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Concordia » Realnoticias
Fecha: 22/05/2025 03:18
Desde Montevideo La muerte de José Pepe Mujica al borde de los 90 años, intuida y anticipada por él mismo, deja un camino abierto a futuros desafíos para su propia fuerza, el Movimiento de Participación Popular (MPP), y el país que gobernó. Mientras Uruguay se va acomodando al cuarto período presidencial del Frente Amplio (FA) en dos décadas, el legado del “oráculo de la chacra”, como lo llama con cariño uno de los militantes del MPP, sigue vigente. Una imagen de unidad, de encuentro espontáneo y camaradería, la percibió este enviado la noche de la Marcha del Silencio, sobre la avenida 18 de Julio. En la esquina de esa vía central de Montevideo con Magallanes, sobre la Plaza de los Bomberos, un nutrido grupo de funcionarios importantes con impronta tupamara, dialogaban, se abrazaban y seguían el trayecto de la movilización. Hoy son parte del gobierno de Yamandú Orsi, el profesor de historia y ex intendente de Canelones que se referenciaba a menudo en Mujica. Un pupilo del hombre que falleció el 13 de mayo, podría decirse en la jerga del boxeo. Al presidente lo acompañan cinco ministros del MPP en su gabinete. Sandra Lazo en Defensa, Lucía Etcheverry en Transporte, Fernanda Cardona en Industrias, Tamara Paseiro en Vivienda y Alfredo Fratti en Ganadería. Además, en la Secretaría de la Presidencia está otro cuadro de esa fuerza: Alejandro Pacha Sánchez. Algunas de esas carteras manejan áreas clave del sistema productivo nacional. Ni que hablar de la que debe lidiar con el poder militar, ahora liderada por una mujer que milita en el MPP desde 1989, supo ser locutora radial y es cantante de tango. Lazo le dijo a PáginaI12, a propósito de la Marcha: “Desde la investidura no tenía que dejar de venir y entiendo que al revés, redoblo el compromiso desde el reconocimiento del Estado en la necesidad de avanzar. No va a haber paz hasta que la sociedad entera no tenga una respuesta a lo que pasó en la dictadura. ¿Cuáles son las líneas de acción para llegar a eso? Cooperar para que esa búsqueda de los desaparecidos sea efectiva. Ya sea microfilmando archivos como haremos en las próximas horas o desde el lugar que la sociedad entienda. En el discurso de apertura hicimos referencia a la necesidad de que aparezca la verdad, porque la verdad está. En el caso del Terrorismo de Estado, del Plan Cóndor, que nadie ya puede discutir porque hay documentación que lo avala, ¿por qué se tiene tanta resistencia a esa memoria?”. La lista 609 del MPP fue la nave insignia en la campaña electoral del FA que llevó a Orsi hasta la presidencia. Hoy esa fuerza se refleja no solo en los ministerios que controla. También en la Asamblea General en ambas cámaras, la de Senadores y Representantes. En la primera, sobre dieciséis bancas del Frente Amplio, nueve las aportó el MPP. Su crecimiento ha sido notable. Pasó de las cinco que tenía antes de la última elección a casi duplicarlas. En Representantes – el equivalente en Argentina a Diputados – su número es proporcionalmente mayor. El partido de Mujica conserva una bancada de 36 legisladores sobre los 48 que mantiene el Frente Amplio. El MPP ha sido la expresión política más votada desde 2004 hasta la actualidad. En un artículo de 2024 publicado en el semanario Búsqueda, el politólogo Daniel Chasquetti decía que la lista del Pepe fue la “más exitosa de la historia electoral uruguaya”. Superó el antecedente de la lista 15 del Partido Colorado en los comicios de 1954. Ese año el batllismo ganó con un caudal electoral que, en la historia del país, solo superó el MPP en el primer turno de octubre del año pasado. Gabriel Otero, integrante de la Cámara de Representantes por el movimiento, dice que ante la ausencia de Mujica “tendremos que saldar más temas en lo colectivo” e incluso es optimista para el futuro “por el funcionamiento bastante horizontal” del MPP. “Hacemos plenarios, congresos ejecutivos y regionales y lo más importante – cuenta el legislador – tenemos agrupaciones de base”. En el plano electoral restringido a Montevideo, la gran metrópoli uruguaya, la correlación de fuerzas hacia dentro del FA también favorece al MPP. De los diecinueve diputados de la bancada, nueve son propios. Con ese musculo político que recorre el país, se siente en condiciones de avanzar en políticas de Derechos Humanos que habían tenido avances y retrocesos marcados en los cuarenta años de democracia ininterrumpida a la uruguaya. Modélica en civilidad, respeto por el adversario y diálogo permanente aún en las diferencias, que no son menores ni pocas entre la derecha de la Coalición y la izquierda en el gobierno. Dice Otero: “Nosotros estuvimos trabajando en el período pasado un proyecto de ley sobre el negacionismo y finalmente llegamos a la conclusión de que acá existen leyes y jurisprudencia que blindan situaciones que son las que tememos ante el avance de la extrema derecha en la región y en el mundo. Pero lo que más nos preocupa es que los jóvenes no accedan a esta información y a que estos temas no se toquen. Hoy estamos logrando en las escuelas secundarias, que las violaciones a los derechos humanos o la dictadura que los cometió, sean un tema de discusión”. El MPP es la expresión dentro del Frente que más creció en los últimos años, sin ser hegemónico, palabra que no goza de prestigio en una fuerza transversal y que avanza en base a acuerdos. Ahí conviven comunistas, socialistas, socialdemócratas, el sector La Amplia, de la vicepresidenta Carolina Cosse o el de la ministra de Salud Cristina Lustemberg del grupo PAR (Participar. Articular. Redoblar), todas piezas del mismo mecano como los seregnistas del economista Mario Bergara. El proyecto frenteamplista que gobernará Uruguay por los próximos cinco años es más grande que cada una de sus partes, suelen decir sus propios militantes. [email protected]
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