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» El Ciudadano
Fecha: 23/05/2025 19:50
La suspensión por 10 días del juicio que investiga la muerte de Diego Armando Maradona y que tiene a siete acusados de homicidio en el banquillo, explotó luego del escándalo que se comprobó acerca de la presencia en la sala de unos integrantes de la productora PEGSA que filmaban el proceso que no era público con el aval de la jueza Julieta Makintach. Ahora se supo que la magistrada pretendía ser la protagonista y todas las actitudes sospechosas que tuvo cobraron sentido. Según la información que brindó Jorge Rial en Argenzuela por Radio 10, la producción se iba a llamar «la jueza de Dios» y tenía todo preparado como para ser la gran protagonista que logró condenar por homicidio a los asesinos de Diego. Inclusive afirmó que Makintach le garantizó a Fernando Burlando y a una de las hijas del astro futbolístico que iba a conseguir que los siete acusados sean condenados. «El documental era en base a ella, en el marco del juicio de Maradona. Ella iba a ser la heroína de esta historia», señaló el conductor. Al enterarse sus compañeros de Tribunal de la situación, uno de ellos la delató. Los indicios de que esto era así los fue dejando semana a semana en la previa del proceso y en los días en los que desfilaron los testigos. Esto fue a tal punto que, en un momento, se levantó de su lugar para llevarle un vaso de agua a Gianinna Maradona, un hecho que no realizan los magistrados sino los secretarios y el personal protocolar y administrativo de los Tribunales. «Ella no tenía que estar sentada ahí en el centro del Tribunal. Lo que pasa es que como iba a ser la protagonista tenía que estar en todos los planos», explicó Rial, mientras que detalló que su rol era el de suplente, pero que hizo todo como quedar en un lugar central. «Llega al juicio de una manera poco transparente. Porque al Tribunal lo tenían que integrar jueces del Juzgado N° 5, pero se metió por la ventana», cuestionó. Para lograr su cometido, Makintach «empezó a hacer lobby», ya que «tiene muy buenos contactos» y «es hija de un magistrado muy reconocido». En ese sentido, fue que ella se opuso a la realización del juicio por jurados, algo que le hubiera impedido el protagonismo que tuvo porque son procesos con un solo juez. «Antes del juicio, su hermano Juan, que integra la productora PEGSA, se dispuso a hacer el documental del juicio. Y ella dicen que, a viva voz, ya hablaba de esto. Es muy bocona, me dicen», advirtió Rial. «El día que comienza el juicio, a espaldas de la oficina de la Suprema Corte que se encarga de las acreditaciones, hizo ingresar a tres personas: dos guionistas y el camarógrafo. La gente de Prensa de la Corte no sabía nada. De hecho lo cuentan: ‘nosotros no los acreditamos. No sabíamos nada’. Y que pasaron por encima de la autoridad del Tribunal. Que las tres vinieron directamente con el aval de la jueza. No de la Corte, no de la oficina de prensa, no de nadie», expuso el periodista. Una vez comenzado el proceso, ciertas actitudes de Makintach comenzaron a llamar la atención. «Se empieza a poner en duda, sobre todo, la manera en la que preguntó a la psiquiatra Agustina Cosachov. Ahí empiezan las dudas. Porque empezaron a sentir que sus preguntas y repreguntas eran extrañas para un juicio. Una puesta en escena», indicó Rial. En ese sentido, le aseguraron que ella «empezó a hacer preguntas que sobrepasaban la atribución que tienen los jueces en un proceso acusatorio», que es hacer preguntas aclaratorias. Entre los materiales que aparecieron como pruebas, se encontraban los mensajes de la custodia del Tribunal que decían: «no nos podemos meter con la gente de la Dra. Makintach». La referencia es por el escándalo en el cual las dos personas se identificaron y dijeron que eran «escritores independientes», cuando en realidad eran los guionistas del documental que se estaba filmando dentro de la sala, que habían sido contratados para ese fin. La forma de descubrir esto es muy simple: se constatan los nombres de los trabajadores con la base de datos de la empresa y se comprueba la verdad. Algo que todavía no han hecho. «El documental por ahora no es motivo de recusación. El tema es que empiezan las sospechas: ¿hay guita de por medio? ¿Le dieron guita a la jueza para empezar a filmar el documental? Si no se lo dieron, ¿ella va a tener regalías por la venta de esto? Ahí sí es otra cosa. Hasta acá no hay delito», señaló Rial. El periodista también aportó la información acerca de que Makintach también pidió un maquillador y vestuarista, algo que desde la oficina de la Corte Suprema le negaron. Además, también resaltó lo dura que fue contra el abogado y empresario Víctor Stinfale en su declaración y otros encuentros en los cuales participó. «Llamó mucho la atención una reunión que tuvo con la gente de Swiss Medical en privado. Y dicen que a partir de esa reunión empezó el cambio de actitud de la jueza de atacar a los otros acusados», indicó Rial. «El rumor más fuerte es que ante el escándalo la jueza le habría hecho llegar una especie de oferta a una de las hijas de Diego y a Fernando Burlando de decirle: ‘no hagan quilombo, dejen que esto siga así, yo les prometo que sale el homicidio simple para los acusados’. Que para los especialistas era imposible casi», agregó. Si bien la información asegura que el documental tenía un presupuesto de 20 millones de dólares, el periodista descree de que sea tanto dinero en el marco de que El Eternauta costó sólo 15. «En la Justicia dicen que lo más sano sería que se excuse, se abra y permita el ingreso de un nuevo juez, que se puede poner al tanto rápido porque está todo filmado», reflexionó.
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