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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/05/2025 04:36
Aunque Argentina cuenta con menos de 6000 hectáreas de viñedos de Chardonnay, lo que representa solo el 2,8% del total nacional, esta variedad se mantiene como la principal uva blanca para la producción de vinos de alta gama y espumosos Freepik Desde 2010, el Chardonnay tiene su día internacional que se celebra el jueves anterior al Día de los Caídos en los Estados Unidos (22 de mayo), es decir, el jueves anterior al último lunes de mayo para otras partes del mundo. Si bien es una fiesta que se lleva a cabo en los Estados Unidos, con el correr de los años y la influencia de las redes sociales, muchos amantes del vino se sumaron y aprovechan para brindar con la reina de las uvas blancas. Y se sabe, la Argentina es una de los principales productores de vino del mundo. Pero lo importante acá no es el cuándo sino el por qué, ya que se trata de uno de los mejores vinos blancos de la historia. Es una variedad de origen francés, utilizada para la elaboración de los vinos blancos más refinados y prestigiosos del mundo; los Borgoña. Por otra parte, es la favorita de los enólogos en la mayoría de las regiones vitivinícolas por sus atributos naturales y los vinos que puede dar. Nace a partir del cruce de las variedades Pinot Noir y Gouais Blanc. De color verde, proviene de la región vinícola de Borgoña, en el este de Francia. Su sabor neutro, ofrece una amplia gama de posibilidades creativas a los hacedores. Además, es un vino de terroir, lo que significa que su sabor está muy influenciado por las condiciones del lugar y el clima de la añada. El Chardonnay tiene un origen francés y nace del cruce entre Pinot Noir y Gouais Blanc, su color es verde y destaca por su sabor neutro, una característica que permite amplias posibilidades de elaboración en diversas regiones del mundo - (Imagen Ilustrativa Infobae) En climas más fríos, la Chardonnay da vinos con notas de manzana, pera o ciruela verde. Mientras que en regiones más cálidas sus sabores se tornan más cítricos, o incluso a frutas tropicales. Obviamente, también es sensible a los métodos de fermentación y crianza. Alcanzó una enorme popularidad a finales del siglo XX, y su cultivo se considera ahora un rito de iniciación para los nuevos vinicultores de todo el mundo. Actualmente, a nivel mundial existen unas 200 mil hectáreas de Chardonnay, de las cuales Argentina tiene apenas el 3%. Se originó en la región de Borgoña en Francia y toma su nombre de un pequeño pueblo en Maconnais, un área en el sur de Borgoña que produce exponentes relativamente económicos y de alto valor. Gracias a su increíble capacidad para crecer y prosperar en diferentes tipos de suelo y climas, los vinos 100% Chardonnay, ya sean de Borgoña o de Sudáfrica, no son todos iguales. Pero Borgoña es la cuna del Chardonnay, y visitar esa región; aunque sea a través de las copas; es imprescindible para comprender y apreciar la variedad. Esta famosa región vinícola francesa reserva la gran mayoría de sus viñedos para el Chardonnay, que se ha expresado maravillosamente durante siglos. Los viñedos de Borgoña se han convertido en un referente en el cultivo y la vinificación del Chardonnay. La región de Borgoña, cuna del Chardonnay, concentra la mayor parte de sus viñedos en esta uva, y las subregiones como Côte d’Or han establecido estándares internacionales con técnicas tradicionales de fermentación y crianza (WikiCommons/Noche Bel) Hoy en día, esta noble variedad de uva crece en todo el mundo, y los viticultores se inspiran en las técnicas de los viticultores borgoñones para elaborar sus mejores vinos. Así, se encuentran en todas partes, desde América hasta Oceanía, vinos varietales de Chardonnay, inspirados en los afamados exponentes de la Borgoña. Una región que se divide en tres sub regiones vinícolas, cada una de las cuales produce vinos 100% Chardonnay con características propias. La Côte d’Or, con sus numerosas denominaciones de origen, produce algunos de los mejores vinos, equilibrados y complejos, que pueden conservarse durante más de 10 años. Las técnicas empleadas en la Côte d’Or han conquistado también a muchos viticultores extranjeros. Estas incluyen la fermentación en barricas de roble, la crianza en barrica, la fermentación maloláctica y la crianza sobre lías. Estas técnicas, dominadas por los viticultores de Borgoña durante siglos, dieron vida a prestigiosas denominaciones de origen como Meursault y Puligny Montrachet. Dos Denominaciones de Origen Controladas (DOC) que están idealmente ubicadas con parcelas que ostentan una exposición solar óptima y se consideran los mejores Chardonnay del mundo. Pero no solo en Francia se da muy bien, ya que se adaptó también a diversos suelos y climas, destacándose además en los vinos de Estados Unidos; principalmente los elaborados en el estado de Washington en la costa Oeste. También Australia y Chile sobresalen entre los principales productores del Viejo y del Nuevo Mundo. En Argentina, la zona de Mendoza lidera con más del 83% de las hectáreas plantadas de Chardonnay, seguida por otras provincias como San Juan, Neuquén, La Rioja, Río Negro y Salta, además de al menos diez regiones adicionales Freepik En la Argentina son bastante recientes los exponentes de alta gama, y llegaron de la mano del estudio de los suelos y la influencia de su composición. Así, los suelos pedregosos con presencia de calcáreo (carbonato de calcio) son los más buscados. Pero también las regiones más altas, porque suelen ser las más frescas, tanto en lo que respecta a amplitud térmica como a temperaturas máximas y mínimas promedio. Y esto resulta en una madurez más lenta, permitiendo retener más los ácidos naturales en la uva, y así obtener vinos más frescos, tensos y longevos. Con el riego y el manejo de la canopia (parte verde de la planta) también se modera la maduración, siempre teniendo en cuenta el rendimiento buscado y el estilo deseado. Pero en general, de una zona más cálida se obtienen Chardonnay más amables y generoso en cuánto a su carácter frutado, con notas a ananá, durazno y banana. Mientras que, en las zonas más frías, esa fruta es más cercana a la pera y la manzana verde. Los que buscan resaltar la crianza en roble se sentirán más lácticos, mantecosos y melosos, también tostados. Sin embargo, cada vez son más a los que recurren al roble por la oxidación, pero con muchos usos o de volúmenes mayores, justamente para que no haya transferencia de sabores de la madera al vino. Y así lograr vinos más neutros en sus expresiones, pero más ricos en sus sustancias. Porque esos vinos serán los que lleguen más lejos y desarrollen más complejidad con el paso del tiempo. Eso explica por qué los vinos de parcela suelen ser los más buscados y mejor calificados, a la vez que escasos. En climas fríos, el Chardonnay expresa notas de manzana verde, pera y ciruela, mientras que en regiones cálidas desarrolla perfiles más cítricos o tropicales, como ananá, banana y durazno, lo que refleja su carácter de vino de terroir Freepik Actualmente en nuestro país hay menos de 6000 hectáreas de Chardonnay plantadas, lo que equivale al 2,8% del viñedo total, que al último censo del INV está en 207.047 hectáreas. Y si bien está en el top 10 nacional de uvas planadas, está muy lejos de las casi 47.000 de Malbec (22,50%). Como siempre Mendoza lidera el ranking con 4627ha (83,46%), le siguen San Juan, Neuquén, La Rioja, Río Negro y Salta, aunque también se encuentra plantada en otras diez provincias. Sigue siendo la protagonista indiscutida de los mejores blancos nacionales, no solo por su prestigio internacional, sino por sus características y su capacidad de evolucionar en botella. Además de ser una de las dos uvas más importantes para la elaboración de vinos espumosos. Con técnicas de crianza controlada en roble, los productores buscan preservar la expresión natural de la uva, limitando la transferencia de sabores de la madera y favoreciendo así la longevidad y complejidad del vino a lo largo del tiempo Freepik 3 Chardonnay argentinos para brindar en su día internacional La Flor Chardonnay 2024 Pulenta Estate, Mendoza, Luján de Cuyo, Agrelo ($ Elaborado con uvas del viñedo de Agrelo, plantado en 1992, el enólogo Javier Lo Forte y su equipo logran un blanco de aromas no muy expresivos, pero sí equilibrados. En boca refleja de donde viene, por amplitud y mensaje. Hay un corazón de frutas blancas, con buen nervio en su paso por boca y eso le da carácter. Y lo convierte en una muy buena alternativa para disfrutar seguido en casa. Beber entre 2025 y 2037. El Chardonnay se convirtió en la uva blanca más plantada del mundo hacia fines del siglo XX, alcanzando hoy unas 200.000 hectáreas globales, aunque Argentina participa con apenas el 3% del total mundial Freepik Puntos: 90 Cuvée Reserve Blanc de Blancs s/a Chandon, Mendoza, Valle de Uco ($23.770) Elaborado 100% con uvas Chardonnay que provienen de los viñedos más altos; Cepas del Plata y El Espinillo; emplazados entre 1400 y 1650 msnm. De aromas equilibrados y una acidez sostenida. Paladar fresco y franco, con burbujas finas. Hay una potencia bien disimulada por la frescura, y su trago es tenso, pero no profundo, por eso invita a seguir tomando. Puntos: 91,5 En el Valle de Uco, los viñedos situados entre 1400 y 1650 metros sobre el nivel del mar ofrecen condiciones óptimas para lograr Chardonnays con buena acidez, frescura sostenida y burbujas finas en el caso de los espumosos Freepik La Linterna El Tomillo Estate Chardonnay 2021 Bemberg Estate Wines, Mendoza, Valle de Uco, Gualtallary ($83.600) Elaborado solo con uvas de una parcela, el enólogo Daniel Pi logra un blanco de aromas delicados que recuerdan a una fruta blanca sutil, con leves dejos de crianza. En boca despliega una frescura integrada, con buen equilibrio y texturas suaves, equilibradas por el trabajo con las lías que, sin llegar a ser graso, armonizan su trago. También hay algo de frutas secas en su persistente final de boca en el que la crianza está sumamente integrada y aportará más longevidad. Beber entre 2025 y 2030. Puntos: 93,5
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