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Parana » Uno
Fecha: 20/05/2025 04:13
Ángela Coronel de Guiraldi cumple este lunes 104 años y continúa siendo una de las personas más longevas de Crespo y de la provincia. Ángela Coronel de Guiraldi cumple este lunes 104 años y continúa siendo una de las personas más longevas de Crespo y de la provincia. Según datos de la Dirección Nacional de Población, en Argentina viven unas 8.000 personas con 100 o más años. Y entre ellas está doña Ángela. Si bien nació en Don Cristóbal 2ª, está radicada desde hace muchos años en la “Capital de la avicultura”. Doña Guiraldi, madre de nueve hijos (Hugo Alberto, Carmen Beatriz, María Inés, Miguel Ángel, Delia Rosa, Mario Oscar, Humberto Ismael, Bernardo Antonio y Carlos “Charly” Guiraldi), logró un gran respeto y admiración en la comunidad, por su sencillez y valores que desarrolló a lo largo de su vida. Una de sus hijas, María Inés, en diálogo con El Observador, agradeció “a la vida, por tenerla con nosotros, hoy con sus 104 años”. Cabe recordar que tiempo atrás, el Club Atlético Sarmiento la homenajeó por su permanente apoyo a la institución, que se fundó cuando ella tenía 18 años. Claro que en ese tiempo, aún no vivía en Crespo, pero su cercanía posterior con el CAS, la llevaron a ser una de las simpatizantes con más años de vida. En una entrevista cuando llegó al centenario de vida, había dicho: “¿El secreto para llegar a esta edad? Comer sano. Nunca tomé alcohol ni fumé. Y no hay que aferrarse tanto a los problemas, sino que hay que afrontarlos y aceptar lo que Dios nos manda”. Sus recuerdos Por aquel entonces, también habló con Estación Plus, donde expresó sus sensaciones por haber llegado a los 100 años: “Estoy pasando muy lindo y muy contenta porque sé que la gente no se olvida de mí. Cada vez que salgo a la calle recibo mucho afecto”. Contó que había vivido muchos años en Paraná, donde asistió a la escuela y tuvo como maestra a Jacinta Basaldua. Más tarde, su madre la llevó junto a sus hermanos a trabajar al campo. “Nos mandaban a juntar maíz con la maleta, o a trabajar de boyera, cuidando los caballos. Hice de todo en el campo”, recordaba con claridad. Era la última sobreviviente de una familia de siete hermanos: “Los Coronel fuimos siete, pero ya quedé sola. Mis hermanos ya fallecieron todos”, comentó con nostalgia. A Crespo había llegado alrededor de 1968. “Empezamos a vivir en calle Irigoyen, y hasta vivimos en un galpón con piso de tierra hasta que pudimos comprar esta casa frente al club Sarmiento”, dijo al relatar sus primeros años en la ciudad. Doña Ángela fue madre de nueve hijos (algunos ya fallecidos), y en ese entonces relataba que algunos de ellos vivían en Crespo y otros en distintas ciudades. Pese a los desafíos de la pandemia, mantenía una rutina activa. “Hace varios meses que no salgo de casa. Me dedico a criar mis gallinas y vendo los huevos, corto el pasto y hago tareas de jardín”, decía. También evocaba una celebración anterior que quedó en su memoria: “Hace unos años alquilé el salón de acá enfrente, el club Sarmiento, y festejamos mi cumpleaños con una gran reunión familiar. Este año no lo podremos hacer”, comentaba con resignación, pero sin perder el optimismo. Y aunque las restricciones sanitarias de aquel entonces no permitieron festejos, su deseo seguía intacto: “Quiero bailar un valsecito. Ni bien se pueda juntar la familia para mi próximo cumpleaños, lo voy a bailar”, aseguraba con una sonrisa.
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