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Concordia » 7paginas
Fecha: 21/05/2025 02:33
El procedimiento tuvo lugar en el Centro Unificado de Frontera Santo Tomé-São Borja, en la provincia de Corrientes, cuando el vehículo se disponía a cruzar hacia Brasil. Al momento de la inspección, personal aduanero detectó que el cargamento no estaba declarado y que carecía por completo de documentación que justificara su origen, tenencia y traslado legal. Según se informó, en el interior del semirremolque fueron halladas: 21 cabezas de ciervo, 6 cabezas de antílope, 1 cabeza de jabalí, 1 cabeza de puma, Además, 4 colmillos de jabalí, 4 cuernos de antílope y bases de madera utilizadas para exhibición. El conductor del vehículo, un ciudadano brasileño, manifestó que los ejemplares provenían de la ciudad de Concordia, en la provincia de Entre Ríos, y que tenían como destino final territorio brasileño. Sin embargo, no pudo presentar ninguna documentación respaldatoria, por lo cual se procedió a la inmediata incautación de la carga y del camión. Intervención judicial y posibles sanciones Ante la sospecha de tráfico ilegal de fauna, la Dirección de Recursos Naturales de la provincia de Corrientes fue convocada y confirmó que las piezas pertenecen a ejemplares auténticos de fauna silvestre, protegidos por la Ley Nacional N° 22.421 de Conservación de la Fauna y la legislación ambiental vigente. La Justicia Federal ordenó el secuestro del vehículo y la mercadería, y la Aduana labró actas por infracción al artículo 962 del Código Aduanero, que prevé multas millonarias por transporte de mercadería no declarada. En este caso, el infractor podría enfrentar una sanción económica de hasta 6 millones de pesos. El trasfondo: la caza ilegal y la taxidermia Desde ARCA recordaron que la caza deportiva de especies como el puma está prohibida en gran parte del territorio nacional. Por tanto, su caza, taxidermia y traslado constituyen un delito ambiental y una amenaza directa a la biodiversidad. La taxidermia, según explican desde el Museo de Anatomía Veterinaria de la Facultad de Ciencias Veterinarias de Esperanza (Santa Fe), es el proceso de conservación de animales muertos manteniendo una apariencia natural. Si bien esta práctica tiene orígenes milenarios, su uso actual sin autorización o en especies protegidas está penado por ley. Las autoridades continúan investigando el origen de las piezas y no descartan nuevas acciones judiciales en el marco de una posible red de tráfico ilegal de fauna silvestre. Con información de Aduana Redacción de 7Paginas
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