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  • El caso Guirula o el paradigma de la impunidad – MisionesOpina

    » Misionesopina

    Fecha: 20/05/2025 19:11

    Carlos Guirula murió la madrugada del 19 de julio de 2014, como consecuencia de la brutal paliza que recibió de los integrantes de una patrulla policial. La agresión fue de tal magnitud, contundencia y precisión, que el trabajador de la construcción sufrió la fractura de nueve costillas, aplastamiento de tórax, lesiones en los pulmones entre otras heridas de extrema gravedad. El procedimiento policial y por ende, la golpiza, comenzó en el hotel alojamiento situado en la esquina de las avenidas Santa Catalina y Andresito. Y, lamentablemente, terminó de la peor manera; en la comisaría Decimotercera, donde se produjo el fallecimiento de Guirula. Fuentes del caso indicaron, ya en aquel entonces, que el albañil fue agredido sin piedad, incluso en la caja de la camioneta en la que lo trasladaron a la dependencia policial. Una de las aristas que, tarde o temprano, se develará en juicio oral y público, tiene que ver con la conducta de uno de los acusados, que saltaba sobre la humanidad de Guirula durante el viaje a la comisaría. Este dato no es menor, porque de alguna manera confirmaría la imputación que pesa sobre ocho de los nueve acusados, que es la de "torturas seguida de muerte", una calificación que prevé una condena a prisión perpetua. Lourdes Tabárez, oficial a cargo de la patrulla la noche que mataron a Guirula Los imputados por este delito son Lourdes Tabárez, oficial a cargo de la patrulla; el sargento Claudio Servián, los cabos Lucas Nahuel Saravia y Ricardo Escobar; y el agente Carlos Da Silva. Asimismo, hay un sexto implicado pero por el delito de "omisión de prevenir torturas": se trata del oficial subayudante Carlos Alberto Sidorak. El próximo 19 de julio se cumplirán 11 años del acaecimiento de este homicidio, paradigma de la brutalidad policial y de la impunidad institucional. Y tan así es que la causa no tiene detenidos. Todos los imputados recuperaron la libertad porque los plazos de la prisión preventiva estaban completamente agotados. El expediente se encuentra actualmente en el Tribunal Penal 2 de la Primera Circunscripción Judicial. Aún no tiene fecha de debate y aunque cueste creer, pese a que están por cumplirse 11 años del hecho, el Ministerio Público Fiscal continúa pidiendo medidas procesales. Hasta parece inverosímil, pero así sucede. Y eso que la Fiscalía de Instrucción 1 tuvo el expediente por espacio de dos años, hasta que se dispuso a efectuar el requerimiento de elevación a juicio. De frente, el juez Cardozo, en la comisaría 13, el día del crimen. El Tribunal Penal 2 no podrá contar con uno de sus jueces titulares, César Antonio Yaya, quien tuvo una breve participación en las actuaciones judiciales cuando era juez de Instrucción 2, por subrogación del titular Marcelo Cardozo. Como suele ocurrir, seguramente, su lugar será ocupado por un integrante del TP 1. Reza un antiguo adagio jurídico que "la Justicia tardía no es Justicia". Qué decir, en este sentido, del caso Guirula. La muerte del albañil, de 33 años, fue truculenta, cobarde y sobre todas las cosas, evitable. Poco importa la causa, por la sencilla razón de que las consecuencias destrozan cualquier atisbo de excusa, justificación o coherencia; y más aún teniendo de protagonistas perpetradores a policías preparados para custodiar a la población de los flagelos sociales y no para atacarla. Y menos aún, de causar una muerte tan feroz e impiadosa a un ciudadano. Cuentan quienes tuvieron acceso al expediente que Guirula tenía marcada en el pecho una huella de borceguí, cometida aparentemente cuando estaba en total estado de indefensión. ¿Qué más se puede agregar a eso? A casi once años del episodio, la familia, amigos y allegados siguen aguardando por Justicia. Parece que, en este caso, ni el tiempo, juez y parte, intenta darle la razón.

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