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» Diario Cordoba
Fecha: 21/05/2025 11:17
La importación de alimentos básicos en la UE (arroz, trigo, maíz, café o cacao) se ve cada vez más amenazada por los daños ambientales que sufren sus países de origen, según un estudio que acaba de hacerse público, lo que plantea preocupación para el futuro. A diferencia de análisis previos que se habían centrado únicamente en la vulnerabilidad debida al cambio climático, el estudio elaborado por la consultora Foresight Transitions también examina los niveles de pérdida de naturaleza o biodiversidad que experimentan los países exportadores. El estudio aplica estas métricas a seis importaciones clave de alimentos: maíz, arroz y trigo, seleccionados como alimentos básicos para la seguridad alimentaria mundial, y también al cacao, café y soja. La producción de cacao sufre un fuerte declive / Agencias Los hallazgos son preocupantes. Los investigadores descubrieron que más de la mitad de cada uno de los seis productos alimenticios importados provenían de países vulnerables al clima, con escasa capacidad para adaptarse a tal situación. Esto afecta especialmente al arroz, por ejemplo, ya que más de un tercio del suministro total de la UE, con un valor de 1.500 millones de euros anuales, se encuentra amenazado por el impacto climático. Más de la mitad de cada uno de los seis productos analizados provienen de países vulnerables al clima Además, tres de estos productos (trigo, maíz y cacao) también corren un riesgo significativo debido a la destrucción de la biodiversidad, lo que agrava la amenaza del suministro que ya representa de por sí el cambio climático. Amenazas climáticas La investigadora principal, Camilla Hyslop, explica: «Estas no son solo amenazas abstractas; ya se están manifestando de maneras que afectan negativamente a las empresas y los empleos, así como a la disponibilidad y el precio de los alimentos para los consumidores. Y la situación no hace más que empeorar”. Los países proveedores sufren el cambio climático y la destrucción de su biodiversidad / Agencias Tan solo en 2024, las inundaciones en el Reino Unido y Francia redujeron la producción de trigo, mientras que las altas temperaturas en Europa del Este interrumpieron los cultivos de maíz, lo que hizo que las importaciones desde el exterior fueran imprescindibles para la seguridad alimentaria. Por otra parte, el aumento de las precipitaciones hizo que se pudriera el cacao en África Occidental, generando grandes pérdidas a los productores de chocolate. Todo ello, al margen de la tendencia a largo plazo de esta caída de la producción en estos productos. Es lo que ha sucedido con las lluvias extremas que han reducido la producción de arroz en China durante las últimas dos décadas. Los impactos climáticos se agravan por la disminución de la biodiversidad, que reduce considerablemente la resiliencia de las explotaciones agrícolas Hyslop añade: “Los impactos climáticos se agravan por la disminución de la biodiversidad, que reduce considerablemente la resiliencia de las explotaciones agrícolas y los ecosistemas circundantes ante el clima y otras perturbaciones. Las explotaciones agrícolas con menor biodiversidad no sólo son menos resilientes a las enfermedades de los cultivos, sino que estas enfermedades a menudo surgen debido a la disminución de la biodiversidad”. “Los rendimientos también se ven afectados de forma más generalizada por la tala de la vegetación autóctona, que puede alterar los microclimas locales, y por prácticas como el monocultivo, que agotan el suelo y dañan los ecosistemas biológicos que sustentan la producción de alimentos”. La seguridad alimentaria de la UE, amenazada Si bien la UE produce una amplia gama de alimentos para su propio consumo, el bloque comunitario aún depende de las importaciones agroalimentarias. En 2023, la UE-27 importó productos por valor de 158.600 millones de euros de todo el mundo. El valor de estas importaciones es casi el 10 % del gasto total en consumo alimentario de la UE. La UE depende en gran medida de las importaciones de alimentos / Agencias Mark Workman, director de Foresight Transitions y coautor del informe, afirma: “De este contexto se desprende claramente que las importaciones son fundamentales para la seguridad alimentaria de la UE y que nuestra investigación, a su vez, demuestra que esta seguridad alimentaria se ve cada vez más amenazada por las vulnerabilidades climáticas y de biodiversidad de los países socios”. “Si bien está de moda argumentar que la relocalización aborda estas vulnerabilidades, lo cierto es que, por sí sola, sería una respuesta totalmente insuficiente. La UE no solo tendría dificultades para producir algunos de estos productos básicos en grandes cantidades, sino que se enfrenta a sus propias amenazas climáticas y de biodiversidad, por no mencionar las desagradables implicaciones para el uso del suelo de una relocalización a gran escala de la producción alimentaria”, añade. La conclusión del estudio es que a los responsables políticos de la UE les conviene invertir seriamente en la resiliencia climática de sus socios productores en terceros países.
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