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  • Desalojaron a un vendedor de café de la peatonal por incumplir una ordenanza municipal: ¿Norma para todos?

    Concordia » Despertar Entrerriano

    Fecha: 20/05/2025 23:31

    Una bicicleta, un termo, vasos descartables y café al paso. Ese fue el emprendimiento que un joven inició en la peatonal de Concordia y que apenas duró dos días. Fue desalojado por personal de Inspección General tras recibir “el aviso de vecinos frentistas”, según confirmaron desde el entorno del Ejecutivo municipal a Despertar Entrerriano. El motivo del operativo fue el incumplimiento de la Ordenanza N.º 25.677, que prohíbe expresamente la actividad de vendedores ambulantes en la peatonal y sus calles transversales. Aunque el procedimiento fue pacífico, se le indicó que debía retirarse y no volver a instalarse en ese espacio público. Desde el área de Inspección General explicaron a nuestro medio que se actuó en base al artículo 1° de la norma: “Se prohíbe terminantemente toda actividad de vendedores ambulantes de cualquier producto, en toda la extensión de la peatonal y sus calles transversales.” Señalaron además que el control se realiza de manera regular y que, en este caso particular, se respondió a una queja vecinal por la presencia del puesto, que no contaba con autorización municipal. Un caso que reaviva el debate Tras el desalojo, el trabajador que iba a la peatonal publicó un mensaje en redes sociales en el que expresó su malestar. Aclaró que no pretendía provocar conflictos ni instalarse de forma desordenada, y que su puesto era totalmente visible, limpio y con todos los productos cerrados. “El segundo día de trabajo me desalojaron. No fue violento, pero decidieron que no podía trabajar. Supuestamente bajo una ordenanza donde se prohíbe la venta ambulante. Cualquiera que vaya a la peatonal ve puestos de panchos, medias, cremas, facturas… así que me doy cuenta que literalmente se arregla de ‘otra forma’”, escribió. El caso despertó reacciones diversas. Algunos cuestionaron la medida, mientras otros señalaron que la ordenanza debe cumplirse sin excepciones. Pero el episodio también reabrió un interrogante que suele quedar sin respuesta: ¿quién puede y quién no vender en la peatonal? La normativa vigente La ordenanza, —enviada desde el Honorable Concejo Deliberante a Despertar Entrerriano— sancionada en 1992, con modificaciones posteriores, regula múltiples aspectos del uso de la peatonal: “Prohíbe el ingreso de todo tipo de vehículos salvo casos de emergencia. Impide el tránsito y amarre de bicicletas y motos. Restringe la presencia de animales y actos políticos, gremiales o religiosos. Fija normas estrictas para bares y comercios habilitados, como la distancia de colocación de mesas y la disposición de residuos. Exige que la carga y descarga de mercadería se haga desde calles transversales en horarios definidos. Limita la exposición de carteles, pizarras o pasacalles”. También especifica que todo espectáculo cultural debe contar con aprobación del municipio, la Comisión de Frentistas de la Peatonal y el Paseo del Bicentenario. ”Cualquier incumplimiento puede derivar en sanciones según el Código de Faltas Municipal” destaca la ordenanza. ¿Norma para todos? La polémica surge no sólo por la existencia de la norma, sino por la forma en que se aplica. Muchos vecinos observaron que hay otros vendedores ambulantes que operan con regularidad en la misma zona, lo que genera sospechas sobre la selectividad del control. Mientras tanto, desde el municipio aseguran que se trabaja para que las reglas se cumplan en todos los casos por igual. “Sabemos que hay realidades complejas, pero también hay que cuidar el uso ordenado del espacio público. No se trata de perseguir a nadie, sino de hacer cumplir lo que está vigente. El caso de los vendedores de medias y demás productos, es algo que quedó instalado en la ciudad y lo hacen al paso. Esto del hombre que vendía café fue porque recibimos quejas de los propios frentistas”, señaló una trabajadora del área de Inspección que se encontraba en la peatonal. El caso deja una postal clara: en una ciudad con índices de pobreza elevados, la tensión entre necesidad y normativa no deja de manifestarse. Mientras algunos piden control estricto, otros reclaman oportunidades para generar ingresos sin ser removidos por el simple hecho de no tener un permiso. El debate sigue abierto. Fuente: Despertar Entrerriano

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