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» La Capital
Fecha: 22/05/2025 19:03
La madre del niño que tienen en común lo denunció por supuesto abuso simple. La Justicia desestimó el delito y advirtió que se vulneraron derechos del chico La Cámara de Apelaciones de Rosario dejó firme una resolución de primera instancia de la Justicia penal y ratificó así la inexistencia de delito en una denuncia presentada por una madre contra su expareja por presunto abuso simple contra el hijo que tienen en común cuando éste tenía cinco años. De esa manera, quedó ratificado el sobreseimiento del progenitor, quien reclama revincularse con el pequeño desde hace más de tres años . Fuertes críticas de dos magistrados tanto en primera y segunda instancia por "negligencias" cometidas en el transcurso de la investigación, donde advirtieron que se vulneraron derchos del niño, más allá de la disputa parental. El pasado 14 de enero, el juez de primera instancia Nicolás Foppiani dictó una resolución de revisión en la que expuso argumentos respecto a los derechos vulnerados del niño durante todo el proceso y las irregularidades cometidas tanto por psicólogas de parte contratadas por la progenitora como por la propia Fiscalía. Sin embargo, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) apeló esa decisión y el caso pasó a la Cámara Penal donde recayó en manos del juez Javier Beltramone. En una línea argumentativa similar a la de Foppiani, el camarista dejó firme la resolución de primera instancia e incluso cargó las costas del proceso a la querella y a la Fiscalía por considerar que durante el proceso se cometió "una conducta procesal marcada por una negligencia en el cumplimiento de sus funciones", entre otros detalles. A partir la resolución dictada por el camarista, la defensa, por medio del letrado Rafael Tamous, confirmó a La Capital que recusó a la jueza del Tribunal Colegiado de Familia Nº3, María José Campanella, por "incumplimiento de funcionario público"; a la fiscal del MPA Noelia Riccardi, por "pérdida de objetividad en tres oportunidades", y a tres psicólogas de parte que intervinieron en una entrevista al niño Cámara Gesell y jamás convocaron al progenitor ni a la familia de éste para cerciorarse sobre el caso en cuestión. El padre del pequeño tiene 60 años y quedó sobreseído el 14 de enero pasado, luego de que el juez Foppiani confirmara la inexistencia de delito de manera categórica con argumentos exhaustivos. Se basó en pericias y en varios informes elaborados por una psicóloga forense tras otra entrevista en Cámara Gesell. La sentencia de la Cámara de Apelaciones "Es consabido, por toda la literatura, que ante un posible proceso de divorcio, el niño muestra dificultades como alteraciones del sueño, falta de control de esfínteres, problemas psicomotrices, retraso en el habla; los niños más pequeños suelen ponerse más agresivos y además sufren muchos sentimientos encontrados: tristeza, ira, dolor", expuso Beltramone. "Nuevamente —agregó el camarista— las psicólogas desconocieron todo esto. Y esto lo digo con énfasis porque hubo una empleada (la niñera), que declaró en Fiscalía y luego fue despedida. Desde su conocimiento personal, directo y llano, habló de una separación traumática en la cual la madre introdujo a su nueva pareja en su casa. Nada de ello fue contado por la madre a las psicólogas, ni éstas siquiera advirtieron un marco situacional previo, una separación, una nueva pareja de la madre —que tiene todo el derecho del mundo de hacer, no estoy tratando la cuestión moral, estoy tratando la cuestión científica— ni en la imposibilidad de que el padre pueda ver a su hijo. Todo este entorno no tratado descalifica sin más cualquier mérito de dichos informes. Desde mi perspectiva, lo único que buscaron las profesionales psicólogas mencionadas, lo cual, como dije, borda la mala praxis profesional, es simplemente un sesgo de confirmación y no otra cosa". Respecto a la labor de la jueza de Familia el camarista argumentó: "Es inaceptable que un juzgado de Familia ingrese a tratar una cuestión vincular conflictiva de un niño y que no lo haya escuchado en tres años. La verdad, no tengo más que asombro". Beltramone también opinó sobre la investigación de la Fiscalía. "En síntesis, desde la radicación de la denuncia el 24 de febrero, y hasta la resolución de sobreseimiento, la actividad probatoria impulsada por el MPA ha sido exigua e ineficaz. Lo que observo es que incumple su función en lugar de cuidar el criterio de objetividad. Es un mandato constitucional de evaluar la prueba de descargo", le endilgó a la investigadora en esa audiencia. El historial del caso La última vez que el padre vio a su hijo fue antes del 9 de enero de 2021, cuando la madre lo llamó para decirle que no podía volver a verlo hasta que el pequeño pusiera en palabras lo que le estaba pasando. Sin embargo, el 24 de febrero del año siguiente, la progenitora lo denunció penalmente en base al relato que el nene habría hecho ante dos psicólogas contratadas por ella y que jamás convocaron al padre, ni a las hermanas y tías del nene, ni le permitieron entrevistarse, según pudo saber La Capital. Fue así que al padre interpuso un recurso en el Tribunal Colegiado de Familia Nº3 y la jueza Campanella convocó a los progenitores. Luego ordenó visitas controladas y supervisadas para que el niño pudiera revincularse con su padre. Pese a eso, el padre aseguró que la madre incumplió seis veces esa orden y jamás lo llevó a Tribunales. Lo particular del caso es que en tres años en que el padre estuvo impedido de vincularse con su hijo, jamás estuvo imputado. El 2 de enero de 2024 la fiscal Riccardi lo imputó por abuso sexual simple y diez días más tarde Foppiani lo sobreseyó por "inexistencia de delito". La declaración aportada por la niñera fue sustancial para zanjar todo tipo de conjeturas junto a los informes forenses elaborados en Cámara Gesell. La declaración crucial de la niñera La niñera, de 28 años, dijo: "A mí nunca me dijo el nene que le haga mimitos en la cola. Sí noté que con la separación de los padres hubo cambios en la conducta: se enojaba por todo, me quería babear con la lengua y estaba muy violento. Me llamaba la atención porque siempre fue un nene muy dulce y súper amoroso con los demás". "Empecé a notar cambios en la conducta del nene —agregó— apenas los padres se separaron, ya que a la semana de eso, la mamá trajo a vivir a su casa a su nueva pareja". "El nene me pregunta por su papá —prosiguió— me dice que lo quiere ver, que lo extraña y no sé qué decirle. Me dice que no habla con su papá porque su mamá no lo deja y me dio a entender que su mamá no le da explicaciones. Y cuando le digo a la madre, me dice que le parte el alma pero que siente que no quiere exponerlo en un lugar donde corre peligro". Una resolución inédita, según la Justicia "Es la primera vez que tomo esta decisión como juez cuando la cuestión es tan controvertida. Es un caso muy delicado y los intereses son muchos, pero hay uno que debe prevalecer por sobre todo, que es la integridad del niño", aseguró Foppiani en su resolución del pasado 14 de enero en el Centro de Justicia Penal (CJP). "El relato del niño y su actitud —precisó el juez de primera instancia— es un primer indicador de que el hecho que se atribuyó no ha tenido connotación sexual. No lo parece que un padre le haya hecho mimitos o cosquillas en la cola en el contexto que el propio nene relató. Tampoco se nota intención de menoscabar la integridad sexual del niño. Esas son palabras, con algunas discordancias, de la entrevista que realizó la psicóloga forense, a quien considero una de las más solventes en este tipo de entrevistas, sin ir en desmedro de las demás profesionales". Foppiani prosiguió: "Esta causa está atravesada por un conflictividad entre los padres, que están separados y finalizaron la relación, a raíz de que la madre inició una relación contra otra persona con la que rápidamente empezó a convivir y generó una cambio en las condiciones de la vida del niño. Eso puede ser uno de los motivos del cambio de conducta. Porque una separación e incorporación de nuevos miembros a la familia en tan corto período puede ser un fundamento del cambio de conducta. Incluso la propia fiscal lo tomó luego de haberse realizado la Cámara Gesell y de haber desestimado una segunda denuncia". Derechos vulnerados "Estamos en una situación de un círculo vicioso, porque se están vulnerando los derechos del niño de no poder tener contacto vincular con su padre por la existencia de una investigación penal preparatoria, que son incompatibles con la urgencia que demanda, puesto que hay un niño que está siendo privado de ver a su padre, sobre todo cuando las denuncias en su contra fueron desestimadas en dos oportunidades y el principio de inocencia", argumentó Foppiani en la resolución. Y subrayó: "El niño sigue creciendo en su infancia, que es un tiempo acotado, sin el contacto con el padre. Pero esto me parece muy importante: ese contacto con el padre ha sido interrumpido por la madre, quien violó en seis oportunidades las visitas supervisadas y propuestas por el Tribunal de Familia Nº3 de cumplimiento obligatorio", adujo. El magistrado apuntó un argumento vertido por la Fiscalía luego de la segunda Cámara Gesell, el 28 de junio de 2024 al citar su declaración: "Entiendo que no estamos ante una configuración de un hecho delictivo, donde el niño relata un suceso en el cual estaba descansando y recibió unos mimos por parte del padre. Nos podemos cuestionar el lugar del cuerpo donde se hicieron, pero no por ello considerar que tuvieron una finalidad dolosa de menoscabar su integridad sexual". Foppiani repasó que durante este derrotero de tres años el niño pasó por siete profesionales, entre ellas psicólogas del MPA, particulares, de parte y forense. "El dictamen forense fue contundente en argumentar, a través de Cámara Gesell, que no hubo indicadores de abuso. Y ese dictamen fue tomado por la fiscal para desestimar la causa, y el mismo que tomé para entender como entendió la fiscal, previo a que le revocaran su decisión, que en esta causa no hubo delito", insistió Foppiani. Y explicó: "No cualquier tocamiento configura el delito de abuso sexual simple. Se requieren tres elementos: ánimo libidinoso, falta de consentimiento y el contexto propio del acto que connote el caso, que no se acreditó. Porque si fuera por los hechos que se acusan, cualquier padre estaría imputado de abuso sexual por el simple hecho de bañar a su hijo. Por eso creo que los cambios de conducta del niño de tan corta edad y en medio de una separación conflictiva, en la cual hubo incorporación de nuevos miembros a la familia". Lo que también puntualizó Foppiani es que la Fiscalía jamás solicitó el testimonio de familiares. "Estoy hablando de dos hijas mujeres mayores (del padre), que serían testigos importantes para verificar la connotación sexual que modificaron la postura de la Fiscalía. Qué mejor que escuchar a sus dos hijas mujeres, con las convivió, e incluso a su ex mujer y madre de esas hijas adultas", recordó. Es con todos esos fundamentos que el magistrado resolvió el sobreseimiento de por "inexistencia del delito".
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