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» Diario Cordoba
Fecha: 21/05/2025 16:23
El joven acusado de apuñalar a su exnovia embarazada en Fuente Palmera (Córdoba) en diciembre de 2023 ha manifestado este miércoles su arrepentimiento y ha solicitado perdón durante el juicio celebrado por la sección tercera de la Audiencia provincial de Córdoba. En esta línea, ha explicado que se puso nervioso e hizo un amago de agresión y pinchó a su expareja, pero ha negado que pretendiese acabar con su vida. Tanto esta persona como la perjudicada tenían 21 años de edad cuando ocurrieron los hechos. Se enfrenta a una petición de hasta 17 años de prisión, dado que la acusación particular y el Ministerio Fiscal califican los presuntos delitos como una tentativa de asesinato; una tentativa de aborto; amenazas y violencia de género habitual. Operada de urgencia Su defensa, ejercida por el abogado Marcos Santiago, califica lo ocurrido como un delito de lesiones consumadas con instrumento peligroso. De hecho, inicialmente, el Ministerio Público solicitó un total de ocho años de prisión por presuntos delitos de lesiones con arma, malos tratos habituales y amenazas leves hacia su expareja. El juicio se ha celebrado a puerta cerrada en la Ciudad de la Justicia de Córdoba. No obstante, de acuerdo con la información trascendida, la puñalada sufrida por la víctima tuvo un centímetro de profundidad y le afectó a la parte superior de la barriga. Fue intervenida quirúrgicamente (ocho horas después de la agresión, según detallan fuentes próximas al caso) porque el arma blanca le rasgó el colon. El abuelo de la perjudicada también fue empujado, presuntamente, por el agresor en otro momento. Por otro lado, el bebé que esperaba la joven no sufrió complicaciones, según indican las mismas fuentes. El juicio ha quedado visto para sentencia. La agresión, tras la ruptura El escrito de conclusiones provisionales del Fiscal recoge que la agresión ocurrió, supuestamente, después de que la víctima, en avanzado estado de gestación, abandonara al encartado. Él estuvo un mes en busca y captura, hasta que se entregó a la Guardia Civil e ingresó en prisión en enero de 2024. El Ministerio Público afirma que el procesado, presuntamente, hacía a su pareja "objeto de humillaciones e insultos desvalorizantes", también sufrió "indiferencia afectiva" y recibió "múltiples mensajes amenazantes por Whatsapp". Junto a esto, supuestamente, provocó su aislamiento social y familiar, llegó a controlar sus redes sociales, la vestimenta y el trabajo, propició numerosas discusiones por celos y la agredió propinándole un bofetón.
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