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  • Un billete de $100 que en 2002 pagaba 28 kilos de asado hoy no alcanzaría ni para 10 gramos

    » El Ciudadano

    Fecha: 21/05/2025 10:23

    La devaluación de la moneda argentina fue medida por el Instituto de Economía (INECO) de la UADE por el poder de compra que un billete de 100 pesos: cuando salió en 2002 podía comprar 28 kilos de asado, o 142 kilos de pan, o 62 kilos de yerba. En marzo último, 23 años después, el mismo papel apenas alcanza para 8 gramos de la misma carne, 83 gramos de pan y 29 de yerba. En precios, a principios del 2002 el kilo de asado costaba $3,50, el de pan $0,70 centavos y el de yerba $1,60, mientras que, en la actualidad, el kilo de asado tiene un valor de $12.000, el de pan $2.300 y el de yerba $3.500. En materia cambiaria, esos 100 pesos con la cara de Roca comenzaron con la Convertibilidad en 1992 y equivalían a 100 dólares. La paridad 1 a 1 duró 10 años y en 2002 se devaluó por 3, con lo que el poder de compra de los 100 pesos se redujo a 33 dólares. Transcurridos 23 años, hoy solo podrían cambiarse por 8 centavos de dólar Con estos ejemplos, la casa privada de estudios demuestra la vinculación de la mayor cantidad de moneda emitida con el menor poder de compra resultante. Motor de la inflación En Argentina, la emisión monetaria ha sido un factor clave en la evolución de la inflación. A lo largo de los años, el BCRA recurrió a la impresión de billetes como una forma de financiar déficits fiscales, especialmente en períodos de restricciones en el acceso a financiamiento externo o interno. Este exceso de dinero en la economía reduce el poder adquisitivo de la moneda y obliga a introducir billetes de mayor denominación, como ha ocurrido recientemente con la emisión de billetes de $2.000, $10.000 y $20.000. El vínculo entre emisión e inflación se explica a través de la teoría cuantitativa del dinero, que postula que el nivel de precios está determinado por la cantidad de dinero en circulación y la velocidad con la que este circula en la economía. Desconfianza en la moneda En contextos de alta incertidumbre, como el que experimentó Argentina en los últimos años, la desconfianza en la moneda local acelera la demanda de dólares u otros activos, lo que refuerza el proceso inflacionario y genera una mayor depreciación del peso. La emisión monetaria es una herramienta de política económica que, si no está respaldada por un crecimiento proporcional de la producción, tiende a generar inflación. En el caso argentino, la emisión ha sido un factor determinante en la pérdida del poder adquisitivo de la moneda y en la necesidad de constantes ajustes en la estructura del dinero circulante. La estabilización del sistema monetario requerirá políticas que combinen disciplina fiscal, fortalecimiento del crédito y mecanismos que reduzcan la dependencia de la emisión para financiar el gasto público. Entonces, el aumento en la denominación de los billetes es una consecuencia del proceso inflacionario y de la pérdida de poder adquisitivo de la moneda. Billetes de $20.000 La reciente emisión del billete de $20.000 cambió la estructura del dinero circulante. Desde 2002 hasta 2025, la cantidad de billetes en circulación creció de manera significativa, con un pico en julio de 2024 de 11.800 millones de unidades. En la actualidad circulan 30 veces más billetes que a principios de 2002. Pero más que la cantidad de billetes, lo determinante ha sido el valor monetario total, que subió abruptamente a partir de 2021 debido a la emisión de billetes de mayor denominación. Reflejaba la necesidad de adaptar el circulante a una economía con alta inflación. Desde enero de 2021 a diciembre de 2023, el valor monetario de los billetes saltó un 407%. El billete de 100 pesos duró como el de mayor denominación desde 1992 a 2016, cuando salió el de 500 pesos. A partir de entonces, en 2017, apareció el billete de $1.000. Tras varios años sin nuevas denominaciones, en 2023 se lanzó el billete de $2.000 y en 2024 el de $10.000. Billetes en circulación Los datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA) muestran que entre 2002 y 2010, la cantidad de billetes se mantuvo por debajo de los 2.000 millones de unidades. A partir de 2010, comenzó una tendencia de crecimiento sostenido, con un pico en julio de 2024. Desde abril de ese año se redujo la cantidad de billetes en circulación, posiblemente debido a un ajuste monetario o a cambios en la demanda de efectivo por parte del público, interpreta el INECO de UADE. Recién a partir de 2021 se nota un cambio importante en el valor monetario total del circulante, que de ser inferior a $2.000 millones, comenzó a crecer aceleradamente, alcanzando $4.300 millones en mayo de 2023 y mostrando un incremento aún más fuerte con la introducción de los billetes de mayor denominación. La emisión monetaria inyecta dinero en la economía para financiar el gasto público, asistir al sistema financiero o estimular la actividad económica, explica el trabajo. Y si la cantidad de dinero en circulación crece a un ritmo superior al de la producción de bienes y servicios, se genera un aumento sostenido de los precios, es decir, inflación.

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