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» Diario Cordoba
Fecha: 24/05/2025 09:06
Un hecho insólito ocurrió hace escasos días en Córdoba capital, cuando los vecinos de la urbanización periférica del Patriarca lograron grabar a un ejemplar de lince ibérico merodeando por la zona. Es poco habitual que esta especie, acostumbrada a camuflarse entre el monte bajo, se deje ver en zonas urbanas. Lo cierto es que la espectacular recuperación del lince ibérico, que hace 20 años estuvo a un pelo de extinguirse -es el mayor felino de la Península y endémico en el territorio-, ha propiciado la imagen. Es raro, pero no infrecuente. Javier Salcedo, coordinador del plan de reintroducción del lince en Andalucía auspiciado por el proyecto Life, aclara que esta especie nunca entra en zonas urbanas para buscar alimento, como sí hacen otros animales salvajes como los jabalíes que llegan a rebuscar en la basura. Lo que sí puede ocurrir, asegura, es que el lince busque «entornos favorables que a veces están cerca de ciudades. Se pueden dar esas condiciones cerca». Más aún en Córdoba, con la cercanía de Sierra Morena. «No sólo se ven linces, sino otras muchas especies salvajes», recuerda Salcedo. Se han avistado, entre otras, nutrias y jabalíes en el piedemonte. Además, hay que tener en cuenta la propia expansión del lince. El aumento de la población no se ha dado en lugares confinados como hace décadas, cuando la especie estaba concentrada en Sierra Morena oriental (entre Córdoba y Jaén) y Doñana. Ahora, fruto de los planes de reintroducción y de la propia dinámica natural del lince, la especie ya está presente en prácticamente toda la provincia de Córdoba, aunque de forma muy escasa. Localizaciones La mayor concentración, de acuerdo con el censo publicado el jueves, se da en Sierra Morena, en el límite entre Córdoba y Jaén, donde coinciden dos parques naturales con una protección que ha generado un hábitat ideal para el lince. Son los parques de Cardeña-Montoro, en la parte cordobesa, y de Andújar en la jiennense. Sólo aquí hay censados 585 ejemplares, de los que 123 son hembras reproductoras Hay también una población estable en la zona del Guadalmellato, muy cerca de Córdoba capital, cuyos animales se cuentan en la estadística de Sierra Morena Oriental. Más hacia el oeste está la zona de conexión de Sierra Morena, en el entorno del Parque de Hornachuelos y hacia el Norte, con otros 53 linces. El área de Sotillo, aunque en Extremadura, es en realidad limítrofe con el Guadiato cordobés y dispone de 10 ejemplares que empezaron a reintroducirse en 2023. Bajando hacia el Sur encontramos la Campiña del Guadalquivir, que tiene 38 linces que parecen estar localizados en la provincia de Sevilla. Y se cuentan otros 18 animales en las Sierras Subbéticas, si bien no sólo en la parte cordobesa. Con esta expansión, es lógico que se hayan producido algunos ataques a instalaciones ganaderas, esporádicos y en ningún caso graves. Salcedo explica que se trata sobre todo de asaltos a gallineros aislados y en pésimas condiciones, además de algún ataque a corderos. Cuando se dan estos casos, el programa gestiona las indemnizaciones y realiza acciones para que los corrales estén debidamente protegidos. «Si queremos tener lince todos tenemos que asumir el coste. No podemos dejar que esto lo asuman los propietarios de gallineros u otro ganado», concluye.
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