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» El litoral Corrientes
Fecha: 19/05/2025 22:45
Jorgesimonetti.com “A los argentinos los seducen más los extremos políticos y los líderes autoritarios que un sistema de consensos” Joaquín Morales Solá Entre los resultados electorales puros y duros, el análisis de sus causas y las proyecciones futuras, existen diferencias sustanciales. Antes, destacar que la bajísima participación, un récord histórico, es un dato que se repite en la política argentina. En Caba, puede tener que ver en parte porque se trata de elecciones legislativas. A nadie le cambia la vida un legislador más o menos. Pero también, algo más preocupante: el descreimiento en la política como instrumento para cambiar la suerte de la gente. El que ganó, ganó, y el que perdió, perdió, diría Perogrullo. Ganó Adorni, La Libertad Avanza y, consecuentemente, el presidente Milei. El peronismo mantuvo su piso histórico, podría decirse un empate consigo mismo. El Pro se redujo casi dos tercios, que significa la derrota del proyecto Macri, que fue exitoso durante diecisiete años. El triunfo del gobierno nacional y la casi catastrófica caída del Pro en su reducto, tiene una lectura más compleja y, seguramente, una proyección casi decisiva hacia futuro. Si vamos de lo global a lo local, diríamos que los resultados involucran a la tendencia mundial del recrudecimiento de los extremos políticos. La derecha casi decisivamente viene ganando espacio en el concierto de muchas naciones cuyos electorados abandonan, desilusionados, las opciones republicanistas, para involucrarse con líderes mesiánicos que nos recuerdan los tiempos de entreguerras. “El triunfo de LLA consolida la visión de la extrema derecha y el desafecto del electorado con las opciones republicanistas” En tal sentido, la Argentina no sólo no es la excepción a dicha tendencia, sino que es uno de los reductos más significativos de la transformación del electorado, ya casi decisivamente volcado a opciones ultras a costa de las moderadas, aunque sean de similar orientación política. ¿Qué decir, entonces? Que las elecciones de Caba casi fueron una interna en el amplio campo de la derecha política. La extrema derecha de Milei no creció a costa del peronismo, sino de la centro derecha de Macri. En el segmento del reparto ideológico de votos, el peronismo se mantuvo con una opción “alfonsinizada”, en la que el kirchnerismo no jugó en primera fila. Santoro, ya sea por convencimiento propio o por cálculo de un electorado porteño de sesgo antiperonista, eludió la confrontación y mantuvo a flote el barco opositor. Resultaba casi cantado que al Pro le costaría demasiado realizar una buena elección. Un poco por graves errores propios que se proyectaban desde el pasado, y otro por estar siempre ubicado en un limbo de indefiniciones que no lo hacía grato para el votante. Si en 2023, los precandidatos presidenciales, Bullrich y Rodríguez Larreta, se “mataron” en una interna que dejó casi desnudo al partido de Macri, ¿qué podía esperarse en 2025? Tanto así, que la mayoría de su dirigencia mostró una hilacha oportunista lamentable. Sólo pensar que sus dos precandidatos ya no pertenecen a ese espacio político, nos da la pauta que los unía el “queso” y no las ideas. Desaparecidas sus posibilidades electorales, no sólo se desguazó la alianza Juntos por el Cambio, sino muchos dirigentes pegaron el “salto al Pato” hacia otros lugares más prometedores. El ejemplo paradigmático es el de Patricia Bullrich y su compañero de fórmula, Luis Petri. “Con el Pro en vías de extinción, en el orden nacional queda expedito el camino para la confrontación de Milei con Cristina, que es lo que siempre buscó el libertario” Para colmo, la indefinición de su líder, Mauricio Macri, que se meció entre la queja insustancial y el acompañamiento al gobierno, terminó por desdibujar la opción de la centroderecha, con un final casi cantado. Muchos intuimos que lo que queda de la dirigencia amarilla, probablemente esté haciendo cola en un comité violeta para llenar la ficha. Y allí esperaba Javier Milei. No sé si planificado o fruto de sus obsesiones, el presidente viró desde un acuerdo general con el Pro, a disputarle el propio territorio de Caba. La estrategia karinista le dio resultado y ahora, a pesar de que son sólo algunos puntos de ventaja, espera confiado que las proyecciones para octubre lo beneficien ampliamente. Es que en estos tiempos, valen no sólo los extremos ideológicos, sino también los liderazgos fuertes y disruptivos. Macri no pudo salir de su propia tibieza, mientras Milei siguió apostando fuerte a la destrucción de la opción amarilla. Influyó también, no sabemos cuánto, la floja gestión de Jorge Macri como Jefe de Gobierno. Se dice que es la administración menos eficiente desde que el Pro es gobierno en la ciudad de Buenos Aires. Así los resultados, pensamos que las proyecciones hacia las elecciones nacionales no pueden sino presentarle la cara feliz al liberautoritarismo de Javier Milei. El escenario se le presenta propicio. Quitado el Pro del medio, la confrontación con Cristina parece ser la escena previsible. Uno gana la elección, obtiene más legisladores, y la otra evita las rejas. El gobierno ha salido fortalecido, para seguir con viento a favor en su gestión en los meses que quedan hacia octubre. Sólo debe rogar que no le aparezca un cisne negro económico que lo desequilibre. La política ya está en las alforjas oficialistas.
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