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» TN corrientes
Fecha: 20/05/2025 04:02
Conflicto Habló el venezolano que recibió amenazas de los espías de Maduro en Buenos Aires: “Argentina no representaba un lugar seguro” Lunes, 19 de mayo de 2025 José Zambrano vivió en el país entre 2018 y 2024, pero tuvo que dejar el país tras varios contactos por parte de fuerzas chavistas. El joven denunció falta de respuesta de las autoridades judiciales porteñas. Luego de conocerse la presentación judicial en la que la Fundación Apolo denunció la existencia en Argentina de una organización transnacional venezolana del régimen de Nicolás Maduro que persigue y amenaza a expatriados de ese país, un joven que se exilió en Buenos Aise y que, producto de las amenazas que recibió, se trasladó a Estados Unidos. Zambrano habló a través de Whatsapp con voz firme, aunque aún con la sensación de tener en la espalda los ojos del chavismo, que los siguieron a él y a su familia durante más de ocho años. Denunció que quienes lo perseguían conocían todos sus movimientos, desde su dirección, sus horarios y hasta los trámites migratorios que hicieron él y su familia cuando quisieron abandonar Argentina. El joven llegó al país en 2018. Un año antes, él, su esposa y su madre habían escapado desde Venezuela hacia Ecuador debido a la persecución del gobierno de Nicolás Maduro a su progenitora. La mujer se desempeñaba en el Ministerio de Cultura venezolano y había tenido acceso a información sobre manejos irregulares de fondos. En ese primer destino, las fuerzas chavistas rápidamente les hicieron notar su presencia a través de cartas dirigidas a su domicilio. Acusaban a la madre de José de haber robado documentos del ministerio. Allí intentaron denunciar por primera vez, pero nunca recibieron respuestas. Fue producto de esas amenazas que Zambrano y su esposa se mudaron a Argentina para intentar salir del radar del gobierno de Maduro. Sin embargo, no lo lograron. Su madre y su hermano, que quedaron en Ecuador, siguieron recibiendo mensajes en los que les recordaban que sabían que José estaba en Buenos Aires. Y, cuando ellos se mudaron -primero a Chile y después a Colombia-, las fuerzas chavistas les siguieron el rastro y les enviaron mensajes a sus nuevos domicilios. "Se me nombraba desde Colombia, que ellos tenían mi ubicación en Buenos Aires; inclusive en un momento se le nombra a ellos [por su familia] que sabían que yo estaba en Belgrano", explicó Zambrano. Aunque durante sus primeros años en Argentina el joven y su esposa disfrutaron una relativa tranquilidad, sin ser contactados directamente por las fuerzas chavistas, en 2022 eso cambió. Ese año empezaron a recibir notas directamente en su domicilio. "Nos llegó una carta a nuestro mail room del edificio, que decía 'sabemos en qué horario paseas a tu perra, la vamos a envenenar'", contó a Clarín. Fue producto de esa primera amenaza, pero angustiado también por lo que sufría su familia en el extranjero que, según cuenta Zambrano, junto a su esposa decidieron hacer una denuncia. “Fuimos a la comisaría, intenté poner la denuncia, no me la quisieron tomar físico, simplemente nos dieron unas recomendaciones de seguridad”, explicó el joven y agregó: “me dijeron que les escriba al correo de denuncias de la fiscalía de Buenos Aires”. Mientras tanto, en Colombia su hermana recibía nuevos mensajes que mencionaban directamente a Zambrano: “Una de esas amenazas que le empiezan a llegar a ella decía ‘sabemos que tu hermano está en el barrio de Núñez en Buenos Aires, también lo tenemos ubicado’”, recordó el joven. Aunque la hermana de José trató de radicar la denuncia en Medellín allí tampoco hubo respuestas y, finalmente, terminó pidiendo asilo en Estados Unidos. En Argentina la persecución a Zambrano y su esposa seguía. Ambos recibían a diario llamadas de números desconocidos: “Nosotros pensamos que era esta clásica llamada para ofrecerte servicios de telefonía, pero no se escuchaba nadie; decíamos aló, aló y nadie hablaba, simplemente pues no era nadie a la final”, explicó. A esas llamadas, se sumaron amenazas en redes sociales y Whatsapp, que venían de cuentas sin seguidores y de números desconocidos. Tras hacer una nueva exposición, esta vez dirigida al mail de la fiscalía, Zambrano recibió un número de denuncia. Pero, según relata, no lo volvieron a contactar. Los mensajes y amenazas, mientras tanto, se seguían acumulando en su teléfono. Volvió a denunciar, pero sólo recibió como respuesta mensajes automatizados. La cuestión escaló aún más durante una madrugada en la que, mientras paseaba a su perra, notó un vehículo estacionado en la puerta de su domicilio. “Vi un auto parado en la entrada de mi edificio. Yo veo que hay dos personas dentro del auto, hago contacto visual con ellas y de un momento a otro dan un volantazo fuerte y arrancan el auto rápidamente y se fueron del lugar”, relató José. Nuevamente intentó denunciar el hecho y pidió hablar con la fiscal que llevaba el caso, pero no tuvo respuesta. La única solución: un nuevo exilio Tras la constante persecución y sin novedades por parte de las autoridades, en 2024 Zambrano y su esposa decidieron aplicar a un programa de refugiados en Estados Unidos. A ella se lo otorgaron, pero él tuvo que esperar unos meses: “Por protección de mi familia, pues yo decido que mi esposa se vaya y yo veía qué otra solución tenía para mí, pero por lo menos le quitaba el riesgo a ella de que algo pudiera pasar”, explicó. El joven denunció que quienes lo amenazaban tenían estudiados sus movimientos y los de su familia al detalle. Además, conocían datos acerca de sus trámites migratorios. Por ese motivo, no descarta una conexión entre los espías chavistas y algún sector del Estado argentino. En mayo de 2024 y luego de que su esposa se fuese a Estados Unidos, el acoso hacia él se intensificó: “Empezaron a llegar mensajes por Instagram, nadie sabía más allá que un par de amigos que nos íbamos a ir y empezaron a llegar mensajes que decían ‘ya sabemos que te quedaste solito’, va a ser más fácil llegar a ti, te vamos a joder, ya sabemos dónde estás ubicado”. “Fueron varias cuentas, diferentes cuentas, mensajes por mensaje directo de Instagram con amenazas, con hostigamiento, con información de dónde estábamos ubicados exactamente y después que sabían que yo me había quedado solo en Buenos Aires con mis dos mascotas, con mis dos perros”, relató José. También comenzó a recibir alertas de Whatsapp en las que le indicaban que alguien estaba intentando clonar su teléfono. El 5 de junio, todos los miembros de su familia recibieron a la vez, y durante la madrugada, llamados a sus teléfonos. Por la mañana, en Medellín, su hermana también recibió una nota en su domicilio: “Les dijimos que se les acabó el tiempo tú y tu niña y tu hermano José en Buenos Aires tienen los días contados”. “A estas alturas las autoridades no me habían dado ninguna protección. Argentina, sin importar dónde quedarme, no representaba un lugar seguro y el miedo que teníamos nos estaba afectando de manera psicológica”, comentó. Finalmente,a mediados de junio de 2024 recibió una respuesta de la fiscalía en la que realizó la denuncia. Le ofrecían un botón antipánico. Ya era tarde. José había abandonado el país y se había radicado en México, al aguardo de que Estados Unidos aprobase su visa. El joven venezolano contó que siguió haciendo denuncias desde su nueva residencia, ya que en agosto se enteró de que el chavismo lo había incluído en una lista de personas buscadas. Entendía que todo estaba relacionado. Sin embargo, desde la fiscalía le informaron que sólo podrían investigar los hechos ocurridos en el país. Una denuncia archivada Clarín se puso en contacto con el ministerio de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, a fin de conocer los avances de la investigación. Desde ese organismo confirmaron que la denuncia de Zambrano fue registrada y que tramitó ante la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas No 8. También indicaron que el caso se archivó porque el joven abandonó el país. Zambrano vive en Estados Unidos desde septiembre de 2024. Cuenta que desde que entró a ese país, ni él ni su esposa volvieron a ser contactados. Lunes, 19 de mayo de 2025
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