por su extendida falta de raza y de fondo, aunque alguno desarrollara una sosa nobleza. Y un remiendo, en sexto lugar, de Torrealta, cerca de cumplir los seis años, basto y voluminoso, manejable pero de medida entrega. Juan Ortega, de gris perla y oro: pinchazo y estocada honda delantera perpendicular (silencio); media estocada desprendida (silencio); y media estocada delantera desprendida (silencio tras aviso). Pablo Aguado, de burdeos y azabache: dos pinchazos y estocada atravesada (silencio); media estocada atravesada (ovación); y estocada (oreja). Buena actuación en conjunto de todas las cuadrillas, especialmente en la brega. Plaza: Las Ventas (Madrid). Decimocuarto festejo de abono de la feria de San Isidro, con cartel de "no hay billetes" (22.964 espectadores), en tarde de calor. El diestro sevillano Pablo Aguado, que paseó la única oreja, salvó con su excelente toreo al natural al sexto toro una tarde que se hundía en el fracaso por el descastado juego de la corrida de Juan Pedro Domecq que lidió mano a mano con su paisano Juan Ortega. Hasta que salió ese último del festejo, que fue un voluminoso remiendo de la divisa de Torrealta, el ambiente estaba sumido en la decepción provocada, básicamente, por el escasísimo fondo de raza de una corrida del viejo hierro de Veragua que lució más pitones que cuajo y con la que hubo muy contados momentos de interés. Aguado, que abrevió con un primero sin fuerza alguna en los cuartos traseros, se aplicó con el mismo temple con el cuarto, al que ya llevó suavemente en unos lances iniciales y al que no dejó tocar nunca su muleta a pesar de que al de Juan Pedro le costó emplearse e intentó siempre punteársela, en un trabajo más que estimable que se recompensó con la que era la única ovación hasta el momento. Todo cambió a la salida de ese bastote y viejo sobrero de Torrealta, y no con la capa sino en banderillas, cuando el animal comenzó a galopar y a emplearse algo más que los cinco anteriores, lo que Aguado aprovechó ya para salirse con él hasta los medios en una apertura de faena más que compuesta, con pases de la firma, trincherazos y molinetes de inequívoco corte sevillano. Manejable pero con medido motor, lo midió luego en series cortas con la derecha, para poder así terminar de levantar su obra con dos soberbias series de naturales. Con naturalidad, sin abrir el compás, y manejando a ras de arena los vuelos de un suave engaño, llegaron una docena muletazos de largo trazo y aroma, y de sencilla e inesperada hondura, que bastaron para sacar la corrida de la sima. Y aun insistió con la zurda Aguado, a pesar de un desarme en otra tanda más arrebatada pero que quedó olvidado con un cierre no menos preciosista, de recreados y redondeados cambios de mano camino de las tablas, donde llegaría la estocada de perfecta ejecución que tumbó sin puntilla al de Torrealta. La oreja, así, tuvo más que sobrada justificación. Juan Ortega, su rival en este mano mano de sevillanos en Madrid, dejó también varios momentos de bella factura, como en esa competencia en quites que el descaste de la corrida apenas dejó esbozar a la pareja. Especialmente airosos y templados, por su parte, fueron los que hizo por chicuelinas y tafalleras a cuarto y quinto, respectivamente. Pero esos señalados momentos se intercalaron en una actuación en conjunto en la que Juan Ortega se empecinó en redondear de más, y desde el principio de sus tres trasteos, unas embestidas sostenidas con alfileres, exigiendo de más desde el primer momento a un lote que pedía más ayuda para asentarse sobre la arena y sacar así alguna de sus virtudes, como la noble movilidad que tuvo el tercero, que Ortega no llegó a aprovechar.
Ver noticia original