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  • El misterioso crimen de la joven amante de un congresista: un cuerpo hallado en un parque y un asesino por encargo que no fue

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 22/05/2025 02:34

    Un paseo matutino en Washington llevó a un descubrimiento macabro. La conexión de una joven estudiante con un político y el misterio sin resolver de un crimen que causó conmoción en Estados Unidos (Grosby) La mañana primaveral del 22 de mayo de 2002 invitaba a caminar y el hombre, un jubilado cuya identidad la policía nunca reveló, sintió que era ideal para adentrarse con su perro por los senderos que llevan al arroyo Broad Branch, en una zona poco transitada del parque de Rock Creek, en Washington. Quería ver a las tortugas que suelen andar cerca de la costa del arroyo, pero se topó con otra cosa que lo hizo volver sobre sus pasos y llamar a la policía. “Creo que encontré los restos de una persona”, avisó. Los huesos estaban esparcidos en un área bastante amplia de una zona boscosa. Se notaba que estaban allí desde hacía bastante tiempo y que algunos animales los habían movido. Los policías también encontraron un corpiño deportivo, una remera, unas calzas y un par de zapatillas de tenis, que les hicieron suponer que se trataba de una mujer. Cuando los forenses armaron el esqueleto, notaron que no estaba completo, pero en una segunda búsqueda la policía no encontró ningún hueso más. Identificar lo que quedaba del cuerpo no fue difícil, porque de inmediato se comparó la dentadura con los registros dentales de una mujer desaparecida poco más de un año antes y coincidieron: la muerta era Chandra Ann Levy, una joven estudiante de 24 años que realizaba prácticas en la Oficina de Prisiones de Washington DC para completar una maestría de la Universidad del Sur de California. Se le había perdido el rastro el 1° de mayo del año anterior cuando – suponía la policía – había ido a correr por el parque. En aquel momento se realizó un rastrillaje para encontrarla, pero mal hecho, porque solo habían buscado a cien metros a los lados de las anchos caminos que recorrían el gran predio de ocho kilómetros y no alrededor de los senderos. El caso de Chandra Levy había tenido – y todavía tenía – gran repercusión, porque cuando desapareció mantenía una relación amorosa clandestina con el representante demócrata por California Gary Condit, un hombre casado 28 años mayor que ella. Los dos eran de Modesto, en aquel estado del sur de país, donde vivían sus familias, pero la relación la mantenían en la capital del país, lejos de la vista de sus vecinos. Después de la desaparición de la chica, Condit se convirtió en el primer sospechoso y fue interrogado por la policía. No lo detuvieron, pero el escándalo le costaría la carrera, porque perdió su banca en las siguientes elecciones, repudiado por quienes habían sido sus votantes. Chandra Levy y Gary Condit tenían una relación íntima. El congresista debió reconocerlo ante la Justicia (Grosby) La aparición del cuerpo de Chandra reavivó el caso. Los medios de Washington y de California llevaron la noticia en sus portadas y especularon que el hallazgo permitiría conocer la causa de su muerte y, quizás, encontrar al o los culpables. Pero pronto ese optimismo se fue diluyendo. Después de hacer la autopsia, el médico forense del Distrito de Columbia, Jonathan L. Arden, declaró oficialmente que la muerte era un homicidio, pero dijo: “Es posible que nunca sepamos específicamente cómo murió”. Arden encontró daños en el hueso hioides, lo que sugiere que posiblemente fue estrangulada, pero no lo consideró una prueba concluyente de dicha causa de muerte. Aunque faltaban huesos, la policía suspendió la búsqueda en el parque, lo que provocó un nuevo escándalo, porque pocos días después unos investigadores privados contratados por la familia Levy encontraron un hueso de la pierna de la chica con un alambre retorcido a unos 25 metros de los demás restos. “Es inaceptable que no se hayan localizado estos restos”, tuvo que reconocer el jefe de policía, abrumado por las críticas, en una conferencia de prensa. Levy era pasante en la Oficina Federal de Prisiones en 2001 cuando desapareció. Sus restos fueron encontrados un año después en una zona remota del Parque Rock Creek (Grosby) La desaparición Cuando desapareció el 1° de mayo de 2001, Chandra había terminado sus prácticas y se aprestaba a volver a California para completar su maestría. De hecho, cuando la policía revisó su departamento, a unos tres kilómetros del parque, encontró las valijas a medio hacer. Después de completar sus estudios, el plan de la chica era regresar a Washington y postularse para ingresar en el FBI. La denuncia de su desaparición la hizo su familia, cinco días después, cuando los padres se preocuparon porque no contestaba sus llamadas. “No pudimos localizarla. Papá estaba en pánico. Yo intentaba mantener la calma, pero como seguíamos sin tener noticias decidimos llamar a la policía”, contó su hermano Adam, que por entonces tenía 19 años. El 7 de mayo, el padre de Chandra le dijo a la policía que su hija había tenido una aventura amorosa con un congresista y que suponía que era Gary Condit, un dato que fue corroborado por una tía, a quien la chica se lo había contado. Tres días después, con una orden judicial, la policía revisó el departamento de Chandra. A los detectives les llamó la atención de que la chica hubiese salido sin llevarse el celular, su identificación y las tarjetas de crédito. El contestador automático estaba lleno, con mensajes de familiares y dos del congresista Condit. En el registro, intentó revisar la computadora personal de Chandra y borró involuntariamente los datos de las búsquedas de internet. Los técnicos demoraron más de un mes en recuperarlos. Recién entonces se supo que la mañana del 1° de mayo, la chica había visitado sitios web relacionados con Amtrak, Baskin-Robbins, Condit, Southwest Airlines y la página de entretenimientos de The Washington Post, donde consultó el informe meteorológico y un enlace al mapa del parque. A partir de ese dato, el 25 de julio de 2001 tres sargentos de la policía de D.C. y un grupo de cadetes buscaron a lo largo de Glover Road en el parque, pero no encontraron nada. Un día después se hizo un segundo intento, que tampoco dio resultado. No volvieron a buscar. El médico Jonathan L. Arden dijo: “Es posible que nunca sepamos específicamente cómo murió” (Grosby) El congresista implicado Los registros de la factura telefónica de Chandra mostraron que llamaba habitualmente al número directo de Gary Condit, que era todo un personaje político en Washington. Tenía 53 años y había sido el alcalde más joven en la historia de Ceres, California, para después postularse al Congreso. Desde 1972 hasta 2000 nunca había perdido una elección. Casado y con hijos, cuando fue interrogado por primera vez, el congresista negó tener una relación amorosa con Chandra, pero después debió admitirlo. Cuando se analizaron en busca de ADN algunas prendas que la joven tenía en su departamento, se encontraron muestras de semen que coincidían con su ADN. Los investigadores registraron el apartamento de Condit el 10 de julio e interrogaron a la azafata Anne Marie Smith, que también mantenía una relación amorosa con él. Este dato se filtró a la prensa y potenció el escándalo: el congresista no tenía una sola amante, sino dos. Molesto por las filtraciones, Condit se negó a someterse a una prueba con el detector de mentiras de la policía de Washington, asegurando a través de su abogado que había superado una prueba efectuada por un examinador contratado de forma privada el 13 de julio. Por la repercusión del caso, finalmente tuvo que dar la cara. El 23 de agosto de 2001 aceptó ser entrevistado por Connie Ching, de ABC News, en un programa que tuvo una audiencia de 24 millones de personas. Frente a la periodista, Condit aseguró que no había asesinado ni causado ningún daño a Chandra y que no tenía nada que ver con su desaparición. Cuando Ching le preguntó si había mantenido relaciones sexuales con ella, se negó repetidamente a responder. “Llevo 34 años casado. No he sido un hombre perfecto y he cometido muchos errores. Pero, por respeto a mi familia y por una petición específica de la familia Levy, creo que es mejor no entrar en detalles sobre Chandra Levy”, contestó de manera evasiva. Ante la insistencia de la periodista, dijo que nunca había estado enamorado de Chandra y que no pensaba separarse de su esposa. “Solo conocí a Chandra Levy durante cinco meses. Y en esos cinco meses, nunca hablamos de futuro, de hijos, de matrimonio”, explicó. También aseguró que había colaborado con la policía, aunque omitió su negativa a someterse al detector de mentiras. “Trabajé con las autoridades en cada paso, les proporcioné información en cada entrevista y renuncié a muchas de mis libertades civiles para asegurarme de que tuvieran toda la información que necesitaban”, dijo. Gary Condit nunca fue considerado como sospechoso de manera oficial, pero el escándalo destruyó su carrera. En una encuesta nacional de Fox News/Opinion Dynamics realizada en julio de 2001 entre 900 votantes registrados, el 44 por ciento de los encuestados pensaba que Condit estaba implicado en la desaparición de Chandra Levy y el 27 por ciento consideraba que debía renunciar a su banca. El 51 por ciento creía que actuaba como si fuera culpable; y solo el 13 por ciento opinaba que debía volver a presentarse a las elecciones. El 5 de marzo de 2002, Condit perdió las elecciones primarias demócratas para su escaño en el Congreso frente a su antiguo ayudante, Dennis Cardoza. Una nueva encuesta demostró que el caso de Chandra Levy había sido decisivo en la pérdida de apoyo de sus votantes habituales. “Yo sabía que no había hecho nada malo, ilegalmente. Así que no me preocupaba desde ese punto de vista. Ahora bien, sí me preocupaba políticamente… Aquí tenemos a un tipo que lleva casi 30 años en política. Nunca se lo acusó de nada, era muy popular y siempre hizo lo correcto, pero desde el punto de vista político y de relaciones públicas, la desaparición de Chandra fue catastrófica para mi padre”, contó años después su hijo Chad. “Llevo 34 años casado. No he sido un hombre perfecto y he cometido muchos errores", reconoció Gary Condit en una entrevista (Grosby) El asesino que no fue Para entonces, la policía tenía otro sospechoso, un salvadoreño llamado Ingmar Guandique, de 20 años, que estaba preso en una cárcel de Washington DC por agredir a dos mujeres en el parque de Rock Creek, el mismo lugar donde presuntamente había desaparecido Chandra. Lo denunció en septiembre de 2001 un compañero de celda, Armando Morales, que era informante de la policía. Según Morales, Guandique le contó que había matado a Chandra por encargo del congresista Condit, que le había pagado 25.000 dólares para hacerlo. Cuando lo interrogaron, el salvadoreño negó todo y dijo que ni siquiera conocía a la chica. La policía, que ni siquiera entrevistó a las dos mujeres que había agredido antes, decidió inexplicablemente descartarlo. El caso se mantuvo sin novedades hasta 2006, cuando Cathy L. Lanier se hizo cargo de la jefatura de policía de Washington y ordenó a tres detectives veteranos que reabrieran la investigación, centrándose en Guandique. En septiembre de 2008, los investigadores registraron su celda de la prisión federal donde cumplía su condena y encontraron una foto de Chandra, cortada de una revista. Con esa “prueba” y algunos testimonios, el 20 de abril de 2009 fue acusado en el Distrito de Columbia del asesinato de Chandra Levy. En 2010 Guandique fue declarado culpable y condenado a 60 años de prisión. El salvadoreño siempre defendió su inocencia y durante el juicio sus abogados trataron de generar dudas en torno a la figura del excongresista Condit. El caso parecía resuelto, pero en 2015 Guandique consiguió la posibilidad de un nuevo juicio cuando sus defensores probaron que el testigo clave, Armando Morales, había mentido al decir que el salvadoreño había confesado el asesinato. Lo descubrieron mediante una grabación obtenida por una mujer, donde Morales decía que había cometido perjurio cuando declaró en el juicio. Con esas nuevas pruebas, la Fiscalía desistió de llevar adelante el nuevo juicio y pedir la anulación de la condena de Guandique. El 2017, después de cumplir su condena por la agresión a las dos mujeres, el salvadoreño fue deportado a su país natal. La familia de Chandra aceptó la decisión de la justicia, pero no ocultó el dolor que le causaba saber que el verdadero culpable de su muerte no había sido identificado y seguía en libertad. “Es doloroso. Y no sanás. Pensábamos que teníamos la verdad sobre Guandique, pero ahora siento que he vuelto a la ignorancia… Si él no lo hizo, ¿quién mató a mi hija?”, dijo en una entrevista con ABC News por esos días. Convertido en un “cold case”, la investigación sobre la desaparición y la muerte de Chandra Levy no registra avances desde entonces.

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