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CABA » Plazademayo
Fecha: 20/05/2025 19:42
Grupos armados ilegales intensifican su accionar en regiones estratégicas del país, mientras organizaciones civiles alertan sobre el deterioro de la seguridad y el impacto en comunidades vulnerables. Colombia vive un preocupante incremento de la violencia en distintas regiones del país. Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), el pasado 18 de mayo se registró la masacre número 26 en lo que va de 2025, evidenciando un recrudecimiento del conflicto armado en zonas donde el control estatal es limitado y la presencia de grupos armados ilegales se intensifica. El hecho más reciente ocurrió en Riofrío, municipio del Valle del Cauca, cuando un grupo de hombres armados atacó a varias personas que se encontraban reunidas en un espacio público a orillas del río, en la salida hacia el corregimiento de Salónica. En el ataque fueron asesinados Juan Carlos David López, Heider Jovani García Quintero, y una tercera persona que resultó gravemente herida y falleció posteriormente en un centro médico. #26masacresen2025 18 de mayo de 2025 Riofrío, Valle del Cauca El pasado 18 de mayo se presentó un tiroteo en zona urbana de Riofrio, Valle del Cauca. El hecho ocurrió a orillas del río, en la salida hacia el corregimiento de Salónica. pic.twitter.com/6gUuSgnjFv — INDEPAZ (@Indepaz) May 19, 2025 La zona afectada no es nueva en el mapa de la violencia. La Defensoría del Pueblo había emitido anteriormente la Alerta Temprana 038/23 para el vecino municipio de Trujillo, limítrofe con Riofrío, advirtiendo sobre la presencia de grupos armados que utilizan el corredor de la cordillera occidental para actividades de narcotráfico y movilidad estratégica. La alerta señala también el rol de bandas locales como «La Inmaculada» de Tuluá, que se disputan el control del tráfico de estupefacientes en las áreas urbanas. En esta región convergen múltiples actores armados: el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Ejército Gaitanista de Colombia (EGC/Clan del Golfo), el Frente Jaime Martínez del Estado Mayor Central (EMC) —disidencia de las FARC—, bandas delincuenciales locales y la Tercera División del Ejército colombiano, todos con intereses en el control territorial y las economías ilegales. Este nuevo hecho se suma a otra masacre ocurrida el pasado 8 de mayo en la vereda El Crucero, también en el Valle del Cauca, donde fueron asesinados tres jóvenes con armas de fuego a tan solo 15 minutos del casco urbano del municipio. Violencia sistemática Con más de 25 masacres en menos de cinco meses, Colombia enfrenta una situación alarmante. Indepaz ha subrayado en distintos informes que estos hechos no son aislados, sino parte de una estrategia de control territorial por parte de actores armados que compiten por rutas del narcotráfico, recursos naturales y poder político local. El incremento de estas violencias no solo representa una amenaza directa a la vida de los ciudadanos, sino que además mina los esfuerzos de paz en el país. La situación en el Valle del Cauca es un claro reflejo de cómo la falta de presencia efectiva del Estado y las disputas entre grupos armados continúan vulnerando a comunidades enteras, que quedan atrapadas entre el fuego cruzado. Frente a este panorama, organizaciones de derechos humanos exigen al Gobierno nacional reforzar la seguridad, retomar el control de los territorios y garantizar los derechos de las comunidades, en especial aquellas históricamente marginadas. Colombia atraviesa así una nueva etapa crítica, en la que el número de masacres se acumula junto al dolor de cientos de familias, mientras la paz territorial continúa siendo una deuda pendiente.
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