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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 20/05/2025 12:20
Con menos de un 5% de la población que consume cigarrillos, Suecia ha eliminado el hábito de fumar por otro menos dañino: el snus y las bolsas de nicotina. Pasear por Estocolmo, la hermosa capital de Suecia, es una experiencia muy agradable, a pesar del frío habitual en el país. Además de sus numerosos cafés, deliciosa pastelería y la amabilidad de sus habitantes, prácticamente nadie fuma. En 2024, Suecia fue declarado el primer país del mundo libre de humo, lo que quiere decir que menos del 5% de la población consume cigarrillos. ¿Cómo es posible? Hay un truco: los suecos han dejado de fumar, pero no han dejado la nicotina. El problema con los cigarrillos El tabaco es junto con el alcohol la droga legal más consumida del mundo. La OMS estima que unos 1.250 millones de personas consumen tabaco en el planeta, el 80% en países de ingresos bajos y medios. El consumo de tabaco es un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, más de 20 tipos diferentes de cáncer y muchas otras afecciones. Cada año, más de 8 millones de personas mueren a causa del consumo de tabaco. El tabaco también es letal para los no fumadores expuestos al humo, los llamados fumadores pasivos. El humo de tabaco ajeno causa alrededor de 1,2 millones de muertes al año, incluyendo a 65.000. La nicotina es la sustancia adictiva que contiene el tabaco, pero la nicotina por sí sola no es cancerígena. Fumar es peligroso porque durante la combustión del tabaco se liberan más de 7.000 sustancias químicas, de las cuales al menos 250 son nocivas y alrededor de 70 son cancerígenas. Entre los compuestos más dañinos se encuentran el alquitrán, que recubre los pulmones y reduce su capacidad para oxigenar la sangre; el monóxido de carbono (CO), que interfiere con el transporte de oxígeno en el cuerpo, y sustancias como el formaldehído, el benceno y el arsénico, que son carcinógenos reconocidos. Estos químicos no solo aumentan el riesgo de cáncer de pulmón, boca, garganta y otros órganos, sino que también dañan el sistema cardiovascular, elevando la probabilidad de infartos, accidentes cerebrovasculares y enfermedades pulmonares obstructivas crónicas. Otros productos de la combustión, como el cianuro de hidrógeno y los óxidos de nitrógeno, irritan las vías respiratorias y deterioran los cilios pulmonares, encargados de eliminar toxinas, lo que facilita infecciones y agrava enfermedades como el asma. Si se produjera una nube tóxica de cualquiera de estas sustancias, la gente se encerraría en su casa aterrorizada. En su lugar, una cuarta parte de la población en España es fumadora, lo que quiere decir que decide introducirlas directamente en sus pulmones, a propósito y a diario. El porcentaje es muy similar a la población sueca que consume nicotina. La diferencia es que en Suecia no se fuma. En su lugar, un 22% de los hombres y un 10% de las mujeres utilizan snus, unos paquetes de papel que contienen tabaco picado o nicotina pura, que liberan la nicotina al torrente sanguíneo a través de la mucosa de la encía. Las cifras de Suecia hablan por sí mismas. La mitad de las muertes por cáncer de pulmón que la media europea. La cifra más baja de Europa de muerte prematura por enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Incidencia de cáncer de cualquier tipo un 41% más baja que la media europea, y muertes por cáncer un 38% más bajas. Solo por cambiar la forma de administración de la nicotina. Fuente: Quo.eldiario
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