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Parana » ER 24
Fecha: 23/05/2025 00:01
Los PEREJILES que cargan con las culpas de Lauritto, Cáceres, Bahl, Urribarri y Allende Redacción La Caldera La megacausa por los contratos truchos de la Legislatura entrerriana está por llegar a juicio, pero lo hace con una paradoja que ya nadie puede disimular: los únicos imputados son empleados de planta, administrativos y algunos jefes de despacho. Los de siempre, los de abajo. Durante más de una década, los contratos apócrifos fueron el corazón de una estructura de recaudación y vaciamiento del Estado. Detrás del armado estuvieron quienes controlaban la Cámara de Diputados y el Senado, digitaban los nombramientos, firmaban los presupuestos y apretaban los botones para que el dinero fluya sin control. Eduardo Lauritto, José Cáceres, Adán Bahl, Sergio Urribarri, José Allende. Todos ellos manejaron, en diferentes momentos, el poder legislativo entrerriano. Nada se movía sin su aprobación. Y sin embargo, ninguno de ellos está imputado. Ni uno. Tampoco se puede seguir sosteniendo el relato de que la plata era para “la política”. Los millones retirados en efectivo y triangulados con escribanías y financieras fueron a parar a campos, ganado, propiedades, vehículos de alta gama. Inversiones privadas, no partidarias. Y esos bienes jamás estuvieron en manos de los imputados. Los llamados “autoconvocados” enfrentan penas de prisión, embargos y estigmatización pública. Pero todos saben —en Tribunales, en la prensa, en la política— que fueron el último eslabón. Los que firmaban, los que entregaban los cheques, los que ponían la cara. No los que diseñaron la matriz ni se llevaron los millones. El Poder Judicial, que tardó años en avanzar, optó por cortar el hilo por lo más delgado. Y lo hizo con pericias sesgadas, investigaciones parciales y sin tocar jamás el tejido político que sostuvo el sistema. La historia vuelve a repetirse: los responsables intelectuales del saqueo siguen libres, ricos y —en algunos casos— todavía en funciones. Los perejiles, a juicio. El poder, intacto.
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